Los meses fueron pasando y el parto llegó. Cristal dió a luz a una hermosa niña, sana y fuerte. La pequeña se llamó Gimena. Ambas estuvieron una semana en el hospital hasta que finalmente les dieron el alta y pudieron volver a casa.
Los amigos de los felices padres festejaron la llegada del nuevo miembro de la familia a casa. El resto de ese día fue alegría y amor.
Pero en la otra ciudad, las cosas no eran tan fáciles ni alegres aunque se esforzaran para que así sea. Luna hablaba con Daniel para agrandar el local y de esa manera darle mayor exclusividad.
Pero ambos sabían que toda la ciudad y sus alrededores conocían el local y asistían al mismo. De por sí ya era exclusivo pero Luna quería agrandarlo más aún.
Así surgió la idea de ir a la ciudad más cercana y entablar formalmente los contactos para lograr el objetivo deseado. A Luna le encantó la idea ya que ella conocía a algunas personas cuyos trabajos concistían en las redes sociales a mayor escala.
- Pero solo uno de nosotros deberá ir ya que no podemos dejar solo el local.- Prosiguió ella - Por tal razón iré yo. Tú ocúpate de que todo siga como siempre Daniel.
Él sonrió burlistamente ya que nunca fue de su agrado ni el local ni el tipo de trabajo que requería ni mucho menos Luna. Había días en los cuales se preguntaba qué le había sucedido para casarse con ella. Aquel era uno de esos días.
Sin embargo nada dijo ni contradijo a su esposa. Más bien aceptó lo que ella planeaba hacer. Dos semanas después Luna viajó a la otra ciudad que resultó ser muchísimo más grande que la que ella su había criado.
No bien llegó se instaló en un hotel cuatro estrellas para luego ir a buscar a su primer contacto. Ésta al verla la invitó a almorzar y así Luna le planteó su objetivo.
Hicieron negocios dónde todos ganarían. Luego la publicidad para el local de Luna dió inicio. De esa manera en menos de una semana dicho local comenzaba a ser mucho más popular de lo que ya era y en extremo exclusivo.
Su fama fue incrementándo más rápido de lo que todos imaginaron. Por su parte Luna decidió quedarse unos días allí para conocerla mejor.
Cuando se disponía a regresar, Luna vió a Diego. Al principio creyó que se trataba de Daniel, hecho que la intrigó porque habían quedado en que su marido no pisaría esa ciudad.
Algo molesta se dispuso a hablarle acercándosele, pero se detuvo cuando vió que una chica se le acercó. Grande fue su sorpresa al ver que esa mujer era idéntica a ella. Dos gotas de agua.
Frunciendo el ceño los siguió manteniendo una prudente distancia para no ser detectada. Los vió entrar a un enorme y lujoso edificio, a lo que Luna se cerco al portero para preguntar.
- Disculpe ¿Podría decirme quién son la pareja que acaba de entrar?
Luna llevaba puestos unos anteojos de sol y el cabello atado en una coleta. Ésto impidió al hombre que notase el gran parecido físico con la otra mujer.
- Son los dueños de ésta empresa, son matrimonio. Ella es Cristal y él se llama Diego. - Luna quedó sin habla debido a la gran sorpresa - Son dueños de todas las empresas A.T.L.A.S.
Luna se fue a la biblioteca popular a investigar en internet todo lo necesario y relacionado con la empresa ATLAS y sus actuales dueños. Allí fue descubriendo la historia de esas empresas y sus dueños hasta llegar a los abuelos de Diego y Cristal.
Por supuesto que se hizo la noche y ella optó quedarse unos días más, mientras pedía información nueva a la biblioteca sobre Diego y Cristal. Sin embargo poco se hablaba sobre ellos. Por tal razón ella recurrió a otro amigo suyo que tenía allí para poder saber más. Éste aceptó ayudarla.
Por supuesto que llamó a Daniel contándole todo lo descubierto hasta el momento y sus planes de indagar hasta el fondo. Daniel no daba crédito a lo que escuchaba pero sabía de la existencia de dobles por lo que no se asombró al punto en que su esposa lo hizo.
- Tengo que obtener más información, necesito saber por qué son tan parecidos a nosotros Daniel.
- ¿La existencia de dobles no te dice nada?
- Deja de decir locuras Daniel, sabes que esas cosas no existen. Dime, puedes arreglarte sin mi ¿Verdad?
- Si no queda otra opción
- No me vengas con esas Daniel.
- Tranquila Luna, tu averigua todo lo necesario aquí todo está y estará bien.
De esa forma pasaron dos completas semanas en las cuales Luna indagó a fondo todo, hasta obtener toda la información necesaria. Tenía todo lo relacionado con esa empresa y los actuales dueños. Fotos incluídas
Sola en el cuarto de su hotel, luego de ver a su contacto, Luna observaba en detenimiento aquello. Tenía en sus manos la historia privada de Diego y Cristal en detalle. Luna en verdad no lo podía creer.
Luna vió en algunas fotos a su padre y por lo que iba leyendo se fue enterando de su propia historia y de la de Daniel. Iba desentrañando el misterio y la verdad oculta.
- Cristal y yo somos....gemelas...¿Por qué mi padre jamás me dijo nada? ¿Marta se llamaba mi madre?
Múltiples emociones se agolparon en su pecho haciendo que arroje todos los papeles al suelo de furia con lágrimas en sus ojos. El rencor se adueñaba de su ser.
- ¿Por qué? Tengo una hermana gemela, somos idénticas y sin embargo ella vive envuelta en lujos mientras que yo....Ella vive como una reina ¡Maldita! ¡¿Por qué la elegiste a ella y no a mí?! ¡¿Eh?! ¡¿Madre?!
Cuando pudo calmarse junto los papeles y tras ordenarlos, siguió leyendo aquella cruel historia. Así descubrió la historia de Daniel y el motivo por el cual se crío lejos de sus padres y de su hermano gemelo.
Esa noche regresó a casa para tener una seria charla con su marido. Le mostró los archivos y fotos mientras le relataba todo lo que hubo descubierto. El joven tenía un torbellino de emociones y sentimientos en su interior al enterarse de todo.
-¿Mis padres? Ellos....ellos nunca me...no me abandonaron. Con que fui secuestrado ¿Eh? Y tengo un hermano gemelo.
Una sonrisa se dibujo en su rostro, la reacción de éste fue totalmente diferente a la que tuvo Luna, debido a que sintió una intensa alegría en su interior. Era como si se quitaba un enorme peso de encima. Daniel sentía que recuperaba su familia mientras que Luna solo anhelaba vengarse.
-¿Te das cuenta Daniel?
- Si, no estamos solos en este maldito mundo después de todo Luna.
-¡No es eso! ¡Tenemos tanto derecho a disfrutar de toda esa inmensa fortuna como ellos, nuestros gemelos! Y sin embargo tuvimos que vivir en la absoluta miseria. ¡No es justo! Debemos elaborar cuidadosamente un plan.
Sin embargo Daniel no estaba para nada de acuerdo con ella, aquello no era lo correcto.
- Debemos vengarnos Daniel.
- No Luna, ellos nada saben por lo tanto no son culpables de nada.
Luna no dejaría pasar esa oportunidad que a ojos suyos se le presentaba, pero necesitaba a Daniel urgente. Por tal razón optó por volver a usar aquel nefasto medicamento con el cual lograría salirse con la suya.
Pero Manuel la había descubierto aquella tarde, siendo testigo del momento en que ella ejecutaba su macabra labor. Cuando acababa su labor, él la enfrentó.
- ¿Por qué le haces ésto? ¿Y dices que lo amas? Con razón dejo a Berta y eligió casarse contigo cuando era exactamente lo contrario a sus deseos.
- O me apoyas o lo pagas, sabes eso ¿Cierto?
- Daniel es mi amigo y no es justo que le hagas esto. Él no quiere dañar a su hermano.
- Es por el bien de ambos. Después de todo él también tiene derechos sobre esa fortuna. Ayudarás ¿Verdad?
Manuel era conciente de su situación por tal razón accedió. Después de todo ¿Qué más podría hacer? Vió el cambio que sufría Daniel al despertar. Ella se sentía feliz. Cuando quedaron solos los dos, Manuel le preguntó:
- ¿Estás dispuesto a dañar a tu hermano gemelo?
- Por supuesto que sí, se lo merece - su voz sonaba similar a la de un autómata.
Luna volvía a entrar escuchando la respuesta de Daniel. Felíz lo abrazó. Ambos se besaron con alocada y posesiva pasión. Manuel abandonaba la mansión mientras pensaba en su amigo sintiéndose miserable debido a su cobardía.