CAPÍTULO 9- Visitando un zoológico. Parte 2.
Tiempo atrás.
—P-pero… eran mis… a-amigos.
—¡Ya te dije que no me importa! ¡Te dije que no perdieras tiempo en tonterías!
—P-pero solo e-estaba jugando…
Un pequeño Dreimo, de 5 años, recibió una cachetada de su madre y ella comenzó a patearlo en el suelo.
—¡Deja de decir estupideces! ¡Los maté porque quise hacerlo!
Después de un par de golpes, dejó de golpearlo.
—Un cliente vendrá pronto, no puedo seguir golpeándote.
Lo tomó del brazo y lo levantó.
A pesar de estar llorando, la expresión de Dreimo era fría… Una expresión que refleja que no le importa ya nada.
—Tú no puedes tener amigos.
—… Lo sé… Lo sé.
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(Pov- Dreimo.)
… Ah… Ver a las madres con sus hijos me recordó a la puta de mi madre… La loca mataba a mis amigos simplemente para que yo no tuviera ningún vínculo con alguien, evitando que yo recibiera ayuda, pues mi propia madre me estaba prostituyendo.
No recibí ninguna ayuda, por eso tuve que encargarme personalmente del problema.
¡No, Dreimo! Prometimos dejar el pasado atrás. Solo concéntrate en el presente.
—Son lindos, ¿no?
Yuik asintió.
Estábamos viendo a los monos del zoológico.
Los animales de este mundo y del otro son parecidos, pero son muy diferentes.
En el otro mundo hay animales más peligrosos y raros.
—Sigamos viendo.
Es la primera vez que vengo con un amigo a un lugar así… Siempre venía solo… Me da pena el Dreimo del pasado… Pero ahora mi vida mejoró.
Tengo un verdadero amigo y un trabajo normal. Por fin tengo la vida que soñé.
Y espero que siga así de tranquila.
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—Ah… Por fin terminamos de ver todo.
Yuik asintió y sonreí.
—¿Te está gustando?
Ella asintió rápidamente.
—Ya veo.
Estábamos comiendo una hamburguesa, en la cafetería del zoológico.
Fue un largo día, pero muy satisfactorio.
Pero es momento de retirarnos, Yuik ya tiene sueño, puedo darme cuenta de eso en sus ojos.
—Creo que ya debemos irnos.
Yuik se terminó la hamburguesa y asintió… Qué adorable se ve con la boca llena.
Bien, es momento de retirarnos.
Me levanté y estaba a punto de chocar con una chica.
—Lo siento.
Alcancé a alejarme y evitar el choque.
—N-no te preocupes.
Volteé a ver a Yuik.
—Vámonos.
Ella se levantó y salimos del lugar.
Estoy satisfecho con el resultado de hoy.
El estado de ánimo de Yuik mejoró. Pude sentir que se la pasó bien viendo animales raros para ella y comer comida deliciosa.
Si sigue obteniendo estos resultados, muy pronto podré ver una sonrisa en su rostro.
Debo asegurarme de que ningún hombre se acerque a ella. A mí no me tiene tanto miedo porque revelé que soy el héroe Dreimo, la persona que derrotó al Rey Demonio. Soy alguien admirado por los humanos, ella confía en mí por eso. Pero ella le tiene miedo a los hombres por culpa de los bandidos que la torturaron.
Primero debe acostumbrarse a estar conmigo, olvidar su pasado y seguir con su vida.
Después de eso, dejaré que hombres hablen con ella… Pero no todavía.
Será un largo proceso, pero valdrá la pena.
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Regresamos al otro mundo y puse una cama al lado de la otra cama de la habitación.
—Bien, una cama para cada uno.
Bostecé y me acosté.
—Buenas noches, Yuik.
Yuik asintió y se acostó en la cama.
Bien, no se puso tan nerviosa. Me estoy ganando su confianza.
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(Una semana después.)
Ha pasado una semana desde que Yuik vive conmigo.
Afortunadamente, nada malo o raro ha pasado.
Todos los días fueron muy normales y tranquilos, y eso es muy bueno.
Yuik ya no me tiene tanto miedo como antes y se pone menos nerviosa al hablar conmigo.
Lamentablemente, se pone muy nerviosa y asustada cuando otras personas le hablan. Si quiero que sea independiente, debo enseñarle a hablar con las personas.
—Me gustaría llevarme este libro.
—Claro. ¿Me permite su tarjeta?
—Tome.
Ah... Un día tranquilo en el trabajo.
¿Qué más puedo pedir?
Ningún Dios jodiendo mi vida.
Ningún Demonio intenta conquistar el mundo.
Esta tranquilidad es genial.
—¡Dreimo!
... No...
Ah... Él no, por favor... Bueno, ella... Ah, da igual.
—¡Tú eres Dreimo, ¿verdad?!
Reconozco fácilmente esa vestimenta tan atrevida.
Si no supiera su verdadera identidad, pensaría que es una hermosa y ardiente chica.
Su cabello blanco y demasiado largo es inconfundible... Wow... Su cabello parece una capa de superhéroe. Se lo dejó crecer demasiado.
Sus ojos azules... Esta vestimenta corta... Un mini shorts... Una blusa negra que le llega hasta arriba del ombligo... Si no supiera su verdadera identidad, me sentiría excitado.
—Buenas tardes, señorita. Mi nombre es Dreimo. Permíteme terminar mi trabajo y con gusto la puedo atender.
Ella me tomó del traje y se acercó demasiado a mí.
—¡¿Eres el héroe Dreimo?!
—... No. Sé que nos llamamos igual, pero...
—¡No mientas!
Intentó golpearme y cerré los ojos cobardemente.
—... ¿Por qué no te defendiste?
Jeje. Sabía que se iba a detener. Puede ser una chica agresiva, pero no mata inocentes.
—S-señorita, por favor, déjeme. No soy el héroe Dreimo, solo nos llamamos igual.
—Tsk. Sé que eres tú.
—... Disculpe si la ofendo, pero... ¿No cree que, si el héroe Dreimo se está escondiendo, escogería un nombre diferente?
—... Es cierto, Dreimo es inteligente... Pero te estaré vigilando.
—C-claro.
Me soltó y salió de la biblioteca... Qué agresiva.
—D-disculpa, ¿estás bien?
—No se preocupe, señorita... ¿Debería cambiarme el nombre? Incluso el maestro del gremio me confundió con él cuando me conoció... Ah... Tengo mala suerte.
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La hora de la comida, mi momento favorito del día.
—Pizza y hamburguesas. Comida chatarra, pero a nosotros no nos afecta. ¡Podemos comer todo lo que queramos!
Yuik asintió y comenzamos a comer.
—Ah. Comer con alguien es más relajante.
Estábamos comiendo en nuestra casa, en 30 minutos debemos regresar a trabajar.
Debemos aprovechar el tiempo que tenemos.
—Mmm.
—¿Eh?
Yuik me habló, a su manera, y me enseñó su libreta.
Dice: "¿Quién era la chica que te molestó?"
—Ah, viste eso... Ella se llama "Seirak", es la tercera princesa de este país.
Ella se sorprendió y escribió: "Pero el Rey solo tiene hijos hombres".
—Sí... Es hombre.
Ella se quedó inmóvil por unos segundos y escribió: "¿Hombre? Pero es muy hermosa".
—Sí... La magia puede hacer cosas increíbles.
Aunque yo fui el que la hizo mujer... Literalmente.