Daniel estaba asustado mientras la veía desmayada desde el balcón.
—¿Qué hicimos? ¿Y si está muerta?
— Ella se cayó sola Daniel, nosotros nada tenemos que ver con ésto — comentó Luna — Pero debiste sujetarla ¿Sabes?
— ¿Y ahora qué hacemos?
— Vamos por ella, debemos llevarla a un hospital urgente.
— Y cavarnos la fosa ¿Cierto? No lo creo Luna.
— Tú ve por ella, yo me encargo del resto.
Sin más opciones Daniel fue a buscar a Cristal quien yacía inconciencia en el jardín. En tanto Luna llamó a su amigo para pedirle ayuda, otra vez.
Le contó todo lo sucedido a lo que él le mandó la dirección de una clínica privada del lugar cuyo dueño era muy amigo suyo.
Pronto llegó un doctor enviado por el dueño de la clínica dispuesto a ayudarlos. El doctor atendió a Cristal, pero en los registros le colocó el nombre de Luna.
La situación de Cristal era crítica, estaba grave pero el doctor sabía que podría salvarla. La llevó a la clínica rápidamente.
Diego, en tanto, empezó a preocuparse por la ausencia de su esposa. Salió al almacén donde había ido ella y descubrió que nunca llegó allí. Luego llamó a sus vecinos para preguntarles y no descubrió nada.
Pasaron veinticuatro horas y Cristal seguís sin aparecer. Diego ya había echo la denuncia a la policía pero ahora ellos comenzarían a buscarla. Diego en verdad estaba angustiado y desesperado. No sabía qué hacer ni a quien llamar.
Aunque le decían que debía calmarse, lo cierto era que no le resultaba posible hacer aquello debido a que su amada no aparecía.
Y él la conocía lo suficiente como para saber que algo muy malo le había sucedido ya que nunca desaparecería así nada más.
En la clínica lo cierto era que Cristal estaba en un estado crítico, los doctores estaban haciendo lo más que les resultaban posible hacer.
Cristal fue operada de urgencia, si bien estaba fuera de peligro y sus heridas comenzaban a cicatrizar, seguía inconciente. El doctor afirmaba que se recuperaría solo debían esperar.
Habían pasado dos semanas y medias y la policía seguía buscando a Cristal por doquier. Diego empezaba a desesperarse al punto de enloquecer, solo su hija Gimena lo mantenía cuerdo.
Pero una tarde Cristal despertó, la enfermera llamó al doctor quien le hizo varias pruebas hasta tener un diagnóstico concreto sobre su estado. Al tener el informe llamó a Daniel y Luna.
— Bien, la buena noticia es que ella despertó y tal como se los dije se recuperará.
— Estupendo ¿Cuál es la mala noticia? — dijo Daniel.
— Ella está bien, se recuperará pero....perdió la memoria.
Daniel lo miró como si se hubiese vuelto loco.
— ¿Qué dice doctor?
— Que no recuerda nada de lo que pasó, ni siquiera sabe cómo se llama ella misma.
— ¿Significa que en verdad no recuerda nada de nada? — dijo incrédula Luna
— Su mente está en blanco total. Sufrió un gran golpe, es un milagro que se haya salvado. Sufre de amnesia total.
Cuando Luna y Daniel quedaron solos, deliberaron sobre lo que deberían hacer a partir de ese momento. Ocultarla era el plan pero la policía la buscaba.
— Debemos suspender todo Luna, hay que regresarla a su familia.
— No Daniel, el plan seguirá en marcha. Después de todo soy su gemela.
—¿Qué quieres decir con eso?
— Yo me haré pasar por ella como lo planeamos y ella ocupará mi lugar. Por supuesto que necesitaré toda tu ayuda mi amor.
—¿Cómo se supone que haga eso?
— Cristal perdió la memoria, no sabe nada de lo que sucedió ni de nada. Podrás llevarla a nuestra ciudad. Ahora ella es Luna y yo soy Cristal.
— No lo sé Luna, no me gusta. Digo ¿Cómo nos vengaremos?
— Este siempre fue el plan y estuviste de acuerdo ¿Qué te pasa ahora?
—Solo....no me gusta...
— Ven, vamos a relajarnos un poco.
Ella volvió a drogarlo sin compasión, dándole en ésta ocasión una dosis mucho más fuerte.
— Yo me ocuparé que la vida de Diego sea un verdadero infierno, mientras que tú harás lo mismo con Cristal. Esa será nuestra dulce venganza mi amor.
Al volver a la clínica hablaron con el doctor poniéndolo al tanto de todo. Cristal había mejorado lo suficiente como para darle el alta.
Al ver a Daniel ella no lo reconoció y empezó a alterarse. Pero él la supo calmar usando un tono dulce y sereno.
—¿Quién eres?
— Daniel y soy tu esposo. Tranquila, todo estará bien.
—¿Esposo? ¿Estoy casada?
— Si, ya lo recordarás. Ahora debemos volver a casa. Haremos un largo viaje.
— ¿Un viaje?
— No vivimos en ésta ciudad. Nuestro hogar está en otra.
— Claro...
— Tenemos un local nocturno allá, tuvimos que venir aquí por razones laborales.
— ¿Por qué no recuerdo nada? ¿Qué me pasó?
— Tuviste un terrible accidente de auto.
—¿Cómo me llamo?
— ¿El doctor no te lo dijo?
— No
— Luna.
Cristal cerró los ojos intentando recordar algo sin lograrlo, la angustia la invadió al punto de empezar a llorar. Daniel la abrazó intentando consolarla. Así los dos partieron rumbo a la ciudad donde él hubo crecido, alejándola de su familia.
En tanto Luna se colocó la ropa de internada y se recostó en la camilla donde estuvo Cristal. Cuando se despidió de Daniel le dijo:
— Estaremos en contacto mi amor, recuerda que me perteneces solo a mi.
Ahora, horas después, se encontraba en la camilla sonriendo. Daniel estaba donde ella deseaba que esté.
La policía llegó momentos después, el doctor los llamó alegando que la habían llevado estando inconciente.
—La trajeron hace casi un mes, estaba muy malherido.y moribunda. La atendimos, tratando de hacer lo imposible por salvarle la vida. Los llamé recién porque ví las noticias en la tele. Debo advertirles que a pesar de haberse salvado, ella perdió la memoria. Sufre de amnesia total.
Luego les mostró todos los estudios realizados a la verdadera Cristal entregándoles las huellas digitales que le sacaron a Cristal previamente antes de que se marchara.
Así Luna fue dada de alta siendo Cristal. Llamaron a Diego quien corrió a la clínica arrojandose a sus brazos.
— Mi amor, creí que nunca más te volvería a ver.
—¿Quién eres tú? — dijo ella fríamente.
Ante esa pregunta Diego quedó asombrado pero el doctor salió en defensa de la paciente.
— Ella perdió la memoria.
Así le relató todo lo sucedido como antes se lo dijo a la policía.
La policía le aseguró que se ocuparían de buscar más respuestas. Sin embargo Diego no sentía interés alguno por saber nada más ya que el haberla encontrado con vida era más que suficiente para él.
— No te preocupes amor, verás que todo estará bien y recordarás todo otra vez.
Luna se vistió con la ropa que Diego le había llevado y ambos se fueron. Al llegar Diego tomó a Gimena presentandosela.
— Ella es nuestra hija, se llama Gimena.
Pero Luna se negó a tocarla y Diego, sin sospechar nada, se la entregó a la niñera para que se la llevará. Luego la abrazó con amor intenso asegurándole una vez más que todo estaría bien.
Luna se sentía feliz al ver que la primera parte de su plan había tenido éxito.