El hermosísimo Cupido caminaba por las calles de París sin ser visto por nadie. Aburrido mientras escuchaba Metal, su chicle ya no tenía sabor y no había nadie soltera a quien molestar.
"M*ldición, ¿Hay alguien que no esté enamorado en este lugar?"
Pero justo cuando se estaba quejando vio a lo lejos a alguien que se miraba soltero, de actitud arrogante y muy presumido.
«Esto va a ser divertido»
Dijo complacido, y una mueca malvada se dibujó en sus delgados labios mientras tocaba el arito en su oreja.
Historia corta, 2,000 palabras. Escrita por el día de San Valentín.