-Papa, mama. -Samara grito em voz baja, pero Álvaro cogió sus manos con fuerza otra vez y le dijo suavemente:
-Piénsalo bien. Si ahora confiesas quien eres, a lo mejor puedes ser capaz de convencerlos a que no se vayan al extranjero y evitar el problema que traen aquellos que tratan de aprovecharse de tus padres. Si es necesario, demostrare que eres tú inmediatamente. -la mirada de Álvaro estaba llena de esperanza. Esperaba mas que nadie que ella pudiera confesar su identidad, porque una vez lo admitiera, seria la nuera de la familia Ayala, o sea la esposa oficial de Álvaro.
Sintiendo la esperanza de Álvaro, de verdad había algún momento que ella quiso confesarlo. Ya sea por Álvaro o no, solo mirando a sus padres… la vejez, ella no podía dejar de llorar. Cinco años sin verse, sus padres ya tenían canas y la cara de su madre estaba envuelto en arrugas. Aunque Samara no sabía cómo habían vivido durante esos cinco años, obviamente no vivían bien.
Álvaro tenía razón. Después de rebelar su identidad, nadie podría volver a aprovecharse de sus padres, pero ella no pudo decir nada. Le dolía mucho el corazón y el dolor le hizo sentir muy mal e incluso apenas tenia energía para ponerse en pie. No pudo mantener el equilibrio sin la ayuda de Álvaro.
-Préstame tu hombro. -esta fue la primera vez que Samara había sido amable con él desde que volvió al país. Al menos sintió que lo necesitaba.
Álvaro le abrazo con emoción y se sintió un poco desesperado. Conocía muy bien a Samara, tanto como a si mismo. Desde su mirada ya sabia la respuesta. Ella no quería revelar su identidad. Álvaro no pudo entender bien, pero tampoco pudo hacer nada.
-Voy a por una cosa en el coche, tu ayúdame a detenerlos.
- ¿Necesitas que vaya contigo? -Álvaro estaba preocupado por dejarla sola. Ella se dirigió al coche como si pudiera care al suelo en cualquier momento.
Samara sacudió la cabeza y dijo:
-No es necesario, puedo hacerlo sola. -después de decir eso, le dejo y rápidamente se dio la vuelta, temiendo que sus padres sospecharan de sus lagrimas cuando la vieran. Samara caminaba con dificultad y se fue lentamente.
Álvaro la miraba y se sentía mal por ella. No sabia lo que ella quería hacer, pero quería hacer algo y el la apoyaba. Al ver que ella caminaba hacia el coche, el camino rápidamente hacia los padres de la familia Arias.
-Señor Manuel, señora Nuria, ¿A dónde van? -Álvaro había cuidado de los padres de la familia Arias como sus propios padres desde hace cinco años.
Al principio cuando el padre de Samara, el señor Manuel, veía a Álvaro, siempre estaba enfadado. No le importaba que Álvaro tuviera mucha importancia en Ciudad H. cuando lo veía, le golpeaba con cualquier cosa que encontrara. Sin embargo, Álvaro nunca resistió, dejando que el señor Manuel desahogara su ira. Incluso se ocupo de la atención del señor Manuel durante mas de una semana, en medio de la noche cuando el corazón del señor Manuel no era bueno y fue hospitalizado. Se comporto como si fuera su propio hijo e incluso ignoro su negocio familiar.
Después, la madre de Samara también lo acepto. Su hija había muerto y no dejo herederos. Solo tenían a un yerno, el hombre con el que su hija arriesgo todo para casarse. No tenia sentido seguir peleándose. La señora Nuria cambio su actitud y empezó a tratar a Álvaro como su yerno. Poco a poco la actitud del señor Manuel también se transformo. Después de cinco años, los dos ya trataban a Álvaro como su propio hijo.
-Álvaro, ya tenemos noticias de Samara. Dicen que ella todavía esta viva. -al ver a Álvaro dirigiéndose hacia ellos con prisa, la señora Nuria le tomo la mano con mucha emoción.
- ¿Ellos? ¿Quiénes son ellos? -Álvaro estaba sensible con esas palabras.
Aunque el padre de Samara estaba más tranquilo que la madre, también estaba un poco emocionado.
-Álvaro, tampoco se quienes son, pero Nuria y yo recibimos esta foto y fue Samara. Han pasado cinco años, todos creímos que ella había muerto, no pensamos que estuviera viva y que vive bien. Sin embargo, la persona dijo que hace cinco años, Samara había sido afectada por el fuego y se había golpeado la cabeza, por eso había perdido la memoria. Nuria y yo estamos pensado que somos capaces de hacerle recordar. Ya somos viejos, ella es nuestra única hija y la expulsamos por la fama de nuestra familia en aquel entonces. Si hubiera sabido que pasaría esto, no querría perder a mi hijo, aunque fuera el hazmerreír de toda Ciudad H. -mientras Manuel hablaba, sus ojos se pusieron rojos.
Samara volvió y estuvo allí escuchando. Cuando escucho lo que dijeron sus padres, empezó a llorar, pero se secó rápidamente las lágrimas. Ella también tuvo mucha curiosidad. ¿Quién les envió la carta a sus padres diciendo que continuaba estando viva? ¿Y como se vería en la foto? ¿seria como ahora? Samara realmente lo esperaba.
Aunque siempre se había dicho a si misma que no podía admitir su identidad aun, se emociono cuando escucho que sus padres tenían una foto suya. Mientras sus padres la reconocieran, pase lo que pase ella confesaría.
Álvaro sintió la llegada de Samara, pero no se dio la vuelta. Abrió el sobre frente a sus padres y vio la foto dentro de la carta. La mujer en la foto se parecía mucho a Samara hace cinco años e incluso sus ojos eran similares. Sin embargo, la mirada de esta mujer estaba confusa, como si realmente hubiera perdido la memoria.
Álvaro frunció ligeramente el ceño. Esto era definitivamente una conspiración. Samara estaba a su lado, pero hace mucho tiempo que ya no se parecía a como era antes. Esa persona usaba esta foto para que sus padres pudieran salir del país, ¿Qué querían hacer?
-Padre, madre, Samara todavía está viva, yo también recibí la noticia, pero la mujer en esta foto definitivamente no es Samara. -Álvaro dijo en voz baja.
- ¿Qué? -Nuria estaba sorprendida. -Álvaro sin duda esta chica es nuestra hija y ¿Cómo puedes decir que no? Erais pareja y dormíais juntos durante tres años.
Álvaro entendía lo emocionada que estaba Nuria y explico suavemente:
-Madre, piensa en lo grave que fue el incendio. Los bomberos no consiguieron apagarlo y Samara estaba allí gritando, nadie pudo ayudarla. ¿Cómo podría estar así, si hubiera estado en el incendio? Incluso yo estoy listo para aceptar que ella esta totalmente diferente. Mientras
ella vuelva, pase lo que pase, la querré. ¡Ella siempre será mi mujer! ¡Viva o muerta! -mientras decía esto, miro a Samara. Samara se sorprendió y rápidamente miro a otro sitio.
Obviamente la madre de Samara no pudo aceptar lo que dijo:
-Probablemente recupero su cara después del incendio o tal vez no se hizo daño… tal vez.
Antes de terminar de hablar, Samara ya había dado un paso adelante para coger la foto. Esa chica tenia de hecho su cara, si no hubiera visto la foto habría olvidado como era antes. Pero estaba segura de que no era ella, porque nunca había estado en ese sitio. Samara frunció el ceño y dijo en voz baja:
-Esta chica no es Samara, ahora no tiene esta apariencia.
Hasta ahora sus padres no la habían visto. Esta mujer era demasiado bonita. Tan bonita que hacia que todos se sintieran incomodos e infelices. Especialmente cuando la suegra vio a una mujer tan bonita al lado de su yerno, tuvo mas cuidado con ella.
- ¿Quién eres? ¿Por qué dices que no es mi hija? ¡No toques la foto de mi hija! -su madre agarro la foto con severidad e incluso resoplo fríamente con una actitud muy hostil.
Samara nunca había pensado que la primera vez que viera a su madre se comportaría así.
-Yo…
-Nuria, ella es mi amiga y también es una diseñadora que invite desde el extranjero. Su madre es mi secretaria y solo hablamos de cooperación. También es amiga de Samara y sabe todo sobre Samara desde hace cinco años. -Álvaro explico con mucha prisa. Podía sentir que su madre le había hecho daño, pero no era su culpa.
Al saber que esta mujer sabia todo de su hija en los últimos años, se dio la vuelta, miro a Samara de arriba abajo pero no dijo nada. Sin embargo, es obvio que no estaba segura. El padre de Samara tosió y dijo:
-Señorita, ¿Cómo te llamas?
-Me llamo… Catalina. -casi dijo su verdadero nombre, pero no lo hizo.
-Una chica con nombre extranjero. Obviamente no es de aquí. Ahora a los jóvenes les gusta mucho ir al extranjero, como si la luna en otros países fuera diferente a las de su patria. Nuestra Samara no haría eso, ha sido patriótica desde pequeña.
A su madre no le gustaba en cualquier aspecto y sus palabras fueron algo irónicas. Incluso subconscientemente tiro de Álvaro a su lado, separándolos claramente. Se giro hacia el y dijo:
-Te advierto, aunque eres mi compañero, pero es mejor para ti tener menos contacto con una mujer tan bonita. Antes no sabíamos que Samara estaba viva, ya sea que quieras volver a casarte, no podías tener esa idea para nada. Pero ahora sabemos que Samara está viva, no puedes ser desleal.
-Nuria, no lo hare… Catalina -Álvaro inconscientemente quería decir algo bueno. Pero su madre dijo con frialdad:
-Muy bien, tu padre y yo vamos a coger un avión. Ya sea mi hija o no, tenemos que ir y echar un vistazo. De lo contrario, no podemos dejarlo pasar. Cinco años ya, no me importa que
apariencia tenga Samara, tenemos que traerla a casa. -después de decir eso, la madre soltó a Álvaro y quiso salir con su marido.
Al ver eso, Samara los detuvo rápidamente:
- ¡Señor, señora, no pueden ir! ¡es una trampa! Samara sigue viva, pero definitivamente no es como la que habéis visto. Créanme.
- ¡Vete! -obviamente a su madre no le gustaba y la quería empujar.
En ese momento, Samara saco una cosa y se la entrego a su madre, que se detuvo inmediatamente y sus ojos se mojaron al instante.