Orlando.
Era casi medianoche cuando Jordan regresó a la Villa Rose Garden. En ese momento, los antiguos compañeros de universidad de Hailey se habían ido.
Para su sorpresa, los padres de Hailey llegaron después de que sus compañeros se fueran para ayudar a limpiar.
Jordan entró y les dijo: —En realidad no tienen que limpiar. Tengo ayuda.
Sylvie se apresuró a servirle un vaso de agua mientras respondía: —Mi querido yerno, debes estar cansado después de un día tan largo de trabajo. Siéntate y toma un poco de agua.
Después, señaló el desorden que había en el vestíbulo y comentó: —Esos sirvientes no están capacitados. Hay tantos adornos caros aquí. ¿Y si se dañan accidentalmente? De todos modos, Benedict y yo no tenemos mucho que hacer. Lo trataremos como un ejercicio.
Benedict intervino con una sonrisa deferente: —Sí, lo trataremos como un ejercicio. No es nada agotador.
