Varios días pasaron desde la muerte de la abuela Julia. Nagi y Elizabeth habían regresado a la escuela. Gracias a la amabilidad del profesor ninguno tuvo que asistir a clases el día de sus regresos. Elizabeth se sentía como en un sueño estuviese. Aún no lograba creer que su abuela ya no estuviese en este mundo. Pero al ver que se reencontró con su amado la hacia sentir bien. Pero Nagi se fue a alguna parte el día en que volvieron y no la vió hasta el anochecer.
Era de noche y los alrededores del campus tenía un color azulado oscuro, las flores del lugar brillaban cambiando sus tonalidades según la luz de la luna. El sonido de la noche envolvía el lugar. Cerca de la medianoche Nagi llevo a Elizabeth a pasear por la desolada escuela y caminaron hasta el patio trasero. Era una noche estrellada
- ¿De qué...querías hablar conmigo...Nagi? También me gustaría saber... adónde fuiste hoy a la.tarde...
- Algo me estaba molestando, después de oír lo que tu abuela dijo antes de morir... decidí ponerme a investigar un poco.
- ¿Investigar un poco? ¿Qué cosa? - no entendía a qué se refería él
- ¿Recuerdas cómo dijo tu abuela que se llamaba tu abuelo?
- Bueno...si no me equivoco...dijo que se llamaba Fred...
- Si, Fred...pero eso no era más que un sobrenombre. Creo que su nombre completo debe ser Frederick
- ¿Frederick?
Elizabeth aún no entendía por qué Nagi estaba tan interesado por esas cosas, por qué la llevaba a esa hora de la noche para hablarle sobre eso. Ella solo quería olvidar para seguir adelante. Nagi sonrió.
- Elizabeth ¿Recuerdas el nombre de la persona que te envío la carta de admisión a esta escuela?
- Mmmm el nombre del director estaba escrito en el sobre. Creo que era Frederick ¿Eh? ¿Era el mismo nombre?
- Si, Frederick. El director se llama igual que tú bisabuelo
- Espera Nagi ¿Intentas decirme que mi bisabuelo es el director de esta escuela?
- Si, eso es exactamente lo que digo. Tu bisabuelo es el director de esta escuela.
- ¿Cómo es posible? ¿Cómo lo sabes?
- Si el director no fuera tu abuelo habría demasiadas cosas sin explicación. El nombre que tú abuela pronunció, Fred, es el mismo del director. La carta de admisión que recibiste no es una coincidencia ni un milagro. Supongo que tu abuelo estaba presente en tu casa y escuchaba la conversación que tenías con tu abuela. ¿No decias que querías venir a esta academia?
- Si, dije que lo deseaba. Le.dije a mi abuela pero ella siempre se rehusó. Yo deseaba asistir aquí pero mi abuela no quería hablar del tema...
- Tu abuelo también debe haberte oído y para cumplir tus deseos...te envío esa carta de admisión. Quería ayudarte. Después de todo es el director del campus. Debió haber sido muy sencillo para él.
- ¿De verdad? Pero... - ella estaba sorprendida al oír esos argumentos de Nagi. En verdad era alguien inteligente. - Entonces el director entró en la etapa de volverse invisible permanentemente, incapaz de tocar nada. ¿Cómo pudo haberme enviado la carta de admisión?
- Existen algunos invisibles extremadamente sensibles que tienen la capacidad de interactuar con otras personas aún tras haber desaparecido. Son muy raros, apenas hay uno o dos cada 500 años. Tu abuelo es uno de ellos. Su secretario puede comunicarse con él y ayudarlo..
- Ya veo
Las hipótesis de Nagi despertaron en ella la curiosidad sobre su abuelo como director de la academia. Al poder sentir que había alguien allí aunque no pueda verlo, era parte del poder heredado como sangre mestiza que era al fin. Sin embargo nunca le había prestado atención hasta ahora. ¿Su abuelo fue quien en verdad logró que ella pueda asistir a la academia? Significaba que gracias a él pudo conocer a Nagi. Aquello la colmó de dicha y agradecimiento.
- Me lo estuve preguntando- continuó Nagi. - ¿,Cómo una Zombie pudo ingresar a esta escuela? Zombies en esta academia....no tiene precedentes históricos. Sin embargo con tu abuelo como director y sabiendo que querías venir aquí
- Abuelo...el abuelo hizo tanto por mí y yo ni siquiera lo sabía. Nunca me habría imaginado que mi abuelo sea el director de esta escuela. Creí que había venido aquí por pura suerte. Me pregunto si la abuela lo sabía.
- Es difícil saberlo, tal vez haya tenido la sensación de que sea el caso. Tu abuela tenía miedo de perderte e intentó aislarte de todo. Pero alguien intentó liberarte. Me gusta pensar que de alguna forma tu abuela percibió la voluntad de tu abuelo.
- ¿Su voluntad?
- Tu abuelo debe querer que conozcas el mundo. Quería mostrarte que tan grande era. Debió notar que estabas tan llena de curiosidad como lo estaba él a tu edad . Quería que encuentres a alguien y que seas feliz. Al igual que él lo había sido. Y... me gustaría ser esa persona que te traiga la felicidad... Elizabeth
- ¿Qué?
El viento movió las hojas de los árboles cambiando repentinamente el clima. Esas últimas palabras de Nagi la sorprendieron ya que no se las esperaba. El corazón de ella latía tan rápido que pensó que le saldría del pecho.
- Me gustas Elizabeth. En sus últimos momentos tu abuela dijo que nunca pudo olvidar a tu abuelo ¿No? Creo que esas palabras me salvaron, ahora quiero ser esa persona para tí. Y...y al igual...que el director nunca dejó a tu abuela incluso cuando ella ya no podía percibirlo...espero quedarme para siempre a tu lado... Incluso si ya no puedes verme.
- Na...gi...
- ¿Me recordarás por siempre? El mundo entero puede olvidarme mientras tú me recuerdes. Eso es lo que quiero ser para tí
Las palabras de Nagi fueron directo al corazón de ella, sus palabras eran muy sinceras. Elizabeth sé sintió muy feliz. Lo que ella sentía por Nagi era tan real y sincero a su vez
- ¡Nagi!
Sin dudar un segundo Elizabeth se arrojó a los brazos de Nagi perdiéndose en aquel calor que tanto lo caracterizaba.
- Elizabeth
- Un día me volveré fea, seré anciana¿Sabes?
- Si, lo sé
- Seré repugnante ya que tú seguiras siendo joven y bello
- Lo se - Nagi sonrió tiernamente - Te aceptaré siempre, tal como se lo dije a tu abuela
- Y yo jamás te olvidare
- No quiero que me pidas que te olvide y tampoco quiero que tú me olvides
Las lágrimas de ella comenzaron a brotar. Se sentía tan feliz pero no podía parar de llorar. Elizabeth no sabía que se podía llorar de felicidad. Sonriendo tiernamente Nagi le tomó la mano y bajó la luz de la luna sus labios se besaron suavemente. Fue tan suave y dulce como el caramelo. Luego él alejot su rostro del de ella
- Te amo Elizabeth. Te amo más que a nadie en este mundo. He pensado un poco en por qué soy tan buen estudiante. Me di cuenta de que no se debía a que deseaba que todos me recuerden sino más bien porque quería conocer a alguien como tú. Siempre que estés conmigo...siempre que me recuerdes no necesitaré nada más. Elizabeth...te amo tanto
- Nagi
Antes de que ella pudiera contestarle Nagi volvió a besarla. Esta vez su beso fue largo y apasionado.
- Elizabeth te amo tanto - murmuró entre beso y beso.
- Yo también Nagi...te amo tanto...Nagi...Nunca te dejare ni te olvidaré. Pase lo que pase te amaré siempre.
Los sentimientos de ambos jóvenes fueron transmitidos por esos apasionados besos. Luego ambos contemplaron el bosque azul tomados de la mano.
- Estoy tan agradecido de haberte conocido Elizabeth. El amor que siento por tí me ayudó a encontrarle sentido a mi existencia...mi vida es tuya... - Nagi sonrio mientras acariciaba los labios de ella con su dedo. Elizabeth le devolvió la sonrisa
- Yo también Nagi....quiero estar contigo por siempre
Ella hundió su rostro entre los brazos de Nagi, sabiendo que nunca antes había sido tan feliz cerró sus ojos.