el receso termina pero como es clase de combate, Avis tiene un permiso medico el cual le permite saltárselo, solo se queda en el tejado donde duerme segundos, segundos que pasan a minutos y así hasta que un movimiento lo despierta.
-¿ha? ¿quien?-
sus ojos se abren de sorpresa al ver una joven recostada a su lado en el suelo durmiendo profundamente, su piel pálida, ojos delineados oscuros, cabello negro asomándose por la capucha, era inevitable reconocerla, la única estudiante permitida para usar ropa fuera del reglamento.
-¿s-señorita Arnis?- temeroso por la reacción de la otra persona, Avis solo duda un segundo, pero deja salir sus palabras intentando captar su atención.
ella poco a poco abrió gentil y delicadamente sus ojos dejando al descubierto el color violeta en ellos reflejado a la luz del sol.
-¿buenos días?- perdida de su alrededor le deja esas palabras en son de pregunta, volteándose al otro lado dispuesta a dormir.
-N-no, Señorita Arnis usted debía estar en su combate ¿no es así?-
asustado de los problemas que eso le podría acarrear llamo la atención de la joven, que aun soñolienta lo abraza levemente.
-¡¿Qué esta haciendo?!-
pero en respuesta solo recibió una mirada de molestia en parte de la otra persona.
-silencio-
con esas palabras Avis solamente se quedo quieto mientras Gabriela lo abraza igual que un peluche, poco a poco el parpadeo de Avis se fue relajando y volviendo mas pesado, no supo cuando pero se dejo llevar, el tiempo transcurrió sin piedad, solo para que cuando los ojos de Avis se abrieran lentamente pudiera notar la completa oscuridad y una leve caricia en su cabeza.
-¿estas despierto?-
-¿he? lo siento señorita Arnis-
Avis se levanto de golpe evitando mirarla a la cara, pero aun así el rubor se mostraba claramente en su rostro.
pero ella no se inmuto por la sucedido, solo observo la lejanía y se coloco de pie lentamente.
-¿vamos?-
sin saber sinceramente como responderle Avis asintió lentamente, mientras la seguía por las escaleras, ambos pasaron en silencio juntos por la escuela vacía.
-sabes, a veces esto se siente como mi hogar, otras veces se siente vacío, realmente odio tener la habilidad que tengo, odio ser quien soy y algunas veces lo gradezco, como agradezco cada día seguir viva, ¿piensas igual?-
pero ante las palabras de Gabriela, el respondió con calma, sin mirar al suelo, solo mirando adelante con decisión.
-este lugar nunca se a sentido como un hogar para mi, solo es un peldaño que debo superar, no puedo decir que nunca e maldecido el como nací, con las condiciones, pero no puedo odiarlo, tengo a mi hermana que es mi razón para vivir, yo puedo sufrir pero ella no, es por eso que tampoco puedo agradecer el seguir vivo, solo lo tengo que exigir-
cuando ambos llegaron a la salida de la escuela, el termino de hablar pero Gabriela dejo salir un susurro, antes de despedirse de Avis.
-talvez quisiera yo serlo...-
la observo en silencio alejarse y luego volvió a seguir su camino, no sin antes tomar su teléfono y realizar una llamada.
-¿estas estudiando?-
-no hermanito idiota, estaba durmiendo antes que me despertaras-
-ja ja debes estudiar, recuerda que es tu trabajo-
-de que sirve estudiar, esto es aburrido, todos los libros son fáciles incluso los tuyos, aun no puedo entender porque te equivocas en preguntas tan fáciles, buuuu-
-mmm, por ahora intenta hacer algo, dormir todo el día no hace bien, prometo llevarte a casa un libro que te haga sentir un reto ¿bueno?-
-¡Yey! tendré tarea, o si recuerda comprar un vestido para Mirian-
-sabes que me veré raro comprando ropa para muñecas-
-¡Porfisss!-
-ja ja hare lo que pueda-
-¡Adiós hermanito!-
la llamada se corto con un animado todo de voz por parte de la otra persona, en el silencio de la oscuridad sus pasos seguían adelante mientras miraba el cielo estrellado, sus pensamientos comenzaron a recordar.
"¿cuando fue que ella comenzó a ser tan inteligente? a este paso nunca tendrá una vida normal"
su puño se apretó con firmeza, pero solo siguió su camino, con mayor decisión que antes.
el trabajo nocturno no era gran cosa, el solo debía reponer objetos de la tienda, atender uno que otro cliente e incluso responder pregunta de ebrios que se acercaban a el lugar.
con análisis Avis podía verde desde su lugar donde tenia que reponer objetos o cuales estaban caducados, para ese trabajo era una habilidad bastante grata, por fin le serbia para algo.
su noche es día, al terminar su turno, camino devuelta a casa logra ver en una vitrina libros de grado avanzado, universitarios es algo que le gustaría regalarle a su hermana, pero el costo era demasiado para alguien en sus condiciones.
resignado vuelve a su casa, donde en la puerta le espera una factura del hospital, luz y agua, las tres las recoge desganado mientras, coloca a lavar la ropa de su hermana y la de el, ordena el lugar y limpia, mientras ella duerme.
así hasta que le quedan dos horas para dormir.
pero mientras el se preparaba para dormir, desde afuera una mujer de cabello largo morado, observaba con una sonrisa picara.