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Chapter 96 - 48.2: No todos los encargos tienen que ser completados

Nota del autor:

He creado una página de patr eon. Si quieres apoyar mi trabajo, por favor visítala. Ahí se pueden encontrar 6 capítulos adelantados para los mecenas.

https://www.patr eon.com/finlegost

Pueden encontrar los conceptos artísticos de los personajes:

https://www.insta gram.com/finlergost

Muchas gracias a mis mecenas.

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Estoy en la entrada de la mina, deje al jefe de la aldea en su casa después de que me señalara el lugar.

Puedo ver los raíles que sirven para el carro en el que, de estar activa la mina, se transportarían los minerales. Pero no hay señales del carro.

Al entrar no veo señales de actividad, ya sea humana o de monstruos. Solo veo unos ratones que corren para esconderse al vernos.

A medida que me interno en la mina comienza a sonar una melodía en mi cabeza. Es como si la música no viniera de ninguna parte y fuera directamente reproducida en mi mente. Ya que, aunque me tapo los oídos sigo percibiéndola con la misma intensidad.

La melodía me incita a retirarme, y un miedo atroz comienza a tomar forma en mi mente. Muerte. Aunque no sé porque estoy tan asustado, de no ser por Azur habría salido corriendo de la mina.

A través del vínculo Azur me comunica que él también está percibiendo la música, pero que a él lo llama a adentrarse en la mina y le da una sensación de calma y seguridad.

Dejándome guiar por Azur, mientras apoyo una mano temblorosa en su lomo, avanzo a las profundidades de la mina.

A medida que nos adentramos en la mina, tengo que usar una poción de visión nocturna para poder seguir viendo por donde camino, ya que cada vez hay menos luz.

Tras unos minutos, llegamos a un lugar en que el camino se divide en tres. El primero va hacia la derecha, el segundo hacia la izquierda y el tercero sigue recto.

Siguiendo las instrucciones de la música a través de Azur, tomamos el camino central que sigue recto.

Gracias a la ayuda de Azur, estoy lentamente retomando el control de mis emociones. Ya que al saber que el miedo que percibo es una ilusión, puedo enfocarme en ignorarlo y bloquearlo.

Poco a poco empiezo a ver mucha más claridad enfrente mía y llegamos a un área cavernosa amplia en la que hay un pequeño lago en su centro, que parece emitir cierta luminosidad.

Al borde del lago, veo lo que parece ser una niña rodeada de distintos tipos de animales y monstruos. De algunas de las especies solo puedo conocer el nombre gracias a mi habilidad de inspección.

A primera vista puedo ver que hay dos lobos huargos, un dragón, cuatro arañas gigantes, un grupo de ratones que están sobre el regazo de la niña, una mantícora, un lindworm, una tortuga gigante sobre la que la niña está sentada. El más vistoso es un pájaro llameante que según la interfaz es un fénix, del que proviene la mayor parte de la iluminación de la sala, y muchos más ocultos tras los primeros.

Me acerco a ella y veo que la música proviene de un laúd que sostiene entre sus manos, sumado a su voz.

Ella está concentrada tocando con la mirada gacha, pero al percibir que me acerco se detiene, mirándome ojiplatica.

A primera vista, la chica parece ser de raza enana por su estatura. Pero sus orejas puntiagudas y su complexión delgada, sumado a su pelo y ojos de color dorado con tintes verdosos la identifican como elfa.

No parece tener ni 20 años. Pero esa es la cosa con los elfos, es muy difícil saber su edad por su apariencia. Su esperanza de vida son unos 300 años y por eso un elfo de 100 años puede verse perfectamente como un humano un sus treinta.

"¿Como llegaste aquí?" Pregunta al verme acercarme, dejando de cantar, claramente sorprendida de ver una persona en la caverna.

"¿Quién eres?" pregunto, extrañado por su apariencia. Nunca vi a un semi elfo o semi enano que tuviera tan amalgamados los rasgos de las dos razas. Con mi habilidad de identificación puedo ver que sobre su cabeza aparecen las palabras 'Auri Barda mágica'

"Eso debería preguntarlo yo ¡pero primero responde mi primera pregunta!" dice con voz autoritaria.

Me presento y le explico sobre la misión que me trajo hasta aquí.

Ella por su parte me cuenta que hace 30 años que vive en esta mina, y que no le agrada la idea de dejar que otras personas se metan en su hogar.

"podrías convivir con los aldeanos. Ellos solo quieren poder obtener algunos minerales" digo cuando terminamos nuestras explicaciones, intentando convencerla.

"no podría, eventualmente vamos a tener un problema" dice con voz molesta "cuando no estoy tocando, me gusta escuchar la música del silencio. Si vienen personas a buscar minerales este lugar, se volverá un desastre de ruidos y sonidos. Además, estoy segura de que contratarían gente para deshacerse de mis amigos tan pronto como los vieran" agrega, acariciando la cabeza de uno de los lobos huargo.

Mientras hablamos se escuchan gotas ocasionales que caen del techo de la caverna y van a parar al lago.

"Es una pena... Esperaba que tener algo de paz por un poco más de tiempo" suspira "pero las expectativas son como la porcelana fina. Cuanto más fuerte te agarras a ellas, más probable es que se rompan" vuelve a suspirar con una profunda tristeza en la mirada "me gusta mucho vivir aquí, pero supongo que tendremos que mudarnos. Ya que las personas pueden intentar resistirse a los efectos de mi música, y supongo que tú les contarás sobre mí. Y, aunque podríamos intentar retenerte aquí para que no hables, a mí no me interesa el hacerte ningún daño ni a ti ni a nadie"

"Podría decirle al jefe de la aldea que hay una especie de veneno en el aire, y de esa manera no tendrías que abandonar tu hogar. Pueden perfectamente crear una nueva mina en otro lugar" digo, conmovido por la apariencia vulnerable de la chica.

"¿De verdad?" dice la chica y su voz llena de esperanza es como una suave caricia "¿Harías eso por mí?"

"Si, lo haría. ¡Todos tienen derecho a vivir en paz!" digo, mientras la imagen de Mia viene a mi mente.

Su situación es similar a la de Auri, pero a la inversa. Y no puedo evitar que la pequeña elfa me recuerde a la situación de la niña.

Por su color de pelo y ojos, Mia esta forzada a vivir recluida en su casa.

Yo no puedo hacer nada para cambiar esa situación, pero en este caso si puedo hacer algo, y lo hare...

Lo lamento por la aldea, pero no voy a dejar que le quiten el hogar a alguien para que puedan volver a utilizar su mina.

Tal vez me estoy precipitando y simplemente con comentarle la situación al jefe de la aldea se solucionaría todo, pero no puedo estar seguro.

No, mi idea es mejor...

Entonces otra pensamiento me viene a la mente, y preocupado le digo a Auri "pero ¿y si por mi historia bloquean la entrada de la mina? Podrías quedarte atrapada y, sin comida, no durarías mucho aquí dentro"

"En realidad, seria de mucha ayuda que tu bloquearas la entrada. Tenemos otras salidas al exterior que los humanos no conocen. Igualmente, no tienes que preocuparte por mis necesidades o las de mis amigos" dice mirando a los animales y monstruos "mi música nos puede sustentar... Como ya habrás notado al entrar, hay magia en ella. De ser necesario, puedo eliminar nuestra necesidad de alimento, bebida, o sueño de forma indefinida, simplemente tocando mi laúd. Por eso no deberías preocuparte por nosotros..."

...

Al final, volví al jefe de la aldea con las manos vacías.

Le conté una historia inventada sobre qué había veneno en el aire de la mina.

Le dije que podía ser peligroso para las personas el intentar adentrarse en ella, y que por eso con Azur decidimos bloquear la entrada.

Unas pocas bombas de mana fueron suficientes para hacerlo.

Tras escuchar mi reporte, el jefe de la aldea decidió intentar abrir una nueva mina en otra área e ignorar la entrada, ahora clausurada, del hogar de Auri.

Me negué a recibir ningún pago por el trabajo, ya que me parecía deshonesto.

Después de despedirme del anciano, monté en Azur y partimos en dirección al Pueblo Encrucijada, ya que tengo que entregar al gremio los cadáveres de los bandidos que encontramos en nuestro viaje hacia la aldea, y que mi plan antes de encontrar al aventurero retirado era pasar unos días en el pueblo.