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Chapter 63 - Estoy enamorado de ti

Samara estaba inquieta pero no lo mostro. Miro fijamente a Víctor y dijo:

- ¿Desde cuándo Álvaro y tú os habéis hecho amigos y empezaste a actuar como casamentero para él?

Víctor se sorprendió y se dio cuenta de algo enseguida.

- ¡Que va! No quería hacerle un favor. Solo digo tonterías. En realidad, Álvaro solo se preocupa por el mismo, ¿no? Guapa, ¿quieres darme la oportunidad de ser tu novio? -Víctor se inclinó hacia ella con una sonrisa coqueta.

Samara se burló y dijo:

-Deja de jugar.

-No es una broma, estoy enamorado de ti.

Mientras Víctor hablaba, quería tocarla sin que ella se diera cuenta. Inesperadamente, Samara ya conocía sus intenciones. Ella giro su cuerpo hacia un lado, por eso Víctor casi se cae al mar. Afortunadamente, Samara tiro de él.

- ¡Dios mío! Ahora se que te preocupas por mí, seguro que te gusto. -Víctor siguió diciendo cosas que la incomodaban. Samara no quería discutir con él. Después de tirar de él, Víctor se cayó sobre ella, sin saber si lo había hecho intencionalmente o no. -Uy, no puedo mantenerme de pie. El viento aquí es tan fuerte.

Una dulce fragancia llego hasta él. Víctor se sintió renovado y refrescado. Se había acostumbrado a los perfumes de varias mujeres, pero Samara no usaba perfume. En cambio, llevaba un aliento único que hacia que la gente se embriagara. Respiro hondo, tan hondo que hasta parecía infame.

- ¡Piérdete! -Samara no podía soportar la apariencia picara de Víctor. Extendió la mano para alejarlo, pero Víctor agarro su mano y dijo:

-Aquí encaja bien el refrán, si un hombre puede conseguir el amor de una mujer hermosa, aunque vaya a morir por ella, estará satisfecho. Guapa, me has embriagado. Mi corazón late por ti, ¿sabes? -mientras hablaba, coloco la mano de Samara sobre su pecho.

- ¿Qué estáis haciendo? -Álvaro de repente reprocho fríamente.

Samara estaba tan asustada que subconscientemente retiro su mano e inmediatamente se mantuvo a distancia de Víctor. Sin embargo, sobre esto, Álvaro pensaba que cuanto mas ellos trataban de esconderse, más fácilmente estaban expuestos.

Víctor estaba tan asustado por la voz de Álvaro que casi se cae en el mar. También sintió la reacción de Samara con sensibilidad. El no creía en lo que ella le había dicho antes. Víctor enderezo su cuerpo y dijo con el ceño fruncido:

-Álvaro, tu llegada es una decepción. Estoy con mi novia, ¿Por qué no te vas?

Álvaro estaba tan enfadado que se rio.

- ¿Ella es tu novia? ¿estás seguro?

- ¡Por supuesto! -Víctor enderezo su cuello como un gallo de batalla.

Solo entonces Samara se dio cuenta. Estaba enfadada por sus acciones en ese momento. Vio a Víctor provocando a Álvaro sin tener miedo a la muerte, a ella se le crisparon las comisuras de sus labios. Ella tiro de la manga de Víctor, indicándole que mantuviera el perfil bajo. Pero Víctor malentendió el significado de su acción.

-No te preocupes, él no me hará daño. Soy el sucesor de la familia Ribeiro, así que no se atreverá a echarme al mar. -Víctor dijo con confianza y en el momento siguiente, sintió como un fuerte viento pasaba por su cara. -Santo cielo, Álvaro, ¿estás loco?

Víctor subconscientemente levanto la mano para bloquear el ataque, pero el movimiento de Álvaro fue tan rápido que el no pudo reaccionar.

-Maldita sea, no puede ser. No parece que este herido. Guapa, deja de mirar. ¡Ayúdame! Si no hablas, realmente me tirara al mar. -Víctor fue forzado a mostrarse humilde delante de Álvaro. Nunca pensó que estaría tan avergonzado delante de Samara. Pero fue una pena que estuviera en esa posición.

Detrás de el estaba el mar. El lugar donde estaba parado ahora estaba lleno de rocas, por eso no pudo reaccionar oportunamente. Álvaro bloqueo el camino por delante y no le dio la oportunidad de subir.

Samara vio que Álvaro era muy severo. Aunque era la primera vez que lo veía atacar, realmente se sorprendió.

- ¡Álvaro, para! ¡Víctor se va a caer! -Samara tuvo que recordárselo.

La situación no seria tan mala si ella no dijera nada. Pero al escuchar que ella había suplicado por Víctor, la cara de Álvaro se volvió más sombría. Sus acciones eran más violetas.

- ¡Álvaro, no te dejare en paz, aunque me muera! -Víctor lanzo un grito y recibió una patada que lo llevo directamente al mar.

Debido a su peso, había grandes olas en el mar, lo que hizo que Samara se sorprendiera mucho.

-Él…

- ¡No morirá! Es campeón de natación, no le pasara nada. Isaac, envía a alguien para que vigile, ¡no dejes que suba antes de que se ponga el sol! -la voz de Álvaro era fría y sin ninguna emoción.

Al oír eso, las comisuras de los labios de Samara se crisparon otra vez.

-Todavía es temprano. Si no sube antes de que se ponga el sol, morirá.

- ¿Estas preocupada por él? -Álvaro de repente se precipito frente a Samara, sus hermosos ojos estaban llenos de tristeza. -Cuando yo estaba acostado en la sala de operaciones, deseaba que fueras la primera persona que viera. Pero estabas charlando felizmente con el y ahora me estas recriminando por su seguridad. Samara, yo soy tu hombre.

El aliento de Álvaro llego a su cara. Samara quería retirarse y esquivarlo, pero Álvaro la abrazo por la cintura y la atrajo hacia sus brazos.

-Me he declarado, te he explicado, pero no me crees. Prefieres mantener tu versión a darme una oportunidad, prefieres estar involucrada con Víctor que estar conmigo, ¿verdad? ¿me odias tanto así?

- ¡Si! ¡Te odio mucho! Si no hubiera sido por una razón en especial, yo no habría venido a Ciudad H, no quería verte nunca más. -Samara estaba enfurecida.

Álvaro se sorprendió por sus palabras.

- ¿Por razones especiales? ¿Cuáles? Volviste porque todavía me amas, ¿no?

-Después de amarte por tres años sin tener respuesta alguna, después de experimentar el incidente donde mi marido llevo a una amante a cara, pero me envió lejos, después de casi morir en un incendio y causarme muchos problemas, no voy a rendirme en tus pies, no voy a perseverar por un amor que no existe. Tú, Álvaro, no eres digno de mi amor. Como yo era joven e ingenua, te ame con todo mi corazón, pero ya no te amo. -Samara uso todas sus fuerzas y empujo a Álvaro, justo en ese momento toco su herida.

Álvaro gruño y la sangre broto, pero Samara paso junto a el como si no lo hubiera visto. Mientras pasaba a su lado, dijo fríamente:

-Álvaro, tu vida es insuficiente para compensar lo que nos debes a mi y a mi hijo. Deja de usar estrategias para que yo haga compromisos. Para mi eres solo un desconocido. Nada más. -después de decir eso, se fue. Pero sus palabras penetraron en el corazón de Álvaro.

Las manos de Álvaro estaban fuertemente estrechadas y de repente sintió que el dolor en su pecho era insoportable.

- ¡Samara! -el la llamo, esperando que ella pudiera darse la vuelta, incluso si solo fuera un instante.

Aunque era un deseo tan simple, Samara no le permitía lograrlo. Como si no hubiera oído nada, ella rápidamente se fue. Solo Álvaro se quedó allí, al lado del mar con el viento y sintiéndose solitario.

Isaac no sabía lo que había pasado entre ellos, pero al ver a Álvaro así, se sintió un poco triste y dijo:

-Señor, su cuerpo no puede soportar la fatiga, parece que el resentimiento entre ustedes no se ha formado en poco tiempo, así que deberías averiguar la razón por cual las cosas han llegado a este punto.

Esa frase lo despertó. Se pregunto por qué ella lo odiaba tanto, aunque no le había hecho nada. Incluso si trajo a Rebeca de vuelta a la familia Ayala, fue por otras razones. Le había explicado que ella no tenia nada que ver con él. ¿Por qué ella no le creía? Si hubiera sido puramente por celos entre mujeres, tal vez no tendrían este resultado. Álvaro entrecerró los ojos y dijo en voz baja:

-Debo investigar este asunto con claridad.

-Quizás debería investigar a una persona en concreto.

- ¿Quién?

- ¡Rebeca!

Las palabras de Isaac hicieron que Álvaro se sorprendiera.

- ¿Rebeca?

-Exactamente. Los celos de una mujer son aterradores. Era tu novia al principio. Si usted no hubiera tenido sexo con su esposa en aquel banquete y no se hubiera visto obligado a casarse con ella. Rebeca habría podido ser la señora de la familia Ayala, cuando ella se fue de la Ciudad H ese año, nadie sabia a donde iba. Pero ¿Por qué volvió embarazada tres años después? Sin embargo, el señor Ronald murió. ¿Es realmente una coincidencia? -Isaac sabia cosas sobre Álvaro. Era un espectador, por lo que sin duda lo vio claramente. En cuanto a Rebeca, el siempre sintió que ella no era tan inocente.

Álvaro frunció el ceño

- ¿Sospechas que todo esto ha sido diseñado por Rebeca?

-Me temo que mis sospechas son ciertas. Si es verdad, entonces el incendio en el que casi murió su esposa y la razón por la que Jaime desapareció, podrían tener algo que ver con Rebeca. Sin embargo, todo esto son especulaciones mías. En cuanto a la evidencia, tendrá que encontrarla usted mismo. -dijo Isaac, pero Álvaro comprendió algo.

-Ya entiendo. -salió de la playa y fue directamente a la habitación de Samara.

Eduardo y Adriano todavía estaban dormidos. En ese momento, los dos niños estaban acostados en la cama, uno en la cabecera y el otro a los pues. Eduardo dormía tranquilamente, pero Adriano abrazaba los pies de Eduardo. Sonreían y parecían despreocupados.

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