-"Lo que forza al sujeto a vivir, es el instinto de no ser devorado por el mundo"-
No lo recuerdo, lo tenia, como una estancia que ahora se desmorona como un copo de nieve en una lengua, se que es tener un nombre, pero no recuerdo el mío, no puedo mover en totalidad mi cuerpo, pero tengo algo en claro, es que tal vez estoy muriendo, quien diría que puedo seguir charlando en ecos con mi cabeza, pienso que la oscuridad misma oculta mi esencia en las frías penumbras de mis cuencas, pero no era así, es cálido, casi como si estuviese en los brazos de alguien, solo que envuelve todo mi cuerpo, aún con una sensación punzante en la cabeza, podía disfrutar de la oscuridad un poco, aunque esta era sofocante, me daba la impresión de que me iba a quedar aquí por un tiempo.
Si mal no recuerdo, era un sonido de bala lo que escuche después de abrir los ojos aquí, aunque no se bien si los tengo abiertos o cerrados, este calor empalagoso, me da la idea de que tal vez estoy en coma y esto que estoy diciendo es solo mi conciencia soñando con el pasado, podría ser muy especial mi caso, debería esperar que mi alma saliera de mi cuerpo y flotara arriba de él, para ver con claridad cómo los doctores arreglan mi situación, si logro despertar, podría contar mi experiencia al borde la muerte, pero este no era el caso, no había nada, ni olor, ni presencia, solo calor.
Tengo en la punta de mi lengua un par de nombres, pero no salen de mi, es como si estuviesen atrapados en mis encías, se que tengo madre y padre, no recuerdo si tenia novia o esposa, pero tengo una vaga presencia de una silueta, un fino corte de un cuerpo femenino entre la cintura y su cabello, era como si mis memorias reaccionan al pudor de la otra persona, de aquella chica, que creo yo, es importante para mi. Amigos, trabajo, tengo pocas sensaciones, tengo conocimiento de varias cosas, pero todo lo que conozco como amigos, está presente, pero solo como si fuera un relleno efímero, que cesará luego de saber que sucede conmigo. Podría decir que tampoco sé en qué idioma estoy hablando ahora, tal vez es, ¿Español, o inglés, tal vez estoy hablando Japonés?, tal vez una combinación de estos, mis años, tal vez, ¿20?, ¿creo que eran 27?, no, ¿Estoy mal?, después de todo la voz de mi conciencia es la de un hombre, cierta entonación imaginaria me da una idea de cuántos años me creó yo soy.
La calidez, con la cual estoy viviendo en estos momentos, se hacía más presente, ya no era cómodo, era un encierro ardiente, era una calor feroz que lo acompañaba un aro de fuego, era hipnotizante, luego, un pasaje, uno de cientos, tal vez miles de aros de fuego, mis ojos y conciencia pasaban por todos y cada uno de ellos, se hacía cada vez más intenso, mientras que las flamas se hacían más y más grandes, luego, un bullicio al fondo, no podía ver nada, pero sentía como si cientos de personas estuvieran reclamando o celebrando ese momento en particular, era un concierto de salvajes, hasta que en el fondo de esos aros, se encontraba una luz, penetrante y brillante, que se hacía más y más grande, entre más me acercaba más ruidosos se volvían los gritos de las personas, bueno, quiero pensar que son personas, ya que son gritos espeluznantes que, si aún tengo cuerpo, me haría tener los pelos de punta.
Mientras la luz aparecía, dos grandes manos salieron de mis lados, casi como si quisieran tapar la luz a la que iba, las llamas se intensificaron, quemando esas oscuras manos que se aproximaban, pero no paraba de intentarlo, hasta que la luz llegó a un cierto punto, donde ocupaba todo lo que consideraba por ahora, existencia.
Abrí los ojos, y por primera vez observó, nada, solo virutas de luces que acaparaban mi vista, mis oídos reconocían un par de voces que no coinciden con el idioma que creo yo hablo, la luz era mucho para mis ojos, tal vez era por la blancura del hospital, tal vez realmente sigo con vida, para que después, ese calor de un principio, ahora se torna en un frío escandaloso.
Mis ojos se concentraron tanto en querer ver la habitación en la que estaba que mis pupilas se acostumbraron a ella, al hacer eso, me di cuenta en lo tétrico y rústico que era el lugar, podría decir que era muy limpio, un color café y gris envolvían las paredes, mientras estas eran manchadas por una luz amarillenta, no era del atardecer claro, era de una veladora, mientras que el techo tenía unas grandes vigas de madera, no se mucho de esas cosas, pero podría decir que tienen una buena estructura. No sabía con exactitud si había alguien o no conmigo, pero al ver de reojo observó que alguien si me esta acompañado, después, un candil flotante donde este era sostenido por una cuerda como si de un globo se tratase, era tanta la confusión que escuche un grito, uno de emoción, la persona que lo sostenía al parecer era una chica de ojos azules con un lizo y corto cabello negro, me miraba con una gran sonrisa de oreja a oreja mientras decía unas palabras incomprensibles, solo se que lo decía con entusiasmo, volteaba una y otra vez hacia alguien o algo, al parecer estoy apartado de alguien o algo más, o tal vez ella fue la primera en verme despertar y está llamando a todos, amarró la cuerda a una pared que parecía tener un tornillo para sostener el candil, para luego con sus manos junto con una abrigada manta, arropo todo mi cuerpo, ahora que lo veo y pienso, la manta y mi cuerpo son pequeños, no creo que tan poca tela pudiera conmigo, luego me levanto sin más, como si de plumas fuera yo, al quedar un poco atónito de eso, al querer a hablar, solo sonaban unos quejidos chillones, no sentía reseca la garganta o algo, solo que, las palabras no salían, casi la misma sensación como si estuviera tratando de recordar algo, si mi cuerpo era pequeño, entonces, ¿Cuánto tiempo ha pasado?, ¿Será que el coma ha hecho que me vuelva débil?, aunque es imposible que alguien me levanté de esa forma sabiendo que soy un adulto promedio, le costaría trabajo por lo menos, me tomo de una pequeña camilla para llevar a lo que sería después, un encuentro realmente gratificante.
Aquella joven mujer, de unos grandes y cansados ojos grises, un desbaratado pelo castaño, un rostro fino y "recto", me miraba con ternura, tal vez es ella la mujer del cuerpo cortado que pensaba al principio, o tal vez mi madre, aunque sí recuerdo un poco la cara de mi madre, y puedo decir que esa no es la de ella, me tomó entre sus brazos, no separaba por nada del mundo su mirada de la mía, era con un cariño y amor, que hacía querer abrazarla con ese mismo afecto, pero ¿Qué relación tenía con esta mujer?, tal vez si es mi novia o esposa, no lo se, pero al alzar mi mano para tocar su rostro, noté que mi brazo era demasiado pequeño, o tal vez son ellos los gigantes, sus pómulos eran inalcanzables, pero ella al notar que quería tocarla, solo con su mano, soporto, lo que yo no me había percatado, era una mano regordeta y pequeña, era como el brazo de un bebé.
Sujeto con cariño, mientras que las lágrimas a cántaros se resbalaban entre su sonrojado rostro, una gran sonrisa con un par de hoyuelos se mezclaban con su alegría hecha lluvia y truenos, entre bocanadas de aire y carcajadas, ella soltó una frase, que casi pude entender, y una palabra, creo yo es universal en todas los idiomas, "mamá", seguida de otra palabra, creo yo, era un nombre,
--Emma--
Tal vez ese era mi nombre verdadero, aunque suena muy femenino a mi parecer, tal vez mis padres realmente tenían gustos extraños para los nombres, esta mujer no es mi madre, eso quiero pensar, pero esa mirada suya, me hacía creer, que sí lo era.
Luego todo eso, escuche un estruendo, como el de una puerta azotándose, vi la llegada de un hombre con una piel morena, un hombre con un físico de envidiar, no tenía su cuerpo desnudo claro, pero se notaba debajo de esas ropas de invierno suyas, que tenía músculos en todo el cuerpo. Él me miró con afecto, aunque su rostro daba la impresión de ser alguien que se frustra con facilidad, pero sus ojos decían otra cosa, eran ojos de cansancio y odio, pero la mirada que me daba era de puro amor, este hombre al parecer, le pidió a la joven mujer si podía cargarme, y también, como si fuese una pluma, me levanto como si nada, con esos ojos, realmente me puse un poco histérico que provocó un llanto con lágrimas a montones, el hombre desconcertado me llevó de nuevo a los brazos de la joven.
A pesar de tener conciencia, ¿Por qué llore?, sueno realmente como un niño.
Luego de pensarlo bien, si realmente no conozco a estas personas, ¿Qué hacen aquí, realmente son los rostros que no podía recordar hace unos momentos?, mi cuerpo se siente fresco, cálido, pequeño, es que acaso soy, no, si lo soy… eso quiere decir que realmente morí, si soy en realidad un bebe, esto es, ¿La vida detrás de la muerte?, ¿la reencarnación?
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Pasaron un poco los días, me la pasaba intentando reflexionar sobre todo esto, y eso es, es que estoy muerto, este mundo demasiado grande por ahora como para pensar que está habitada por gigantes.
Los días, las noches, eran casi lo mismo, una rutina que no paraba, de vez en cuando la joven mujer jugaba conmigo, era al parecer un niño después de todo, solo que luego de unos minutos ella solo ponía como una mirada vacía al notar mi pensativo yo, la verdad, no quería desperdiciar mi tiempo en juegos, quería respuestas, ¿Ella es mi madre, yo soy ese tal Emma?, ¿Quién soy en realidad?, ahora que recuerdo un poco, Alemania tenía chicos que se llaman Emma, ¿Cierto?, pero, ¿Qué hago en Alemania, esto realmente podría ser un país de Europa?, ¿Dónde estoy realmente?, ¿Acaso hay un país que inventara los candiles flotadores?, y si soy una reencarnación, ¿Por qué?, ¿Es un premio por algo?, no recuerdo mi vida del todo, solo tengo vagos ríos de información, un par de imágenes de locales, datos, títulos de libros, sonrisas con rostros cortados, era muy molesto pensar en todo eso.
Mi mirada perdida, sobre mis pensamientos se fueron disipando con el tiempo, la verdad, todavía existían las dudas orbitando como lunas en mi cabeza, pero no eran lo bastante pesadas luego de tantas experiencias que tuve con las chicas, podría decirse que me relaje luego de un tiempo, ya que por sí solas, las respuestas no van a llegar, menos si soy un niño en crecimiento, aprender y preguntar, eso es lo que debo lograr, y si esto es una oportunidad para no volver y quedarme en esa oscuridad de un principio, estoy bien donde estoy.
En efecto, cuando me acostumbre a este "nuevo yo", lo más frustrante y tedioso era que tenía que "alimentarme", cuando lo pensaba mucho, lo disfrutaba, era algo que no podía evitar, después de todo, soy un hombre, esta mujer que no conozco me está mostrando su pecho desprotegido, realmente era algo extraño pensarlo, las muchas veces que me negaba, era forzado a hacerlo, al parecer, aquí no hay biberones o ¿es que son demasiado pobres para pagar por uno?, entonces, el pecho era la única vía de comida.
De vez en cuando me ponía a gatear para explorar la casa, era rústica, realmente casi todas las cosas eran hechas de tela, piedra y madera, un par de cosas de metal, que serían los candiles, pero solo eso, ¿Por que solo hay candiles y no lámparas o focos, realmente esta mujer es pobre?, y si es así, ¿Dónde está el hombre de la casa?, debería cuidar de su mujer, cualquiera puede aprovechar esta situación.
Yo dormía en la habitación con la joven chica, había otras habitaciones, pero solo las usaban como bodegas, había una de ellas con cama, closet y un gran espejo del piso al techo, tal vez aquí duerme alguien, creo yo podría ser la chica de ojos azules que me dio el visto nuevo a esta vida.
Era algo normal para mi forma de ver, era una casa con un estilo medieval, muy, pero muy estilo de Europa, realmente tenía el presentimiento de que si era así, estaría en Alemania.
De vez en cuando entraba a esa habitación y me miraba al espejo, estaba fascinado con el rostro tan fino y blancuzco que tenía, con unos grandes y redondos ojos color verde, una cabello castaño y un lunar en la parte superior de mi ceja derecha, los ojos, esos ojos no los reconozco, totalmente soy otra persona, tengo vagas variaciones de mi apariencia de mi yo del pasado, pero este rostro no estaba tan mal, ¿Tendré que agradecer a Dios, por esta nueva oportunidad de vivir?, si es así, alabado seas, conquistar muchas chicas con este rostro tan joven y perfecto es algo que no puedo dejar pasar cuando crezca, si tengo esta cara, es por algo.
La joven salía en las mañanas y entraba a casa después de ratos, había veces donde llegaba con bolsas repletas de fruta y demás comida, ella mientras se iba, la que me cuidaba era la misma chica que me miro desde un principio, era cariñosa, un poco más la otra, pero eran sentimientos encontrados muy diferentes, al parecer ella no vivía con nosotros, solo venia a cuidarme y nada más, supongo que lo hace por trabajo de niñera o algo, ella me enseñaba un par de palabras de su idioma, lo primero que pude entonar bien al aprender fue, "mamá, hambre, baño y Emma".
El hombre musculoso venía de vez en cuando, siempre en un nuevo día él aparecía intentando hacer caras graciosas, pero realmente no reaccionaba a ello, más bien, lo ignoraba, era un hombre que siempre se le veía contento, aún con esas duras expresiones y sus bolsas debajo de sus ojos, él le sonreía de forma cariñosa a la chica que cuidaba de mí, tal vez sea un familiar o su novia.
Luego de un tiempo, la chica me enseño su nombre, al igual que la chica que se denominaba mi madre y el hombre musculoso, "Nayla" era la primera chica que conocí, "Booker" era el de hombre, y mi "madre" era "Soter", de una forma aún más fácil, podía identificarlas.
Ya había pasado un rato, unos meses o semanas, pero en ese tiempo, Soter compro un libro con el abecedario y palabras que tenían pinta de ser muy difíciles de aprender, pero no imposibles, era realmente entretenido y educativo, algo tedioso al principio, ya que al ser tratado como un niño, -aunque lo era-, el aprendizaje era más lento, siempre empezamos las clases recalcando las palabras "niña" y "niño", señalando a ella misma y a mi cada vez que decía "niña" era raro, ya que soy un chico, me esforzaba en decir "niño", pero Soter se esmeraba en recalcar la palabra "niña", espero que no intente hacerme un chico femenino, por que no lo va a lograr.
Luego empezaban las clases para aprender a caminar, que eran aún más molestas, ya que mis piernas no reaccionan muy bien del todo, con el pañal y una sensación rara en mis partes, y aún más cuando hacia del baño, desde que empecé a vivir esta vida de bebé, mi entrepierna se sentía extraña, suponía que era el ser un recién nacido, no podía ver nada después de todo, Soter era buena cambiando con rapidez los pañales al igual que Nayla, y no quería darle tanta importancia, después de todo, soy un niño en crecimiento, preocuparme por eso ahora, no daría tanta importancia.
Con el tiempo aprendí a subirme a los sillones, era con algo de trucos pero lo lograba, la ventana que estaba cerca de la puerta principal tenía una gran vista a unos cultivos donde Soter siempre y todas las mañanas trabajaba, ya sea mañana, tarde o llovizna, ella siempre cuidaba sus cultivos.
Ya había pasado creo yo unos 10 u 11 meses, un corto pero gran tiempo, después de todo ya entendía un poco lo que decían gracias a las clases de Nayla, ya que Soter se encargaba de las partes más gramaticales y la otra se encargaba de la parte del vocabulario.
Los días aunque fueran a veces repetitivos, no se quitaban de aburridos cuando exploraba, ya que de vez en cuando, aunque Soter no quería, me salía de la casa para poder caminar un poco, era un valle, un poco de planicies pero el camino donde siempre me dirigía daba hacia un bosque, los señalamientos aún eran difíciles de comprender, pero puede que más adelante se encuentre una ciudad o un pueblo, y cuando más quería saber del más allá, sin excepción alguna, mi "madre" me atrapaba con una mirada y aura asesina, como si un lobo estuviera cazando a su presa.
Luego de aprender a caminar y a leer, Nayla llevaba libros con textos muy avanzados para que los leyera, me daba pequeñas palmaditas en la cabeza repitiendo la palabra, "¡Kilane!, ¡Kilane, Emma!", que por lo que aprendí, significa "¡Muy bien, Emma!". De vez en cuando, ella los leía por mi, ya que eran grandiosas historias, algunas veces en las noches Soter también lo hacia, era raro que lo hiciera, ya que trabajar en los cultivos y estar yendo y viniendo de la ciudad a la casa, era notorio que el agotamiento sería excesivo para una mujer como Soter.
Con el paso del tiempo, mi entrepierna empezaba a molestarme mucho, después de todo los pañales eran pedazos de tela bien amarrados, tal vez el pañal estaba mal puesto o ya no me quedaba, no lo sé, pero fue cuando tuve que hacer algo por mi cuenta, me encaminé al cuarto donde dormía ya que seria de mal gusto hacerlo todo en medio de la casa, ya que si parece Nayla o Booker, no quiero que vean a mi pequeño amigo que está en proceso de crecimiento. Al llegar a la habitación, me quite las prendas dejando solo un pañal, intentando acomodar por mi mismo lo que tenía entre las piernas, entonces en un frío movimiento, no sentía nada, vacío, entonces, como si fuera el fin del mundo busco desesperadamente un espejo, era realmente rápido, siendo un niño y moverme libremente, era veloz, cual rayo.
Terminé en la otra habitación con ese gran espejo.
Decidí quitarme el pañal, al bajar lentamente, solo podía poner por el reflejo dado, una mirada fría y metódica, solo pensaba, "Ah, y… ¿Mi pene dónde está?", espera… ¡Mi pene no está!, el grito y el llanto que dejó fueron respuesta suficiente para que Soter entrará rápidamente a la casa, unos apresurados pasos se agitaban en la madera del piso, llegó al cuarto y me vio totalmente desnudo, o… desnud… no lo quiero decir.
-Emma, ¿Por qué no tienes tu ropa?
Ya podía entender lo que decía, ¡Espléndido!, espera… no es momento para eso, ¡¿No tengo pene?!
Soter me puso de nuevo el pañal y con una risilla dijo,
-¿Acaso Emma estaba investigando por su cuenta?, se que eres mi pequeña aventurera pero esto es mucho… - Repitiendo una vez más la misma palabra para denominar a una niña - Eres realmente una "chitzer" inteligente y escurridiza.
Se lo he dicho todo el tiempo.
-No, Yo, "Átoko" - Dije con un tono malhumorado
Primero quiero respuestas, ¿Dónde está mi pene?
-¿Cuántas veces tengo que repetírtelo, no eres un Átoko, eres una Chitzer, repite conmigo CHI - T - ZE - R… eso es lo que eres
(Atoko es niño y Chitzer es niña en el idioma Haldereyano)
Espera, en verdad, me estas diciendo que todo este tiempo, esa cara tan refinada que siempre miraba, esta incomodidad en la entrepierna, era porque soy, ¿Una niña?
¡¿HE REENCARNADO EN EL CUERPO DE UNA MUJER?!