Después de fijar el lugar y aterrizar con seguridad, Jordan llamó a Jamie para que saliera.
Su hermano ya había informado a sus compañeros de que no debían atacar el avión. Llevó a sus hombres al pequeño bosque que había junto a la base. Allí no había nadie y era relativamente seguro.
—¡Jamie!
Park Sora se abalanzó sobre él con entusiasmo en cuanto lo vio.
Él llevaba un mes en el campo de batalla y no había visto a una mujer tan bella y tierna. Cuando vio a la encantadora Park Sora, se emocionó muchísimo y se apresuró a besarla dos veces.
—Cariño, ¿me has echado de menos?
—Sí, sí. Te he echado de menos cada minuto del día...
Los dos empezaron a intercambiar palabras dulces.
Jamie parecía no poder esperar más. Le dijo a Jordan: —Espérame un rato. Déjame arreglar esto primero. Luego hablaremos.