Shura llegó y sin perder un imstante corrió a abrazar a su amado Boris, quien se aferró a su querido amor con desesperación.
-Perdón mi vida - decía Shura - Fue un instante en que dejé mi celular en la mesa. Estaba hablando con Shinki. Cuando me dí cuenta, mi padre colgaba la llamada. Perdón.
- Está bien mi amor, ya pasó. Entiendo eso, pero lo que quería decirte era que Shikadai me llamó apenas te fuiste. Fue evidente que estuvo observando.
-¿Qué? ¿Shikadai?
- Si - la voz del rubio se le quebró y Shura lo abrazó con más fuerza - Me dijo que me amaba.
-¿Cómo?
- Dijo que nunca dejó de amarme, pero que estaba dolido. Que aún lo está.
-¿Qué demonios quiere?
- No lo sé mi amor, no lo sé. Solo sé que me está enloqueciendo y qué....ya no puedo más.
- Mi amor - le susurró Shura mientras Boris lloraba intensamente en su hombro, sintiéndose desolado - Ya está. Aquí estoy a tu lado para protegerte y amarte siempre.
El resto del día Shura estuvo junto a Boris consolandolo y amándolo, hasta que logró calmarlo al fin. No dejaría que nadie lo separe de su amado dorado jamás.
Cuando Boris volvía a sentirse seguro y amado, recién se pudo calmar y hasta sonrió otra vez. En verdad era felíz junto a Shura y no estaba dispuesto a separse de su lado por capricbo de Sbikadai y de Gaara.
En tanto Shikadai pasó varias horas en el auto frente al departamento de su primo. Observaba aquello con dolor y rencor ya que deseaba con el alma poder recuperar a Boris. Sin embargo nada de lo que hizo hasta el momento funcionó. Nada. Aquello lo frustraba en verdad.
Al final se cansó de permanecer allí y se alejó. Fue al bar que solía ir junto a sus amigos. Necesitaba del alcohol para calmarse.
Pero al estacionar chocó con el auto de atrás. Inmediatamente el dueño salió hecho una fiera, pero Shikadai no estaba de humor para soportar histéricos.
Bajó dispuesto a ser más que prepotente con quien sea el dueño del otro auto. Pero al ver a su "enemigo" quedó en una pieza. Aquel era identico a Boris, salvo por sus mechones que adornaban los costados de su rostro. Eran blancos.
-¡Mira lo que le hiciste a mi auto! ¡Maldito imbécil! - el jóven estaba rojo de furia.
-¿Boris? - susurró Shikadai sin poder evitarlo a lo que el joven quedó descolocado.
-¿Qué?
- ¿Quién eres tú? - preguntó Shikadai tras recuperarse.
- ¡El dueño del auto que acabas de chocar! ¡Tendrás que pagarme el arreglo!
- Será un placer - respondió Shikadai sonriendo, hecho que asombró al joven.
Se miraron un momento, luego Shikadai lo invitó un trago. No estaba dispuesto a dejarlo ir sin tener sus datos.
-¿Por qué debería aceptar la invitación de un desconocido que chocó mi auto?
- Toma mi tarjeta, podrás llamarme cuando quieras. Pagaré todo el arreglo de tu auto. Pero acepta mi invitación y dime tu nombre.
El joven agarró la tarjeta y leyó el nombre de aquel con asombro.
-¿Eres Shikadai Nara? ¿El sobrino de Gaara Sabaku?
-¿Conoces a mi tío?
- Nunca lo ví en persona, pero conozco su gran trayectoria. El abogado Sabaku es mi ejemplo y modelo a seguir. También soy abogado. Hace dos semanas me recibí.
- Vaya, que pequeño es el mundo entonces.
- Así parece, por cierto soy Nahuel Uzumaki y ayer llegué a ésta ciudad.
Diciendo aquello le estiró la mano. Shikadai estaba hipnotizado por aquel jóven y su peculiar belleza. Le dió la mano y sonrió.
-Soy Shikadai Nara
- Eso dice la tarjeta. Acepto tu invitación si en verdad pagarás el arreglo de mi auto.
-Por supjesto que si. Ven conmigo.
Sin decir nada Nahuel lo siguió, pero una leve sonrisa se le dibujó en su rostro cuando Shikadai no lo veía.