Chapter 182 - 91.2: La llegada

Nota del autor: He creado una página de patr eon. Si quieres apoyar mi trabajo, por favor visítala.

Ahí se pueden encontrar 6 capítulos adelantados para los mecenas.

https://www.patr eon.com/finlegost

Pueden encontrar los conceptos artísticos de los personajes:

https://www.insta gram.com/finlergost

*******************

Dos días después de la crisis nerviosa de Deirdre llegamos al nuevo continente y, guiados por los precisos cálculos de Charity, llegamos al amparo de la noche a la costa.

Desembarcamos en un lugar que está a unos 100 kilómetros de la ciudad orca que debemos conquistar, y a unos pocos kilómetros de una de las bases de la resistencia contra el imperio.

Mientras nos acercábamos a la costa, pudimos ver un poco de la ciudad orca pese a la enorme distancia, gracias a las luces encendidas de esta. Pero, ahora que desembarcamos, la oscuridad generada por el denso follaje de la selva del lugar no nos permite ver mucho mas de unos pocos metros de distancia.

Se podría decir que el lugar es similar al Bosque de la Colina en el sentido de que está lleno de árboles, pero eso no sería hacerle justicia. Nunca había visto un paisaje como este...

Charity, Lilian, Sebastián, Deirdre, yo, y unos pocos más estamos yendo a la base de la resistencia para avisar de nuestra llegada. Mientras que el resto de los miembros de la expedición están haciendo los preparativos para acampar en tierra, disfrutando de poder pisar tierra firme nuevamente, después de 2 meses en el mar.

Mientras caminamos, la luz de las lámparas y antorchas mágicas nos descubre una gran variedad de plantas, árboles e insectos, algunos de los cuales han intentado atacarnos atraídos por la luz.

Hasta ahora los más peligrosos han sido los mosquitos, del tamaño de una mano humana, y las mantis, que miden un metro de alto y se camuflan perfectamente entre las hojas anchas de las plantas.

Y las plantas pueden ser igual de peligrosas. Muchas de ellas cuelgan de las ramas de los árboles como si fueran una especie de soga, y son venenosas al tacto. Pero no todas son tan pasivas, sino qué hay algunas que forman una especie de mandíbula con sus hojas y atacan a los incautos que se acercan demasiado.

Además, todo en esta selva tiene unos colores vibrantes e intensos. Es muy distinto a la tierra de donde venimos. El suelo, los árboles, el follaje de las plantas… Y la humedad… la humedad nos genera una pesadez a la que es difícil acostumbrarse. Estamos simplemente caminando por la selva, pero sudamos como si hubiésemos estado corriendo por horas…

"Ten cuidado" Deirdre me dice, evitando que pise una serpiente que estaba camuflada entre las hojas que cubren el suelo "no creo que su veneno te haga mucho, debido a tu constitución, pero igualmente es mejor no molestar a las criaturas de la selva. A fin de cuentas, este es su hogar. Nosotros somos los intrusos."

"Ya lo veo. Parece que todo en este lugar quiere atacarnos..." digo, mientras seguimos a Charity y Lilian que van guiando la comitiva, seguidas de cerca por Sebastián y los 3 soldados que Lilian eligió para acompañarnos.

No parece haber muchos animales en este lugar, a excepción de algunas alimañas pequeñas como la serpiente que estuve a punto de pisar... La mayoría de los 'habitantes', como los llamó Deirdre, de este húmedo lugar son los insectos de gran tamaño, como los que habíamos encontrado en el laberinto en los pisos entre 40 y 50. Y, como pasó cuando estábamos en el laberinto, Deirdre parece reacia a enfrentarlos.

"Si. Aquí hasta los árboles pueden llegar a ser peligrosos." dice Charity, al escuchar mi comentario "Todavía no nos hemos encontrado con ninguno, pero hay unos monstruos que se camuflan como árboles y, aunque son lentos, pueden hacer mucho daño al que se acerca desprevenido."

"¡Genial! Que sitio tan interesante para vivir..." digo con sarcasmo.

"En la ciudad es distinto. Allí hay menos plantas y la guardia no deja a los monstruos acercarse... Y, aunque los mosquitos siguen siendo un problema, uno se acostumbra" dice Deirdre con mirada de asco, la cual parece ofenderse por la crítica al lugar, mientras corta con su daga el cuerpo del mosquito que estaba volando peligrosamente cerca de ella, y se aleja de él.

"Ustedes han vivido desde pequeñas en la ciudad que vamos a atacar ¿verdad? ¿Hay algún dato importante que debamos saber? Mientras estábamos navegando no me dijiste muchos detalles específicos" pregunta Lilian, interesándose por el tema.

"Lo primero que deberían saber es el nombre de la ciudad, que es Krag-an." dice Charity, distraídamente "Es un nombre reptiliano, ya que hace muchos años la ciudad pertenecía a ellos. Y era su capital, antes de que llegara mi raza a esclavizarlos... Pero no se distraigan. Presten atención a donde pisan y lo que tocan, que todavía queda bastante tiempo hasta llegar a la base de la resistencia, ya que la selva no nos permite andar a buen ritmo, y preferiría no tener que cargar con nadie"

Seguimos caminando durante unos cuantos minutos en silencio hasta que decidimos parar unos minutos para descansar, y ahora estamos sentados al lado de un pequeño arroyo serpenteante que discurre calmadamente entre los árboles de la selva.

Y, aprovechando que ahora puedo hablar con Charity, ya que durante estos días no la he visto prácticamente debido a que ella siempre estaba con Lilian en su habitación, le pregunto sobre algo que me ha estado intrigando desde que supe que nos faltaban pocos días para llegar al nuevo continente.

"Oye, Charity, tengo una duda. Me da la impresión de que nos estamos tomando el tema de la invasión con mucha calma, pero ¿no se habrá alertado la ciudad de nuestra llegada al ver una flota tan grande tan cerca de la costa?" digo, pensando en los cuatrocientos barcos con un total de 37000 soldados de las cuatro razas, que ahora están preparando un campamento improvisado en la playa.

"No creo. Es normal en el imperio que flotas viajen de un lugar a otro transportando mercancías y esclavos, y además es poco probable que nos hayan visto desde la ciudad durante la noche, ya que nosotros no llevábamos muchas luces." dice Charity, elongando los músculos de sus piernas mientras se apoya en un árbol cercano. "de todas maneras, ya lo averiguaremos al llegar a la base de la resistencia. Mi esposo puede venir desde la ciudad rápidamente para traernos noticias"

"Tu esposo es 'el lobo' que menciona cada tanto Deirdre ¿verdad? Me gustaría conocerlo..." digo pensativo "Si es cierto que la ciudad de Krag-an está a unos 100 kilómetros de aquí y que él puede llegar a donde estamos rápidamente, me interesa ver cómo es que hace para moverse tan rápido por este lugar... Quiero decir, yo podría ir con Azur por el aire, pero no imagino ningún otro modo..."

"Es increíble lo que el lobo puede hacer, maestro. Ya lo conocerás y verás de lo que te he hablado" dice Deirdre interrumpiéndome y llena de entusiasmo, mientras mastica una manzana que ha sacado de su bolsa.

"¿No deberíamos seguir?" pregunta Lilian, con voz tensa, al escuchar nuestra conversación "No me malentiendas, Charity, confío en tu juicio, pero creo que Xelean tiene razón en preocuparse"

"Yo no estoy preocupado..." digo, poniéndome de pie y estirando los músculos de mis piernas. Con lo que hago que Azur, que está en mis hombros, falle la bala de mana que le lanzó a un mosquito que está volando por encima de Deirdre "pero no tengo ningún problema en reanudar la marcha, aunque no me gusta viajar de noche"

"Créeme, Xelean, a mí tampoco. Pero cuanto antes lleguemos a la base de la resistencia mejor" dice Lilian, mientras mira expectante a Charity "hay demasiado en juego. Así que, por favor Charity, entiéndeme si estoy un poco impaciente"

Mientras tanto, Azur se eleva volando para quemar con una llamarada al mosquito, que intenta huir al verlo acercarse.

"Si, te entiendo perfectamente. Y tienen razón, deberíamos apresurarnos" dice Charity tras unos segundos de reflexión, y le hace una seña a Deirdre para que se levante.

Con ese comentario de la orca, Lilian le hace señas a Sebastián y los otros tres chicos para que también se levanten, y reanudamos la marcha hacia la base de la resistencia en la oscuridad de la noche.