Mis ojos empezaron a nublarse, el aire empezaba a faltarme.
Dejé los trastes en el piso mientras intentaba levantarme para salir de allí, no podía rendirme.
De pronto distinguía aquella voz gruesa que me había acompañado por tanto tiempo.
-¡Krystal! ¡Krystal! ¡Respóndeme por favor! - venía desde la parte de afuera.
Al escucharlo fue como si mi corazón hubiera recobrado la esperanza, mis ojos se llenaron de lágrimas.
-¡Aiden! - grité con la voz que me quedaba.
Pasaron unos segundos hasta que un golpe llegó a mi puerta.
-¡Apartate! - me ordenó desde afuera.
Me arrastré hasta la pared, la puerta se abrió de par en par, logré escuchar la caída de varios tubos de metal.
La puerta estaba atascada con el material de construcción que se encontraba al final del pasillo.
-Krystal - susurró el bombero tirándose al piso hasta cubrirme con sus enormes brazos.
-Aiden - dije entre sollozos.
-Dejaste de hacer ruido, yo... yo pensé que te había llegado demasiado tarde. ¡¿Cómo podría vivir sin ti?! - exclamó mientras mi cabeza se recargaba en su hombro.
-Gracias por venir por mí... - respondí aferrándome a su extensa espalda.
-Sujetate, te sacaré de aquí, no tengas miedo.
Se levantó para cargarme en su espalda, salimos de el departamento para ver cómo el piso estaba llenandose de las llamas carmesí.
Aiden avanzaba rápido y con decisión, jamás lo había visto de esta manera.
Así era como ayudaba a todas esas personas, les devolvía la esperanza al ser encontrados y rescatados.
-Baja la cabeza, no te soltaré pasé lo que pasé.
Bajamos las escaleras de emergencia dónde ya había un operativo, una gran escalera proveniente de un camión de bomberos estaba sobre la ventana de el piso quince.
Recuerdo haber escuchado a Aiden decir algo pero perdí el conocimiento, pero me sentía segura a su lado.
AIDEN
Krystal se había desmayado, no podía creer que hubiera soportado tanto tiempo encerrada con ese humo.
Pero era lista y consciente de lo que pasaba que siguió la mayoría de recomendaciones, al final pude encontrarla gracias a su esfuerzo.
Su respiración estaba empezando a alentarse, al bajar de las grandes escaleras la llevé hasta una de las ambulancias.
Sus mejillas tenían rastros de cenizas, no podía perderla.
-Perdió el conocimiento, tengo la sospecha de que inhaló demasiado humo - comenté mientras la acomodaba dentro de la camilla.
Los paramédicos colocaron una máscara de oxígeno en su rostro mientras revisaban sus signos vitales.
-Nos trasladaremos al hospital, ¿hay algún familiar presente? - preguntó el médico apresurado.
-Yo la acompañaré, soy su novio - respondí subiendo a la ambulancia.
Chase vino corriendo hasta mí, el incendio ahora se mantenía controlado y parecía que no había más personas dentro.
-¿La encontraste? - preguntó con la respiración agitada.
-Tienen que llevarla al hospital, encárgate de lo demás - le pedí arrojándole mi casco.
-¿No hay un familiar sanguíneo? - preguntó otra paramédico.
No confiaban en mi palabra, no los culpaba.
-No sé preocupen, pronto nos casaremos, él lo puedo confirmar - mencioné mirando a Chase.
El asintió seguro, las puertas de la ambulancia se cerraron y partimos hasta el hospital más cercano.
Tomé la mano de Krystal, todo esto era a causa de ella.
Desde hace tres años no he salido con nadie, he ignorado invitaciones y rechazado a los demás.
Había entrado en mí, sin dejarme escapar, ahora ella era todo lo que estaba en mis pensamientos.
Día y noche solo era ella.
Realmente me había atrapado, y no quería dejarme ir.
Podía ser capaz de hacer todo, ella era todo el futuro que deseaba.