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Chapter 101 - ¿Qué quieres hacerme?

-Álvaro, ¿de que estas hablando? ¿Cómo puedes decirme eso? Estos cinco años he hecho tanto por ti… ¿me he portado mal?

La cara de Rebeca hizo que Álvaro se fastidiara mucho. No era bueno que maltratara a una mujer, además, estaba seguro de que Rebeca no diría la verdad. Era mejor cambiar de estrategia al envés de gastar tanto tiempo con ella. Álvaro la miro y dijo con frialdad:

-Te doy una última oportunidad. Rebeca, si dices la verdad de todo lo que has hecho, te prometo que no vas a estar encarcelada. Pero si abandonas esta oportunidad, no tendrás ninguna relación con nosotros. Por supuesto, Adriano va a creer que has muerto por alguna enfermedad.

Al escuchar las palabras de Álvaro, Rebeca se asustó.

- ¿Qué me vas a hacer?

-Eso depende de lo que tú me digas. -la crueldad inaudita de Álvaro casi trunco la última esperanza de Rebeca.

- ¡No puedes tratarme así! Álvaro, llevo años criando un hijo para tu familia. ¿Cómo puedes tratarme así?

Al ver que Rebeca quería lanzarse contra él, Álvaro agarro al guardia que estaba a su lado para impedirla. Rebeca no estaba preparada y abrazo directamente al guardia. El guardia todavía era joven, así que debido al abrazo enrojeció al instante. Pero Rebeca se irrito de vergüenza.

- ¿Te atreves a tocarme? ¿quieres morir? -ella le dio una bofetada directamente.

Álvaro agradeció que no hubiera sido tocado por la mujer. De lo contrario, tendría asco de sí mismo. Además, no sabía si eso molestaría a Samara. Al pensar en esto, puso mala cara otra vez.

-Parece que eres muy impertinente. Este es un buen lugar. Piensa claramente y ya me contaras. -al terminar de hablar, Álvaro salió de la habitación sin ninguna vacilación y le dijo al comisario: -Este lugar es demasiado pequeño. Puedes encerrar a la señora en la sala de interrogación. Si ella no dice la verdad, no le des de beber ni de comer hasta que abra la boca.

El comisario asintió rápidamente.

Rebeca estaba destrozada.

-Álvaro, no puedes tratarme así. Adriano todavía es tan pequeño. ¿No tienes miedo de que te odie cuando sepa la verdad? Ya le hiciste daño a Rolando, ¿quieres que su hijo también pierda a su madre? ¿Así esperas que este en paz? -Rebeca no tenía más remedio que hablar de Rolando que ya estaba muerto.

Álvaro entrecerró los ojos de inmediato y se giró rápidamente. No dio tiempo para que Rebeca reaccionara y la agarro del cuello con los ojos inyectados en sangre.

- ¿Eres digna de mencionar a Rolando? Si todavía hablas de él, hare que mueras y lo acompañes, ¿entendiste? -parecía que Álvaro no estaba bromeando en absoluto. Su aspecto feroz asusto al comisario y al guarda.

Era la primera vez que Rebeca se quedaba alarmada. Se dio cuenta de que Álvaro quería que ella muriera. El odio en sus ojos era tan evidente que hizo que todo su cuerpo temblara

-Álvaro, tu…

- ¿De verdad crees que no lo sé? ¿Cuál es la verdad sobre la muerte de Rolando? ¿no tienes idea de eso? Si no fuera por el hecho de que tenías un hijo con él, ¿crees que habrías sobrevivido hasta ahora? Ya estarías muerta con el cabecilla en esa masacre hace cinco años. -Álvaro empujo a Rebeca, pero lo que dijo hizo que ella temblara con la cara pálida. Álvaro se esforzó por controlar sus emociones. -A partir de hoy, no eres digna de mencionar el nombre de Rolando. Si lo escucho de tu boca otra vez, te encerrare en su tumba para que le pidas perdón en persona. -después de decir eso, Álvaro salió directamente.

El comisario sabio que había malentendido las ideas de Álvaro, por lo que no se atrevió en tardar e inmediatamente dejo que el guarda se llevara a Rebeca, que ya estaba atontada a la sala de interrogatorios.

Cuando salieron, creyeron que Álvaro ya no estaba. Pero no esperaban que estuviera apoyado contra la ventana fumando. Se vio la luz indistinta de la colilla. Álvaro estaba de espaldas a ellos mirando la vista. Sin embargo, reinaba una atmosfera fría alrededor de él y eso hizo que todos contuvieran la respiración. El comisario se acercó y pregunto:

-Señor, ¿necesita algo más?

Álvaro dio una gran calada al cigarrillo y lo aplasto. Después dijo fríamente:

-Si todavía no dice a nada a medianoche, haz un incendio para que ella sufra mientras garantizas su seguridad.

El comisario se quedó aturdido al oír estas palabras.

-Señor, somos funcionarios y no podemos hacer linchamientos. Eso es irregular. No puedo, señor Álvaro.

Álvaro también sabía que lo había puesto en un dilema y dijo respirando:

-Deja que tus subordinados salgan a comer. Yo lo pago todo

. En cuanto a lo que pase aquí, solo necesitas volver para arreglar la escena.

-Está bien, muchas gracias. -el comisario acepto al saber que sus funcionarios no tendrían que encargarse de esto.

Álvaro no gasto más tiempo en él y salió de comisaria. Pero se encontró con Javier. Ahora estaba de mal humor y quería irse directamente sin hablar. Sin embargo, Javier le detuvo el paso.

-Señor Álvaro, tengo algo que decirle.

-No me interesan los asuntos de la familia Montenegro. Si has terminado la investigación, por favor, entrégame a Jaime. No me importa qué relación tiene con tu familia y debe atenerse a lo que ha hecho a la familia Ayala. -después de decir esto, Álvaro trato de salir.

Pero Javier susurro:

-Mi hermano tenía una novia hace 20 años antes de volver al ejército. He buscado a todas las personas alrededor de mi hermano y todos han confirmado la existencia de esta mujer. Sin embargo, hay una cosa que no coincide con las palabras de Jaime. Esa mujer estaba embarazada, pero dio a luz a una niña, no a un niño.

Álvaro paro al instante.

- ¿Niña?

- ¡Si, una niña! -Javier asintió. -he estado toda la noche examinando las notas de esa mujer. En aquel entonces, ella sufrió una hemorragia masiva y los vecinos la llevaron al hospital. También había un vecino amable que pago los costes de los medicamentos para ella. En ese momento, era de noche y había pocos médicos de servicio. Así que la enfermera recordó muy claramente que la mujer dio a luz a una niña. Pero en aquel entonces los registros fueron realizados a mano. Además, esa mujer sintió repugnancia hacia él bebe cuando vio que era una niña. Siempre insistió que el medico la había cambiado. Después, he pedido a alguien que lo investigue. En ese momento, mi madre concedía mucha importancia a los niños y creía que ellos podían seguir a delante con nuestro linaje. Por eso, la mujer no pudo aceptar que finalmente había dado a luz a una niña e intento matarla. Para garantizar la seguridad del bebe, el medico se lo llevo. No obstante, al amanecer, se produjo un incendio en el hospital y las dos desaparecieron.

Aunque Álvaro estaba sorprendido, también se alivió un poco.

-Ya he dicho que no estoy interesado en los asuntos de tu familia. Si Jaime no es de tu familia, mañana hare que Josué se lo lleve. Señor Javier, por favor, no me lo impida.

Javier negó con la cabeza y dijo:

-No puedes llevártelo ahora.

- ¿Qué quieres decir? -Álvaro ya estaba de mal humor y no pudo contener la indignación.

Javier dijo en voz baja:

-He oído que Jaime siempre ha protegido a una chica llamada Alana. Ella creció en el mismo orfanato que Jaime y eran amigos íntimos. Te llevaste a los dos, ¿no?

- ¿Sospechas que Alana sea esa niña? -Álvaro ya sabía lo que Javier quería decir. Pero se echó a reír. -Alana escapo durante la detención. En cuanto a donde esta, no lo se. Sin embargo, puedo decirte que no me importa que sea de tu familia. Solo digo que, si ha participado del secuestro de mi hijo, las cosas no le irán bien. Si la encuentras, infórmame.

Álvaro siempre fue una persona vengativa y esta vez, Alana había pasado el límite. Javier conocía los medios de Álvaro y dijo suavemente:

-Si es posible, la familia Montenegro puede dar todas las propiedades para compensar a tu hijo.

- ¿Crees que la familia Ayala necesita dinero? -Álvaro dijo con una risa fría y se fue sin detenerse.

Javier quería decir algo, pero ya no podía abrir la boca. Sin embargo, si Alana era realmente de la familia Montenegro, no permitiría que Álvaro le hiciera daño. Pero le surgió la figura de Samara en la mente. Si se confirmaba que Alana era de la familia Montenegro, no podría tener ninguna relación con Samara.

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