Mi nombre es Elaine Park y estoy casado con un completo desconocido.

Un día desperté dentro de un hotel sin nadie a mi alrededor, nunca averigüe cómo es que llegue allí.

La única pista que tuve fue un certificado de matrimonio y un anillo de diamantes que se encontraban sobre la mesa de noche.

Confundida intenté pedir información en la recepción del hotel, intentado saber con quién había pasado la noche.

Pero no me dieron nada útil, desde ese día he estado unida a otra persona, al cuerpo, alma y rostro de alguien que desconozco.

En el certificado de matrimonio estaba escrita la fecha del día donde se realizó el evento de la inauguración de una galería que patrocinaba mi padre.

Busqué entre los invitados pero ni uno solo coincidía con el nombre que estaba escrito en él.

Mi padre se dió cuenta de mis actitudes haciéndome confesar que me había casado en secreto, en vez de molestarse o sorprenderse se alegró... claro que no mencioné el detalle que no conozco a mi marido.

Desde aquel día han pasado dos años, mi investigación se ha calmado un poco pues cuando pienso que encontré a mi esposo me enredo en un laberinto sin salida.

Así que es un tipo de secreto que solo sabe mi padre y mi hermana menor, ¿qué pasó esa noche?

Espero pronto saberlo.

Había mantenido un puesto en la compañía donde mi padre era socio, mis compañeros sabían que tenía relación con el señor Park.

Pero pensaban que solo había sido una recomendación por mi gran trabajo, por lo que desconocían que compartía un lazo sanguíneo con él.

Prefería que fuera de esa manera, así evitaba problemas de acusaciones en mi contra.

Me encontraba en la oficina participando en la junta de el nuevo lanzamiento de la línea de primavera.

La compañía llevaba el nombre de Altier, una empresa de moda de gran reconocimiento.

Se convirtió en una de las líderes del país, pudiendo extender el mercado a otros continentes.

Era la primera que lo lograba.

Salí de la junta agradeciendo por la participación de todos, cuando atravesé la puerta me encontré con mi amiga Yua.

-¿Cómo te fue en la junta? Ahora tenemos más trabajo por el lanzamiento de esta línea... necesito una vacaciones - se quejó mientras giraba su cuello.

-Lo sé pero todo parece estar funcionando bien, en serio necesito que me den un aumento - contesté riendo.

-El departamento de publicidad está trabajando muy duro, pero la respuesta es buena. Ya hemos recibido algunas solicitudes de los socios para que puedan asistir.

-Mandalas al otro departamento y después las revisaré, el evento será dentro de poco. ¿Ya casi es tu descanso? - pregunté caminando entre los pasillos de la oficina.

-Si, en cinco minutos pero lo adelantaré para ahora. Me muero de hambre, lo único que ha probado mi boca es agua y si sigo así voy a reventar.

-Iré a dejar los papeles y vayamos a la cafetería, tengo que estar aquí a las cinco para recibir al nuevo director.

-Escuché que viene desde Estados Unidos, no puedo creer que venga a hacerse cargo de la empresa.

-¿Bromeas? Es el dueño de toda la compañía, tiene un monopolio sobre sus manos, es sorprendente siendo tan jóven - respondí imaginando cómo podría ser el nuevo director.

-¿Ya lo has visto? Parece que fue hecho con lo mejor de cada hombre, ha salido en la revista tres años consecutivos como el soltero más codiciado. Daría lo que fuera para poder verlo...

-Dejame ver su fotografía una vez más - pedí mientras Yua buscaba el nombre del director en internet - dios, ¿cómo puede ser tan atractivo?

Tenía un cabello oscuro, su piel era clara que hacía resaltar todas sus facciones marcadas.

Sus ojos eran de un color caramelo que podía perderme en ellos, sus labios tenían un ligero tono durazno y su cuerpo era fornido pero sin exageraciones.

-No puedo creer que voy a estar trabajando con él - comenté sin apartar mi vista de sus fotografías.

-Sabes, quizá te pase lo mismo que en esas historias de televisión. Dos personas tan cerca en una oficina todos los días... ya sabes, puede encender algo - dijo Yua con una sonrisa burlona.

-Tonta - respondí riendo mientras subíamos al ascensor.

Tonta, no podía hacer eso cuando estoy casada pero si alguien como él fuera el desconocido que tanto busco no me quejaría.