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Chapter 2 - Despertar tranquilo

Viendo al hombre frente a mi con mi gemela al lado y una rubia -no mi rubia hermana- atrás de ese hombre a su costado después de cierto suceso.

El cuarto en el que nos encontramos tampoco ayuda a mejorar mi ánimo.

Era un cuarto de interrogatorio en una comisaría, con su luz enfocada en nosotros y todo.

Je. Un poco de verdad en las películas de detectives.

Esto me hace cuestionar.

¿Cómo llegamos a esto?

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Fue un inicio tranquilo como cualquier otro al despertar. Salí de la cama que compartía con mi gemela mientras ella aun dormía, era fin de semana por lo que no había prisa.

Como compartimos cuarto entre hermanos hay otra cama junto a la nuestra separada por una mesita de noche con una lampara encima, que actualmente esta vacía… y un poco desordenada…

Cepillé mis dientes y fui a mojar la cara de Ruby con pequeñas gotas que caían de mis dedos.

Eso pareció fastidiarla mas no logro despertarla.

Frunciendo el ceño me acerque a su oído y susurre.

-"pss Ruby, me comeré tu parte de galletas"

-"no lo harías… mamá no te dejaría…"-ella dijo en su dormido, aunque con leve temor de que en realidad sucediera.

Lástima para mí, lo que dijo es verdad. Mamá se asegura de que nosotros tengamos una dieta balanceada, incluso si Ruby llega hacer una rabieta para comer más, mamá se mantiene firme y le negaría.

Aunque estoy seguro de que se come una parte de las galletas de mi otra hermana, Yang, a escondidas.

No la culpo, hago lo mismo y Yang parece no molestarse.

Viendo como ella se acomoda mejor para seguir durmiendo, decido tomar medidas más significativas.

Saliendo del cuarto veo otras dos habitaciones, estamos en el segundo piso de la casa y al final del pasillo las escaleras hacia el primer piso se encuentran.

Una de las habitaciones es de repuesto, pensada para visitas que podrían quedarse, aunque no fue usada en mucho tiempo.

También podría ser la habitación de Yang, pero ella al igual que Ruby y yo nos negamos fervientemente a estar tan separados.

Simplemente… se siente mal…

El otro cuarto pertenece a mamá, y… bueno… también a papá… pero él falleció hace años. Ahora solo es de ella.

Bajando las escaleras me dirijo hacia la cocina donde mi amada madre se encuentra preparando el desayuno.

Mi madre, Summer Rose, es una mujer hermosa. Ruby y yo definitivamente somos su viva imagen, Ruby más que yo por ser mujer.

Con ojos plateados y tez clara, cabello negro que se degrada rojo en las puntas, este estaba recogido hasta los hombros. Llevaba su pijama, siendo que estábamos en casa y no tenia deberes que cumplir aun.

Y, como olvidar, el pasar de los años no afecto a su belleza.

-"buen día querido, te levantaste temprano"- dijo ella al verme con una sonrisa cálida la cual devolví con una propia.

-"No tanto si Yang lo hizo antes…"- aquí la mirada de mamá se frunció.

-"ella… dijo que tenía algo que hacer…"-volvió su mirada hacia el desayuno

No comente ante sus palabras, entendía la situación. Fue en busca de información otra vez.

La situación de mi hermana es algo complicada.

Veras, Yang no porta el apellido de Ruby, yo y mamá, que es Rose. Ella es la hija de un compromiso previo de mi padre antes de que él empezara a tener una relación con lo que hoy día es nuestra madre.

Una mujer llamada Raven Branwen es la madre biológica de Yang, que, resumiendo, abandono a su familia apenas mi hermana mayor nació, dos años antes que nosotros naciéramos.

Curiosamente, es la hermana gemela de nuestro tío Qrow Branwen, y su mala relación con ella es un ejemplo para Ruby y para mi de cómo no queremos terminar.

Ya estamos lo suficientemente rotos, no necesitamos hacerlo más.

Volviendo con el tema de Yang.

De alguna forma ella se enteró de que Summer no era su madre biológica, si no otra mujer que la dejo atrás.

Abandonada por su madre y la muerte de su padre, hubo un tiempo en el que ella se sintió perdida, como una niña adoptada. Tanto así, que por un tiempo en su preadolescencia tubo una etapa gótica, tiñendo su cabello.

Algo francamente sorprendente si tomamos que antes de eso era muy recelosa con lo que tocaba su cabello.

Duro por dos semanas esa fase, y hubiera durado más si yo no hubiera intervenido al igual que Ruby y mamá.

Fue una época muy triste para la familia.

Irónicamente, ella es la que más color vivo lleva en la familia. Usando amarillo para casi todo, incluso sus bragas. Dijo que usa el color como una forma de recordar a papá, además de que le queda genial el color.

Sabemos que nos ama, puede ser muy directa con sus emociones a veces y nos aseguramos siempre de recordarle que estamos aquí para ella.

Aun así, siente un vacío que por más que intentemos no podemos llenar por completo.

Por eso busca información para encontrar a su madre. Buscando respuestas o darle un puñetazo en la cara.

Personalmente espero lo segundo…

-"Ruby no quiere despertar, necesito ayuda…"- cambio de tema mientras desvanezco mis recuerdos y pensamientos.

-"déjamelo a mi"-respondió ella con una sonrisa, que juraría que por un momento se volvió sádica y subió a nuestro cuarto.

Confiando en que ella lo lograra me puse a terminar el desayuno que seguía haciéndose en la cocina.

De entre los cuatro en casa soy el mejor cocinero, para pesar de mamá que ocupa el segundo lugar, luego sigue Yang con cosas básicas y suficientes para poder vivir y por último Ruby, quien… no nació para cocinar. Sin embargo, hace unas galletas muy buenas casi tanto como las de mamá. El aprendiz piensa en superar al maestro, en palabras de Ruby.

No es como si estuviera lista para dejar las galletas de mamá aun, por lo que solo de vez en cuando prepara sus propias galletas, a veces lo prepara junto a mamá.

Terminando de freír los tocinos, coloco los alimentos en los platos y lo pongo en la mesa.

No sabia si Yang regresará para el desayuno o si ya desayunó, de todas formas, coloqué su parte en un plato y lo dejé en la mesa.

Espero que nuestro perro no se coma su parte…

Y hablando de él…

-"Zwei! Hora de comer!"- grité.

*Woof!*

Un ladrido por debajo de mi visión me obligo a mirar hacia abajo. Era nuestro perro, Zwei, en toda su magnificencia.

Zwei es un Pembroke Welsh Corgi tricolor de cabeza negra con ojos grises, algo rechoncho y tierno que encanta a las mujeres de la familia, y como no, a mi también.

Si no supiera de sus capacidades creería completamente que es indefenso. También es muy inteligente, y eso me asusta un poco.

No puedo predecirlo…

Volviendo.

-"eres una invocación Zwei? Quizás en verdad eres mágico…"- comenté, ya que no hay forma de que no lo sintiera ni visto.

Y no, el que sea pequeño no es escusa.

Viéndome con lo que parecía confusión con la cabeza inclinada y la lengua fuera, supe que no tenía oportunidad.

Eres un misterio Zwei.

-"ahora te doy tu comida, Ruby y mamá ya deb-"

-"NOO!!"-escuchamos gritar a Ruby.

Ambos volvimos la mirada hacia las escaleras que llevan al segundo piso.

-"…quiero saber?"

*Woof*

-"…tienes razón, mejor no"

Después de un tiempo ambas bajaron, mamá con una sonrisa triunfante y Ruby, que seguía en pijamas, con un sonrojo notorio en su rostro incluso si no me dirigía la mirada.

-"misión cumplida, supongo…"

-"Jeje nunca subestimes a una madre y el conocimiento que puede tener de sus hijos"- esa ultima parte me hizo temblar y mire a Ruby.

-"no… no necesitas saber…aun"- respondió, aunque al final susurró tan bajo que no pude escuchar.

Tosiendo para sacarnos del momento, fui a la cocina para sacar las latas de comida de perro y abrirlas.

Ambas ya estaban sentadas y estaban esperándome, colocando el plato de comida de Zwei en el suelo me senté con ellas en el comedor.

-"disfruten la comida que prepare con mucho amor"- dije antes de darle un mordisco a mi comida.

-"yo lo cocinaba antes que tu…"

-"y yo lo termine después de usted"

-"Ruby… tu hermano está siendo injusto…"- replicó hacia Ruby, pero luego puso los ojos en blanco.

Ruby ya estaba devorando su comida con vigor, pero de forma que no parecía una salvaje.

Todo un logro, a menos que sean galletas…

Entonces la perdiste.

Mamá volvió a mirarme mientras tomaba de mi taza con los ojos cerrados, le sonreí.

-"… mocoso engreído"- luego me saco la lengua infantilmente.

Tu eres la culpable de que Ruby siga actuando como niña, mamá.

El desayuno transcurrió con tranquilidad después de eso.