" ¡Ya basta! " un furioso grito ahogado resonó en la discreta capilla que aún mantenía los arreglos florales con rosas blancas y cintas negras.
Dos personas eran el foco de atención de los pocos presentes en la habitación. El viejo mayordomo y el resto del servicio no se atrevieron a moverse ni a respirar fuerte.
Nunca habían escuchado a su joven dama levantar la voz de esa forma. Jamás
La muchacha tenía la tez pálida y húmeda, los ojos rojos en medio de una neblina parecida a las lágrimas contenidas. Se veía tan sumamente frágil y débil, tan vulnerable que quien fuera que la viera, tendría la urgente necesidad de estrecharla entre sus brazos.
La gasa blanca en su cabeza acrecentaba aún más esa sensación
" Zhenzhen... "
" ¡ Cállate ! No quiero escucharte, y no lo pienso hacer nunca más. "
La figura delgada y penosa que hasta hace un momento miraba pérdida el lugar donde minutos antes reposaba el féretro de su abuelo ya no existía.
Con rabia se arrancó el velo negro que cubría su cabello y el odio puro brillaba ensus ojos avellana.
" Yo ya te he escuchado suficiente para toda una vida. Ahora yo voy a hablar Quiero que escuches atentamente porque esta es la última vez que voy a hablarte siendo la pequeña perra Zhenzhen que tu conocías "
" Zhenzhen lo siento por ...."
" No tu realmenteno no lo sientes" Zhenzhen miro despectivamente al hombre frente a ella. " Yo soy la que lo siente, y te voy a pedir perdón".
Las pocas personas a su alrededor miraban atónitos la escena que se desarrollaba.
El hombre que estaba siendo recriminado sintió un dolor en el pecho que llegó junto a la desesperación que le ordenaba tomar a la mujer frente a él.
Sin embargo esta dio un paso al frente y alzando el mentón siguió hablando.
En ese momento el hombre sintió que su garganta se cerraba y no podía pronunciar palabra alguna.
" Perdón por aferrarme a ti, perdón por ser tan terca, perdón por confundirme al pensar que te agradaba, perdón por mantener mis esperanzas. Y perdón por ser lo suficientemente estúpida para pensar que no me abandonarías."
Sonrió fugazmente.
" Fue mi error. Mío y solo mío, porque no existe manera más clara en la que una persona pueda decir que no le importas, que abandonandote. Y tu lo hiciste conmigo no una sino cuatro veces. ¿Qué tan estúpida puede ser una persona para no darse cuenta? Tan poca dignidad. La primera vez fue cuando tenía catorce años, ¿tienes idea de la razón por la que desaparecí durante casi tres años? No, no lo sabes. Porque mientras yo sola me recuperaba en un maldito hospital en el extranjero, mientras yo soportaba tanto dolor como la muerte misma, mientras sentía día a día mis extremidades desgarrarse una y otra vez, tú estabas riendote alegremente con Huo Ruoyun.
La segunda vez lo hiciste en mi cumpleaños número dieciocho me dejaste a un lado para tomar su mano. Y anunciaste que ella era la única mujer a la que protegerias toda la vida
La tercera es la vencida dicen, por eso seguí intentando, solo para conseguir que me abandonaras en el día de nuestra boda, estaba tan emocionada, tan feliz que nunca me hubiera esperado que me dejarás tirada en el altar. Frente a tanta gente, frente al altar y las personas de todo el país me dejaste plantada. Sola. No sabes la vergüenza y el miedo que sentí, y lo hiciste solo para correr tras ella.
La cuarta vez solo conseguí que me secuestraran y encerraran en un sótano. En mi desesperación quise creer una vez más en ti. ¡Que estúpida! Entonces si tú crees que sufrí no tienes la menor idea de los demonios que entraron en mi, mientras tu estabas protegiendo a tu lindo amor. Pero hay algo... algo que me ha llevado al límite."
Zhenzhen acabó su discurso a gritos y miró sin expresión al hombre que siempre amo y que tenía un semblante desesperado. Amargamente dijo
" Y eso es que... la cuarta vez que me abandonaste, también abandonaste a mi abuelo. La única persona que me quedaba en el mundo y que me amaba con sinceridad. Los restos del hombre dentro de la caja, era mi abuelo. Mi familia. Mi todo."
Un trueno sono fuerte.
"Me lo has quitado todo"
Cuando terminó de hablar no hubo ningún sonido. Los brazos de la mujer estaban acunados en si misma, como si quisiera aferrarse a aquello que perdió.
" Yo..."
"¡Te dije que te callarás! Ahora solo me resta advertirte algo, y eso es que no voy a descansar hasta cobrarte a ti y a esa zorra todo el dolor que me hicieron sufrir. Cada día de mi vida no descansaré hasta que me pagues con intereses. Llegarás a mi arrastrandote implorando perdón, te lo juro Song HuanJoo, eso te lo juro." La voz de la niña sonaba ronca producto del llanto interminable horas antes.
El hombre nunca sintió que unas palabras le dolieran tanto, mucho menos que la mujer que le sonreía gentilmente todo el tiempo, le hablaría de esa forma.
Lo atribuyó al dolor y la pérdida así que quiso acercarse para consolarla. Las palabras dichas no importaban porque ella necesitaba aferrarse a algo y el no podía ignorarla más tiempo.