Creo que mi vida empezó a cambiar cuando te conocí, pero no me arrepiento de haberlo hecho. De lo que si me arrepiento, fue jamás haberte dicho lo mucho que mi corazón latía por ti. Esa ves, que casi lo hago, mi corazón estaba apunto de explotar, mis mejillas se estaban poniendo de un color rojo, y yo estaba sudando más de lo normal, supongo que fue por eso que salí corriendo y jamás te dije cuánto te quería. Enserio me arrepiento de no haberlo de hecho, pero ¿Quien se hubiera imaginado que ya nunca más te volvería a ver?
- Año 1997 -
Un día de invierno, fue la vez que te conocí.
Los dos estábamos a los dos extremos contrarios del camino, para poder estar cercas, teníamos que cruzar la pista.
Tu llevabas puesto una hermosa chalina color rojo, eso y tus bellos ojos azules, fueron lo que más me llamó la atención de ti.
El semáforo aún no había cambiado de color, seguía en el color rojo, pero ya faltaban unos cuantos segundo para cambiar, supongo que fue por eso que tú decidiste ya cruzar.
Ahí ibas tu, cruzando la pista con la mirada puesta en tu celular, y no te diste cuenta, de que a tu lado derecho, venía un camión a una gran velocidad.
Todos los días, le agradezco a Dios por haberme ayudado en ese entonses, por qué ni yo sé de donde saque toda esa fuerza y valentía para correr hacia ti, agarrar de tu brazo, y jalar de ti hacia mi.
Estoy seguro que en esos momentos, los dos estábamos asustados y nerviosos, y quisas tú lo estuviste más, pero, para mi, esos microsegundos que pasaron mientras yo te jalaba, pasaron muy lento, que llege a ver tus bellos ojos azules, también mire tu mirada de preocupación y angustia.
Los dos caímos, en la vereda, y tú caíste encima mío. Yo me pare cuidadosamente sin lastimarte
- Está bien? - pregunté mientras entendía mi brazo hacia aquel chico con bufanda roja y ojos azules, que tienes una expresión de miedo -
No había respuesta alguna, supongo que aún seguías procesando todo lo que había pasado
- Si, y, muchas gracias por haberme salvado - me respondió a los segundos -
- No fue nada, dime ¿Te has lastimado algo? ¿quieres que te lleve al hospital? - pregunte un poco angustiado.
En negó con la cabeza, y me mostró una sonrisa un poco nerviosa y forzada
Yo tambien le sonreí, y dije entre risas discretas
- mi mano se cansa, es que no la vas agarrar?
- oh, claro que si, muchas gracias - me respondió mientras agarraba mi mano y se levantaba.
Yo estaba apunto de preguntarle su nombre, y también presentarme, pero en eso, el, miró su reloj, y me agradeció nuevamente. Después se puso a correr, y no tuve tiempo de preguntarle algo sobre el. Tuve que resignarme a volverlo a ver para poder saber sobre el.
- Al día siguiente -