Los próximos días no hablamos mucho. Parece que lo que hablamos antes le hizo rememorar porque fue al pueblo en primer lugar... Estoy ansioso por saber más de la capital y la academia militar, pero no quiero arriesgarme a decir o hacer algo que pueda hacer cambiar de opinión a Joaquín, si él no quiere hablar es mejor no molestarlo, a fin de cuentas, apenas lo conozco.
Al atardecer del quinto día de viaje ya podemos ver la capital en la distancia, aunque no puedo distinguir realmente las formas de los edificios, ya que hay una gran muralla obstaculizando la vista.
Finalmente, al mediodía del sexto día llegamos a la capital. Veo como Joaquín vuelve a animarse a medida que nos acercamos.
"La capital está dividida por dos murallas, dentro de la muralla exterior vive la mayoría de las personas. Sin embargo, nosotros nos dirigimos a la muralla interior, que es donde están el laberinto, las academias y los comercios relacionados con el laberinto, así como los centros de mando de la milicia"
Al llegar Joaquín habla con los guardias de la muralla y pasamos al interior. Nos da la bienvenida la vista de miles de viviendas y personas circulando por las calles, me extraña ver solo humanos entre la gente, pero supongo que la equitativa diversidad racial solo es normal en el pueblo encrucijada. Los edificios y casas están construidas de ladrillo o piedra, la mayoría tienen varios pisos de altura. El edificio más grande que puedo ver debe tener seis o siete pisos. No puedo dejar mi mirada quieta en un solo lugar. La calle por la que vamos es más grande que el resto y sigue recto hacia el centro de la ciudad, de ella salen calles más pequeñas a intervalos regulares. Sin embargo, independientemente del tamaño, todas las calles están adoquinadas. En nuestro camino veo comercios ofreciendo todo tipo de cosas como prendas de vestir, frutas, carne, restaurantes. Por el camino no hablo con Joaquín e intento no perderme nada de lo que veo. Me extraña lo ordenado que parece todo pese al tamaño de la ciudad. Recuerdo las calles zigzagueantes y sin orden de mi pueblo, los distintos estilos de viviendas, originales de cada reino y pienso que la diferencia entre las dos ciudades es como la diferencia entre el día y la noche.
Nos lleva varias horas llegar a la muralla interior, cuando llegamos ya está cayendo la tarde. Al cruzar veo que dentro las casas y edificios son mucho más grandes, sin embargo, ninguno a la vista tiene más de dos o tres pisos.
Dentro de la muralla interior desmontamos, Joaquín le da el caballo al guardia y nos dirigimos a un inmenso edificio cercano de tres pisos. Al entrar veo que el edificio esta hueco, dentro hay lo que parece ser un campo de entrenamiento, a juzgar por las personas realizando diferentes ejercicios, con armas y sin ellas.
"Desde que pasamos la muralla exterior no has dicho ninguna palabra ¿estás bien?" me pregunta Joaquín, deteniéndose un momento y mirándome con cara preocupada.
"Si si… Es solo que había mucho para ver y no quería perderme nada... Igualmente tampoco se puede decir que tu hayas estado muy hablador desde ayer... " digo levantando una ceja.
"Si, puede ser... tenía que pensar en todo lo que tengo que informar a mis superiores." dice con una sonrisa "igualmente no te preocupes por no perderte nada, ya tendrás tiempo de ver la capital en detalle, a fin de cuentas, vas a vivir en mi casa a partir de ahora. Solo tengo que dar mi informe en el cuartel y podremos ir a mi casa a descansar, espérame aquí un momento"
"Esta bien" digo medio distraído, mirando a los soldados entrenar.
Puedo ver soldados practicando tiro con arco y combate con lanzas, mazas y espadas, también hay gente corriendo, haciendo flexiones de brazos y otros ejercicios. Todo parece seguir cierto orden, cada ejercicio está dividido en grupos y cada grupo se mantiene en determinadas áreas.
Joaquín regresa y viene acompañado de otras dos personas. Uno de ellos parece más o menos de la edad de Joaquín, pero es más delgado, su pelo rubio y ojos verdes enmarcan una cara de rasgos finos y delicados. El segundo es claramente mayor, su cara ya tiene arrugas y su pelo negro tiene varios manchones de blanco, solo basta una mirada a sus fríos ojos negros y al respeto en la voz de Joaquín al nombrarlo, para notar que es el de mayor rango de los tres.
"Xelean, estos son el Teniente Vector y General Julius. Quieren poner a prueba tus capacidades físicas para comprobar si tienes lo necesario para ser un soldado, debido a que es poco común que personas tan jóvenes y de fuera de la capital entren a la milicia" dice Joaquín, no parece muy contento con la situación.
"está bien, pensé que ya me habías probado durante el camino…"
"sí, es solo que ellos quieren comprobarlo con sus propios ojos" dice Joaquín con cara rígida.
"Ok ¿Qué quieren que haga? No hay mucho tiempo hasta el anochecer, supongo que no nos dará tiempo si tenemos que repetir todas las pruebas que hice durante el camino, por lo que deben de tener pensada otra cosa ¿no? "
"ya veo lo que decías Joaquín, " dice Julius, riéndose.
"una prueba de combate bastara, no importa el resultado, solo queremos ver si es cierto todo lo que dice Joaquín, es bastante increíble la verdad... Espera aquí, iré a buscarte un oponente " dice Vector con molestia.
Vector se dirige al lugar donde están entrenando con espadas y vuelve con un chico rubio, de ojos verdes parecido a él. Parece tener unos cuantos años más que yo. El chico tiene una espada de madera en la mano. Vector me da una y dice con una sonrisa burlona "veamos qué tan buenas son tus reacciones en un combate, Joaquín dice que eres alguien inteligente, pero no todos los tipos de inteligencia sirven a la hora de combatir"
"hola, soy Víctor y soy el encargado del entrenamiento de los novatos" dice el chico en frente de mi "cuando te sientas listo atácame de la mejor manera que te parezca"
"ok"
Víctor se queda mirándome como si nada, claramente piensa que puede vencerme sin mucho esfuerzo. Pego un salto hacia adelante e intento golpearlo desde arriba con la espada, pero Víctor esquiva hacia un lado y me golpea en el costado.
"buena velocidad, pero demasiado obvio" dice con tono aburrido "¿nunca habías sostenido una espada antes verdad?"
"no, pero no importa ¿no? ¿no se supone que es tu trabajo el instruirme?" digo molesto por el golpe.
"solo si vales la pena... pareces solo un paleto de pueblo, y te mueves como uno por lo que veo" dice mientras me ataca con un tajo desde arriba. Yo intento bloquearlo, pero a mitad de camino cambia la dirección de la espada y me vuelve a golpear en el costado.
"Joaquín fue el que dijo que debería entrar a la milicia, supongo que alguna razón habrá tenido ¿no?" digo cada vez más irritado e intento atacarlo una vez más imitando lo que hizo recién, pero vuelve a esquivarme y ríe, golpeándome en las piernas y tirándome al suelo.
"Es cierto... ¿Qué le habrán ofrecido tus padres a Joaquín para que te trajera aquí? Supongo que tu madre debe de ser muy hermosa y tu padre un fracasado, si le permitió hacer cualquier cosa con tal de cumplir el sueño de ser hijito" dice mirándome desde arriba con la punta de la espada apuntándome a la cara.
"¡¡¡no hables de mis padres!!! " digo irritado, aparto su espada de un manotazo y me levanto.
"¿por qué? ¿Te echaron de casa y por eso Joaquín te trajo aquí de lastima? Es eso o lo que dije antes..." dice llevándose una mano al mentón y mirándome con una sonrisa burlona "si...supongo que solo así se puede entender esto... no pareces tener ninguna aptitud para el ejército. Seguramente en tu pueblo eras el más listo, fuerte y rápido. Por eso querías ser soldado para ser el héroe de tu pueblucho ¿no? Pues lamento arruinar tus sueños, pero aquí solo veo un campesino que no entiende su lugar..."
"CALLATE" no soporto que hable de mis padres, con cada palabra que dice siento cada vez más odio e ira hacia Víctor…si tan solo pudiera darle un golpe.
Me lanzó hacia adelante y simulo atacar desde arriba. Hasta ahora siempre esquiva hacia un costado, solo tengo que ver hacia dónde se mueve y golpear ahí...Lo intento con todo lo que tengo, pero bloquea mi ataque.
"interesante... Pero no es suficiente, un perro siempre va a ser un perro sin importar cuanto se esfuerce" dice Víctor con una sonrisa que parece forzada a través de nuestras espadas cruzadas.
¡¡¡maldita sea!!! solo un poco más, con un poco más de fuerza podría romper su bloqueo y hacerlo callar. En el momento en que pienso eso mi espada estalla en llamas y corta la de Víctor, golpeándolo en el pecho y lanzándolo a volar lejos de mí. Siento que me faltan las fuerzas y caigo de rodillas. Veo en el estado simplificado que me queda muy poco mana y sigue bajando, pero no sé cómo evitarlo. El debilitamiento debe ser por gastar tanta mana de golpe. Miro la espada en llamas y la suelto por miedo a quemarme. Sin embargo, al dejar mi mano se apaga instantáneamente y mi mana deja de disminuir.
NA: concepto de personaje (saltarse el espacio)
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