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Ahí se pueden encontrar 6 capítulos adelantados para los mecenas.
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Ya llevamos varios días de viaje. Hace 3 días finalmente llegamos a un pueblo, donde el viejo compró todo lo necesario para que yo pueda camuflarme, tras lo cual volvimos a ponernos en camino.
El conjunto está compuesto por una capa con capucha, un par de guantes de cuero, y una máscara lisa de acero fino con dos orificios para los ojos. Todo el conjunto es de un color oscuro, incluida la máscara. Por lo que al usarlo tengo un aspecto bastante sombrío y siniestro.
'Pero mientras ayude a que los orcos no me insulten simplemente por existir, todo lo demás me da igual'
La idea del viejo orco funcionó perfectamente, aunque preferiría no tener que volver a llamar 'amo' a nadie nunca más en la vida. Lo único malo es que tuvimos que usar el dinero del anciano ya que, aunque el sistema del dinero es el mismo, las monedas que llevo conmigo son diferentes a las usadas por el imperio. Pero, como en sí el metal es el mismo, Kaelion aceptó mis monedas a cambio de las suyas, ya que parece muy entusiasmado con los diseños desconocidos de la divisa.
"A todo esto ¿Porque quisiste acompañarme?" pregunto de repente, cayendo en la cuenta de que, entre tantas divagaciones sobre todas las cosas que hizo, hasta ahora no me dijo porque quiere venir conmigo. Al principio no quería preguntarle directamente, pero parece que no va a haber otro remedio.
"Por que pienso que siguiendote voy conseguir unas buenas historias para añadir a mi colección, y porque no tengo nada mejor que hacer. Soy cuenta cuentos, músico y cantante. Eso, como podrás imaginar, o tal vez no, implica que vivo viajando de pueblo en pueblo ganándome la vida en tabernas y fiestas. Por eso me enteré de lo que hiciste en la taberna. Yo estaba por entrar cuando todo empezó a ponerse violento, asique me quede afuera, escondido, mientras observaba la situación." dice, y por primera vez veo que parece avergonzado al hablar "Y cuando vi que no les hacías nada malo a esas personas, pensé que podría intentar seguirte para averiguar más del esclavo más fuerte del mundo... O el vengador sin alas... No se, todavia no me decido por un título para la historia."
"¿Que tiene de interesante lo que pasó en la taberna?" pregunto, desconcertado. "a mi no me parece que sea una historia interesante."
"Oh, chico, no tienes ni idea. ¿En una sociedad en la que se discrimina a las otras razas que no sean la mía, y en la cual se cree que todo aquel que no es un orco es naturalmente más débil? Esta historia será algo revolucionario. Tal vez no muchos la vean creíble, ya que la gente tiene la mente muy sesgada por tantos años de historia, pero por algún lugar hay que empezar a cambiar las cosas..." dice el orco, con un brillo triste en la mirada.
Confío mucho más en el viejo orco desde aquel día en que, en mi estupidez, me emborraché y caí inconsciente. Ya que él no hizo nada para aprovecharse de mi momento de debilidad. Por eso ayer le conté lo que planeo hacer en la capital del imperio. Al menos en parte. Solo le dije que quería intentar hablar con el emperador, lo que en si no es mentira. Y aunque el anciano orco pareció sorprenderse mucho por mis intenciones, no dijo mucho al respecto.
Otro descubrimiento que hice ese día, aparte del hecho de darme cuenta de que puedo confiar en el anciano, fue que el alcohol me ayuda a dormir sin pesadillas. Por lo que desde ese día he estado probando mis límites para intentar descubrir cuánto tengo que beber para no soñar, y si es posible evitar emborracharme para lograrlo. Razón por la cual Azur está muy agresivo conmigo, y el zumbido constante en mi mente que utiliza a modo de protesta se está volviendo cada vez más irritante. Ahora entiendo mejor lo que me advirtió Sofía, la directora de la academia de magia, hace tanto tiempo sobre la posibilidad de estar peleado con alguien del que no puedo alejarme de ninguna manera. Por suerte, el beber también hace que el zumbido desaparezca, por lo que no solo estoy bebiendo alcohol antes de dormir, sino prácticamente en todo momento del día. Aunque nunca llegando a los extremos de esa primera noche.
"Ahora que lo pienso... Tu nunca me has menospreciado llamándome pajarito, ni ninguna de todas esas estupideces" digo, dandome cuenta de un detalle que, entre tantas tonterías que siempre está diciendo el anciano, se me había pasado.
"Na... Eso no va conmigo. Para mi las personas son personas, sin importar la raza... Además, no creo que tu seas un avian sin alas ¿o me equivoco?" dice, mirándome de reojo mientras avanzamos a paso vivo, yo a pie y él montado en su lobo.
"¿Cómo lo sabes?" digo, molesto de repente por la posibilidad de que este sujeto tenga alguna forma de leerme la mente o algo similar.
'Es la única explicación que se me ocurre para que sepa algo que no le he contado...'
"Duh..." dice, mientras me mira como dudando de mi inteligencia "¿No me dijiste que venías de otro CONTINENTE? Pues teniendo eso en cuenta, me parece bastante razonable considerar la posibilidad de que seas alguien de una raza que no conocemos aquí"
"Ahh... Si, es cierto" digo, aliviado e irritado a la vez. Lo primero porque lo que dijo el orco se debe solo a un desliz mío, que recuerdo claramente, y lo segundo porque no soporto que me traten como idiota. De cualquier manera, creo que es mejor aclarar las cosas, así que le digo "soy un humano."
"Bien por ti" dice, como toda respuesta ante mi revelación.
"¿Eh?" digo, muy desconcertado por la aparente falta de interés del orco.
"¿Qué? ¿Esperabas que te diera un premio por ser un homano?" dice, mirándome con una sonrisa burlona desde arriba de su montura.
"Hu-ma-no." cada vez más molesto por la actitud engreída del anciano orco "Y no esperaba ningún premio, viejo. Solo me extraña que no empieces a preguntarme cosas sin parar"
"Ahh... Ya te dije que la raza de las personas no me importa tanto." dice, y su sonrisa se borra de golpe "Pero no te preocupes por eso, mocoso. Ya te haré contarme todo lo que sepas durante el viaje. Y va a ser un laaaargo viaje hasta la capital"
"¡No me llames mocoso!" digo, alzando un puño amenazante.
"Pues tú no me llames viejo entonces." dice el anciano con tono malhumorado "Al principio no te dije nada porque recién nos estábamos conociendo, pero creo que es mejor que te enseñe una lección de vida. Presta atención a la sabiduría de estas palabras 'No le hagas a otros lo que no te gusta que te hagan a ti.' Tengo un nombre, y te agradecería que lo uses"
"Agh, no se porque no te dejo por el camino y me voy solo... " digo, irritado por la charlatanería a la que lamentablemente ya me estoy acostumbrando, pero muy a mi pesar, viéndole cierto sentido a sus palabras.
"No lo haces porque seguramente te perderías. El paisaje es siempre el mismo, y casi no hay puntos de referencia, por lo que el mapa que te compre no te va a servir de mucho. Además, ya habíamos acordado que me necesitas" dice, empezando a mostrarse realmente enfadado.
"Todo dependerá del balance entre lo mucho que te necesito y lo mucho que me irritas con cada cosa que dices. Si en algún momento el balance llega a darte en negativo, creeme que te quedaras solo." digo, sorprendido, porque nunca había visto a Kaelion enojarse hasta ahora, pero reticente a darle la razón de ningún modo.
'Y lo de necesitarte como guía ya es historia antigua. Desde que me compraste el mapa del imperio has tachado una cosa de la lista de utilidades que tienes para mi' pienso para mis adentros, pero me abstengo de comentar porque eso volvería a darle más información que no necesito que tenga.
Cuando estuvimos en el pueblo, le pedí a Kaelion que comprara un mapa del imperio, pese a que, según él, no era necesario. Aunque el no tiene ni idea de cuán imprescindible era para mi, ya que al verlo pude adquirir en el mapa de mi interfaz la información geográfica del imperio mostrada en el papel, y con esto ya podré moverme con más facilidad en este continente. Lo raro es que, al adquirir esta información, me di cuenta de un detalle extraño sobre el comportamiento de mi 'guía'. Pero le preguntaré sobre eso más tarde si veo que la cosa no cambia.
"Si te hace feliz el pensar así, pues sigue engañándote a ti mismo..." dice, y de repente vuelve al tono presumido y burlón habitual en él "La verdad es que te agrado, aunque no quieras admitirlo."
"No me... Agh..." digo, acelerando el paso para alejarme de este viejo insoportable.
'No puede agradarme, porque entonces significa que sería afectado por mi maldición. Tengo que mantener la distancia. Lo que no quiere decir que no pueda utilizarlo para mi beneficio... Si... Mientras me sea útil, voy a permitirle permanecer a mi lado'
"Lo sé, lo sé. No te preocupes. No necesitas decirlo en voz alta para que lo sepa. Es difícil que yo no le agrade a la gente" dice, riendo desde detrás mío, sin molestarse en hacer que su montura acelere el paso. Lo que, tras unos minutos, me hace tener que detenerme para esperarlo.
'¡Que viejo mas insufrible! Creo que si sigue así eventualmente voy a terminar ahorcándolo... Solo una semana más... Solo una semana más y llegaremos a la capital'