Nota del autor:
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Azur se eleva volando en su forma de dragón para tratar de ver de qué se trata y ve, en la distancia, una gran flota de barcos aproximándose por el mar.
"creo que los orcos vienen a atacar la capital" les digo cuando Azur me transmite la imagen de los barcos "vuelvan a la capital. Azur y yo iremos a ver qué podemos hacer"
Tan pronto escuchan mis palabras, Julia y Raila enseguida se ponen a recoger todas las cosas para preparar el regreso.
Mientras Mia las mira con confusión, como si no entendiera porque tenemos que irnos de la playa cuando nos estábamos divirtiendo tanto.
Azur baja al suelo y crece en tamaño, mientras yo le acomodo la silla en su espalda.
Cuando termino, me monto rápidamente y me dispongo a partir, pero Deirdre me interrumpe.
"quiero ir contigo, maestro ¡Puedo ayudar!" dice y hace amago de montar detrás de mí, pero yo se lo impido.
"Lo sé. Pero necesito que vuelvas a la ciudad y cuides de ellas" le murmuro acercándome y acariciándole la cabeza.
Esto es cierto a medias.
No creo que Raila y Julia necesiten protección, pero es cierto que voy a estar más tranquilo sí sé que ella está a salvo en la capital.
Nunca he luchado en una batalla a gran escala y no sé qué tan capaz seré de protegerla durante la refriega.
"hmt, ok" dice a regañadientes y empieza a ayudar a Julia y Raila.
Es una suerte que, desde el incidente con el slime corrosivo, Deirdre se haya vuelto increíblemente obediente.
No parece que tengamos mucho tiempo como para ponernos a discutir.
Me elevo en el cielo con Azur y viajamos a la costa más cercana a la flota.
Al llegar encontramos un gran grupo de personas preparándose para recibir a los invasores.
Cuando comenzamos a descender con Azur, el grupo de soldados más cercano se sorprende al vernos y hace amago de atacarnos, pero vemos que una chica rubia empieza a gritar órdenes y se los impide.
Al acercarnos al suelo distingo que se trata de Lilian.
Que tiene a Sébastian, el chico que la había acompañado cuando la conocí por primera vez, a su lado.
Nos aproximamos hacia los dos jóvenes, que están en uno de los extremos del grupo de soldados, y se mueven hacia nuestra dirección.
"Hola, estaba por venir a verte. Pero no pensé que nos encontraríamos en estas circunstancias..." Digo al llegar hacia ella y Sébastian que, como descubrí a través de nuestra conversación antes de ir al bosque, es el guardaespaldas de la chica.
"Lo siento, pero tendremos que dejar el asunto de tu misión para otro momento" dice Lilian con voz tensa, interrumpiéndome.
"Lo sé" digo imprimiéndole toda la seriedad que puedo a mi voz "¿En qué puedo ayudar?"
Lilian suspira.
"En nada por el momento..." dice Lilian y su voz denota agotamiento "La iglesia había insistido en intentar generar una relación pacifica, pero esto claramente es un intento de invasión. Es una pena que por esa razón el imperio demonio, el reino élfico, y el país enano, solo hayan enviado agentes diplomáticos en lugar de un destacamento de soldados. Ya que, si dejamos que desembarquen sin problemas, solo les estaríamos facilitando la tarea ¡Pero sencillamente no tenemos suficientes combatientes para pararlos!"
Lilian habla con voz tensa apresuradamente y puedo notar que la chica está bajo mucha presión. Ya que, mientras hablamos, no deja de cambiar nerviosamente la dirección de su mirada de un lado a otro.
Durante todo este tiempo, Sébastian no ha dicho nada, y solo se queda parado estoicamente en silencio al lado de su protegida.
Parece que el hecho de que era mudo no era mentira. O esa es la impresión que da al menos, pero no es que me importe realmente.
En la distancia, veo a Sofía y otros magos conversando con una mujer pelirroja alta y musculosa que tiene un gran mandoble a su espalda.
No veo a Siri, el espíritu vinculado de la directora, por ningún lado...
Al igual que Lilian, debe haberla des invocado para que no tengan que preocuparse por el riesgo de que reciba un ataque y eso afecte su concentración.
Tampoco veo a Sabrina con ellos.
Aunque no es raro teniendo en cuenta lo mucho que la chica detestaba combatir antes de que nos separáramos.
Nunca había podido manejar bien la tensión de los combates.
Seguramente la muerte de Joseph agravo su situación...
"Esa es la reina, su majestad Hilda Lionés...y la que está al lado es mi madre." dice Lilian al notar hacía donde estoy mirando.
Al lado de la pelirroja hay una mujer sumamente delgada y pálida que tiene el mismo color de pelo y ojos de Lilian.
Pero, a diferencia de Lilian que tiene un aura de energía que inspira confianza, su madre parece sombría y poco confiable.
"Mi madre es una gran hechicera con afinidad en la magia de agua. Está decidiendo con los directores de las academias mágicas como pueden atacar a los barcos antes de que lleguen a la costa. El problema es que, para usar magia a tanta distancia y a tan gran escala, probablemente tendrán que usar todas sus reservas de mana. Con lo que no tendremos combatientes con magia una vez que el resto de los orcos desembarquen" agrega la chica.
No parece que la reina sepa mucho de magia. Al menos por su apariencia... Pero ya he visto varias veces que las apariencias engañan.
"Ahh" Digo distraídamente en respuesta a la explicación de Lilian.
Mientras pienso en cómo se podría atacar a los orcos antes de que desembarquen.
Podría intentar acercarme con Azur y atacarlos desde el cielo...
Pero nos acribillarían al vernos.
Estoy seguro que muchos de los tripulantes de esos barcos deben tener medios para atacar a distancia.
"Y aquel es Tomás Protego, la cabeza de la casa Protego" dice señalando a un hombre musculoso que, por alguna razón, no lleva ninguna clase de armadura visible. También veo que, a su lado, esta Octavo constantemente susurrándole al oído "está coordinando con ese miembro de la iglesia las formaciones de nuestras tropas. La mayoría de los que estamos aquí somos soldados entrenados, ya sea en magia o combate no mágico, pero también hay civiles que han decidido venir a defender el reino"
Cuando lo dice, veo a Ozy con Volgar a su lado en la distancia.
Los dos están conversando alegremente, en apariencia ignorantes del aire tenso que se respira ante la inminente batalla.
Azur me insta a acercarme a ellos, pero prefiero quedarme dónde estoy y analizar la situación.
La cual parece bastante crítica.
Por más que lo pienso me cuesta pensar en un escenario en que no seremos horriblemente masacrados por los invasores.
Cuando veníamos volando, desde el cielo pude más o menos calcular la cantidad de personas que tenemos en nuestro bando.
Debemos ser más o menos 10000 combatientes en total.
Lo que no está nada mal, dado lo improvisado de la situación.
El problema es que en el mar hay cientos de barcos.
Y parecen los suficientemente grandes para llevar al menos 100 personas cada uno.
Es decir, que el ejército contrario debe tener al menos 7 veces nuestro número de tropas.
Lo que nos deja en una terrible inferioridad numérica.
¡Mierda!
Menos mal que le dije a Deirdre que vuelva a la capital.
Esta va a ser una batalla complicada.
Espero que Sofía y su grupo encuentren una forma de reducir el número de enemigos...