Primer nombre Sol, por su abuela, y segundo nombre Luis, por su abuelo. Sol Luis. Sol para sus amigas. Luis para cuando quiere sonar inglesa. Soledad para sus padres si se enfadan.
Su nombre tiene casi tantas variantes como estrellas en el cielo, pero le gustan todas. Le gusta Sol porque su abuela era igual de cálida y le gusta Luis porque, aunque no llegó a conocer a su abuelo, heredó de él, según le contaron, el lunar de su barbilla y su carácter cabezota y persistente.
Su nombre era uno más de los miles de ejemplos que reafirmaban aquello de lo que estaba tan segura: las personas son el resultado de unir las piezas que dejan los que pasan por ellas.
Bonito, ¿verdad?
Parece una mente profunda: no lo es.
Esa frase en realidad va entre comillas, "las personas son el resultado de unir las piezas que dejan los que pasan por ellas." Efectivamente, no es suya. No se la ha inventado ella y no se ha freído el cerebro pensándola. Es una línea del estribillo de una de sus canciones favoritas.
¡Ah! ¿Que no lo sabéis? Esta chica es una fan empedernida. Tan fan que una vez, y más de una, casi muere tratando de salvar sus dos grandes tesoros.
Lucas Río, más conocido por simplememte Río, es un actor que amasa éxitos desde la tierna edad de nueve años. Tiene tanto talento como poros en la piel y también tiene una faceta oculta: es un cretino de los pies a la cabeza.
Así que...¿puede más su corazón de fan o su orgullo de hija mayor de una pareja de clase trabajadora?
En cualquier caso, Sol Luis no permitirá que Lucas Río, por muy de ensueño que le parezca, destruya lo que tanto le ha costado conseguir: ¡un trabajo decente!
"¡Atrás tentaciones fanáticas! ¡No caeré en su trampa!" se gritó a sí misma.
¡Mucho ánimo, Sol!