Después de que la enfermera le recolocase el hombro a la señora todo volvió a ser pacífico.
Liam, gracias a los dioses no perdería su brazo y Aica progresaba muy rápido en todo. Todo parecía maravilloso excepto mis sentimientos, por mucho que luchaba Azai seguía en mis pensamientos por el día y en mis sueños por la noche.
La culpa por lo que sentía me estaba consumiendo mentalmente, no podía concentrarme bien en las reuniones diplomáticas porque ese estúpido alfa y su estúpida sonrisa me distraían.
^Hola precioso ¿Estas solo delante de mi habitación? Que insinuación más directa^
La voz de Azai me sacó de mi torbellino de hormonas y de culpa para meterme en uno solo de hormonas
-Hola su majestad, realmente mi intención no era insinuarme de ninguna forma, mis gustos y exigencias están muy por encima de lo que usted puede ofrecerme-
Azai ante estas palabras solo sonrió y mirándome a los ojos me respondió con la mayor humillación de mi vida
^Si no te gusto ¿porque cada vez que me ves tus feromonas se vuelven más fuertes? ^
Realmente sabía dónde pegar para derrumbar mi mascara de indiferencia y gracias a eso cometí un error
-Mira quien habla el que se pasa el día mirándome y sonriendo para luego machacársela con la ropa que mando a lavar-
^Oh así que te fijas en que te miro e incluso sabes eso... ¿Te gustaron las vistas? ^
Preguntó mientras se acercaba a mi poco a poco
-N,Ni siquiera fui yo el que te vi, me informaron de tus comportamientos dignos de un salvaje-
^Ya veo, te estas poniendo nervioso, acabas de tartamudear, eso es muy mono^
Nuestras caras estaban una frente a la otra y en el momento menos oportuno mi celo empezó.
Nuestros labios se juntaron de forma apasionada mientras nuestras manos con desesperación intentaban sacar la ropa del otro, Azai me subió a horcajadas en su cadera y me llevó a su habitación, allí todo olía a el, me estaba volviendo loco, las sabanas estaban ya mojadas con mi lubricante, no podía más y al parecer Azai tampoco, en sus pantalones se marcaba una gran erección a punto de estallar.
-Métemela... por fav...-
Un beso acalló mis palabras mientras que su mano arrancaba de un tirón mi ropa interior desgarrándola en el proceso, ahora nada separaba sus grandes manos de mi húmeda entrada.
^No sabes las ganas que he tenido de metértela desde que te vi mi pequeño e insolente omega^
Sin darme tiempo a reaccionar metió sus dedos en mi interior produciendo un sonido húmedo y una oleada de placer que viajó por todo mi cuerpo haciéndome gemir y arquear la espalda
-mmmm... no es suficiente... te quiero dentro de mi...-
La cara de Azai se llenó de más lujuria de la que nunca había visto, se posicionó entre mis piernas y de una sola estocada hundió su enorme, cálido y palpitante miembro en mi interior, lo sentía en cada parte de mi vientre, era la primera vez que me sentía tan lleno, ninguno de mis sueños húmedos se podía comparar con esto.
^Estas muy apretado... me gusta^
Azai se empezó a mover furiosamente en mi interior y sentía como si me rompiese de dolor y de placer, quería pedirle que fuera más despacio, pero una parte de mi gritaba de deseo y de lujuria, que me diese así de fuerte realmente me excitaba. La habitación se llenó de una mezcla de mis gemidos, los gruñidos roncos de Azai y el sonido del chapoteo que hacía su gran miembro al entrar en mi húmedo interior, esos sonidos realmente me volvían loco, ya no me importaba nada más solo quería que Azai me llenase hasta no poder moverme.
Me desperté realmente adolorido, pero con un aroma muy agradable, era Azai quien estaba dormido a mi lado, por un momento sonreí hasta que fui consciente de lo que había hecho, un líquido espeso empezó a salir de mi interior haciéndome entrar en pánico
Pensé mientras levantaba las sábanas solo para encontrarme con un líquido más blanco que mi propia piel
Azai con el movimiento que hice se despertó solo para ver mi cara de horror absoluto
^Buenos días^
- ¿Cómo que buenos días? Como muy tarde será la hora de cenar-
^No, ayer estuvimos toda la tarde y toda la noche teniendo sexo, no hemos comido ni bebido nada desde ayer y por mi estaría hasta mañana^
- ¡Idiota! ¿Te das cuenta de las implicaciones políticas que tiene esto? -
^A ti no te importó mucho la política cuando estabas gritando mi nombre^
-Este ha sido el peor error de mi vida, me he acostado con un Alfa que me ve como a un trozo de carne-
^Puedo oírte^
-Lo sé ¿Sabes? Ya que no te importa la política te diré las cosas a la cara, eres un irresponsable egocéntrico que cree que es superior por ser alfa pero que a la hora de la verdad fue pisoteado por un omega, eres un tramposo en la lucha, te gusta humillarme para sentirte bien con tu ridícula y patética existencia y además tu país apesta, está lleno de esclavos, ignorancia y clasismo, sois una civilización patética y tú eres el máximo y más patético exponente de esa civilización-
Azai se quedó callado escuchando mi explosión de furia, no tenía toda la culpa, solo la mayoría, pero no toda la culpa, pero aun así descargué cada gramo de veneno que pude escupir sobre él.
^ ¿Es eso lo que piensas de mí? ^
-Por supuesto que si-
^No te lo tomaré en cuenta por las circunstancias, pero jamás vuelvas a hablarme así^
Su expresión me hizo retroceder, aunque era más fuerte mi propia biología gritaba que no debería enfadar más a ese alfa. Con la cabeza bien alta me vestí usando la ropa interior de Azai porque la mía estaba destrozada y me fui.
Cuando llegué a mis aposentos me bañé para quitarme su olor y luego me tiré sobre la cama, pequeñas lágrimas empezaron a salir de mis ojos, sentía vergüenza, suciedad, pero sobre todo culpa por lo cruel que he sido con Azai, él me ha menospreciado, pero nunca me ha dicho tantas cosas crueles como las que yo acababa de decirle.
Al final entre lágrimas, culpa y dolor en mis caderas acabé durmiéndome deseando que todo hubiese sido una pesadilla.