Temprano en la mañana, Allen abrió sus ojos despertándose de una buena sesión de sueño y ese silencio tan inesperadamente placentero en su cabeza.
Nunca pensó que la gente que tenía problemas mentales afirmando que oían voces en su cabeza, lo tenían tan complicado.
De alguna manera, esto elevó el respeto de Allen por la gente que oía voces en la cabeza, incluso alguien como él pensó que se volvería loco.
"Hmm~"
Allen escuchó un sonido que le parecía el mejor del mundo, y cuando giró su cabeza...
Poke.
Una suavidad tan especial que no habían palabras para expresarla, se sintió en su cara.
"Madre."
"Hmmmm."
Allen vió la hermosa cara de su madre en este mundo, y sonrió porque él no podía explicar lo afortunado que se sentía.
"Buenos días, madre, gracias por ayudarme con la maldición ayer de nuevo."
"Hmm~"
'Ah...'
Allen vió la sonrisa muy pequeña que su mamá le daba, y él realmente se quedó embelesado mirándola fijamente.
Esa sonrisa tan pequeña, tenía un poder tan fuerte, que posiblemente no había hombre en este mundo capaz de resistirse a ella.
'Aún así... el único que ve este lado de madre soy yo...'
Allen miró a su mamá y se sintió raro.
'Todavía no entiendo que vió ella en mi tan especial como para acompañarme en toda mi vida... y sé que no la merezco... pero... pero...'
"Madre."
Allen, con su cabeza saliendo del enorme pecho de su mamá, miró seriamente a esta mujer que lo miraba devuelta con una cara madura, y linda, en dos matices aparentemente opuestas.
"Te quiero mucho."
"¡Hmm~!"
La mamá de Allen presionó su cara en sus grandes malvaviscos, y Allen tuvo una ligera ilusión de que sintió un sonido de tambor por algún lado, lo que le pareció extremadamente extraño.
'¿Un tambor? ¿Qué mierda?'
Allen arrojó esto al fondo de su mente, y se dedicó a juguetear con su mamá por varios minutos en la cama, casi como una pareja de enamorados, pero en ese momento Allen ni siquiera se imaginaba algo así.
...
Allen entonces se levantó de la cama, extremadamente renuente, pero como tenía una promesa, tenía que cumplirla.
"Lo siento, madre, tengo ir allí de nuevo hoy, los sábados y los domingos es así..."
Allen se giro para decírselo a su mamá, pero se quedó quieto como un pino recto cuando miró para la cama...
Su mamá tenía una bata blanca y fina para dormir puesta, que además de ser muy pequeña, era algo transparente, por lo que podía ver la figura de la aureola y los pezones rosados de sus pechos. Ella estaba doblada en toda la cama y con sus brazos en la sábana, con sus gigantes pechos ondulando hacia la cama, su cabello negro y largo brillante corría libremente por toda la sábana, y para rematar a tanta sexualidad, tenía las mejillas un poco hinchadas con una mirada pequeña de reproche en sus ojos, tan linda que no parecía ser una persona normal de este mundo.
¡Bofetada!
Allen se dió una gran bofetada en la mejilla y se giró más rápido que Flash hacia atrás.
'¡Es tu madre! ¡Es tu madre! ¡Es tu madre! ¡Es tu madre! ¡Es tu madre! ¡Es tu madre! ¡Es tu madre! ¡Es tu madre! ¡Es tu madre! ¡Es tu madre! ¡Es tu madre! ¡Es tu madre!'
En lugar de Amithaba, Allen se dijo repetidamente que la mujer increíblemente hermosa en su cama, era su mamá, para calmarse así mismo y a su corazón turbulento.
"B-B-Bueno madre... ¡me voy!"
Allen salió por la puerta del cuarto como su fuera un conejo pequeño huyendo de un zorro.
"Hm~"
La mamá de Allen, la señora Aryaniel, sólo hinchó adorablemente las mejillas un poco más, y luego suspiró un poco.
"Hmmmm."
Ella entonces tomó la sábana delante de ella, y se la pegó bien fuerte a la nariz para oler la esencia de su hijo allí.
"Hmmmm~"
Al rato después, ella sacó la lengua pequeña y roja de sus labios perfectos, y la pasó suavemente por la sábana, luego por la almohada en la que la cabeza de su amado hijo se apoyó durante la noche. Su mirada era intoxicada mientras lo hacía en ese momento...
...
Allen caminó por el pasillo y llegó al vestidor del ala exterior de la sección principal del castillo, donde vió a la misma mujer hermosa vestida de Maid, que había visto ayer, ella tenía una mirada preocupada en su rostro.
"¿Ya está bien, Señor Allen?"
Allen asintió.
"Todo está bien, con el aura de madre, esta maldición ni siquiera significaría algo para mí."
"Ya veo... menos mal..."
Ella suspiró aliviada, y las grandes montañas en su pecho se movieron un poco.
"Jejeje, Triana, no te debes preocupar demasiado, sabes muy bien que he pasado por cosas peores."
La cara de la sirvienta pelirroja, Triana, se complicó por un momento.
"Aún así... verlo herido de alguna forma... eso me duele demasiado, Señor Allen."
Allen cerró su boca al ver la cara de la mujer hermosa frente a él, una mujer en la cercanía de sus 30 en apariencias, que se preocupaba tanto por él.
Él entonces le acarició la cabeza.
"¿Señor... Allen?"
"Eres la mejor criada que podría pedir, Triana, en serio... ¡bueno! Dejando eso de lado, ¿mi ropa ya está limpia?"
"... Si..."
Allen caminó y se adentró en el vestidor, y no observó que Triana puso una mano sobre su misma cabeza con una mirada algo perdida.
¿Cuánto había pasado desde la última vez que la había tocado de esta forma?
¿Cuánto ella misma había estado anhelando este tipo de cosas?
¿Qué cara poner ahora?
Triana se puso las manos en su cara y escondió su rostro hasta calmarse.
...
Allen entonces se desnudó, y cuando casi se vistió con el traje mecánico de una pieza ahora completamente limpio, se sintió raro en la espalda, como si alguien lo estuviera mirando con emociones fuertes.
¡Wa!
Allen se giró rápidamente, pero no alcanzó a ver nada.
'Que extraño... aunque esto me pasa a veces, aún así sigue siendo raro...'
Allen luego salió vestido de allí y le sonrió a Triana, "¿Ya está listo el desayuno?"
"Si... por cierto, Señor Allen... hoy... ¿hoy ha pasado algo bueno?"
"¿Por qué lo preguntas?"
"¡¿E-E-Eh?!"
Allen miró a Triana que tartamudeó, "¿Te sientes bien, Triana? Estás un poco roja."
"U-U-Um, e-estoy bien..."
"Hmm, ya veo, y si, Triana, ¡hoy estoy muy feliz! ¡Jajaja! ¡Hoy me dí cuenta de lo afortunado que soy!"
"Ya... veo."
Así, Allen se dirigió al comedor gigante de la parte central del castillo, y vislumbró una mesa no demasiado grande con una persona sentada allí en una de las sillas.
...
"Oh, ¿también vas a desayunar, madre?"
"Hmm."
"Ya veo, hagámoslo juntos entonces."
Allen se sentó junto a su mamá, que ahora estaba propiamente vestida, y cuando Triana sirvió los platos, ambos comieron allí mientras Allen hablaba de vez en cuando, y su mamá muda, le respondía con un zumbido. A veces, Allen ni siquiera sabía como su mamá se movía tan rápido por el castillo, pero no le dió demasiada importancia a este asunto desde que no era nada extraño.
Había que decir que para este momento, Allen podía decir perfectamente qué es lo que quería decir su mamá con cada zumbido, ya que llevaba demasiado tiempo con ella, además de que la valoraba tanto que preferiría estar junto a su lado que respirar aire, en todo caso, con su Energía Interna podía vivir igualmente sin respirar.
Después de un desayuno extremadamente alegre, mientras Allen hablaba tanto con su mamá como con Triana, terminaron de comer.
Aryaniel se fue hacia algún lado en el castillo, y cuando Triana se llevó los platos y los cubiertos, Allen se dirigió nuevamente hacia el taller, para ayudar allí el día de hoy también.
...
Triana llevó el carrito hacia la cocina, y saludó a las personas que habían allí de cocineros, una gran cantidad de mujeres y muy pocos hombres, todos extremadamente leales y de confianza para todos los de el castillo interior.
Ella siguió y entró por una puerta discreta atrás, este era el lugar especial para ella en la cocina, donde hacía lo que era revelante allí para su Señor cuando tenía que cocinar o confeccionar platos para él.
A ella le gustaba mucho hacer esto, y prácticamente, nadie más en todo el castillo podía llevar y traer los platos como lo hacía ella cuando se trataba de su Señor. Aunque a veces, en la tarde, era la señora Aryaniel la que llevaba el plato de cenar a su amado hijo, esto era algo a lo que Triana no podía reclamar, sólo Dios sabe qué tan grande es el amor de esta madre por su hijo, y de hecho, de ese hijo por esta madre. Por muy celosa que estuviera, Triana no decía ni "pío" sobre ello.
Triana luego paró el carrito, y levantó la cubierta del plato de su Señor justo al lado de el de la señora Aryaniel, y ella tomó la cuchara que su Amo utilizó.
"Hmmgg~"
Miró discretamente hacia atrás, y cuando no vió a nadie, se metió la cuchara en la boca, con las mejillas enrojecidas y mientras tenía espamos en todo el cuerpo.
Sus bellos se erizaron y su cara sonrojada se fue tornando ahegao.
...
Para cuando ella volvió a salir por la puerta, ya habían pasado algunos minutos.
.......
'Hombre, no es sólo mi madre, sino que incluso mi sirvienta más cercana... suspiro, si mi yo de antes me viera ahora mismo, ¿qué me diría?'
Allen sonrió mientras salía del castillo enorme y entraba por el camino entre la arboleda, pensando en lo afortunado que era de estar rodeado por tan buena compañía en su vida.
'¡Muérete, pendejo!'
'Seguro sería algo así... jajajaja.'
Allen sacudió la cabeza, mirando su ciudad, donde se podían ver de lejos su gran energía por todas las personas haciendo sus cosas allí. No sólo las personas, sino que también los Demonios, los fantasmas, los semi-humanos, todo tipo de seres estaban allí a plena vista y sin ser atacados o tomados por monstruos.
Allen vió a un goblin pequeño, del tamaño de un niño, que en un Anime sería utilizado como vaca de EXP para el debut de los héroes o algo así... que vestía un traje obrero a su medida, y se dirigía hacia una fábrica en las afueras cercanas de la ciudad.
También vió a un elfo rubio y de orejas élficas largas mientras tenía una guitarra en su espalda, haciendo cola en el banco, seguramente para sacar algo de efectivo en los cajeros.
Así como un gran edificio con un cártel rosado, que decía, "~Casa Súcubo~" en el lenguaje de este mundo, que sinceramente se parecía al hindi de la India en su vida pasada.
Vió todo tipo de seres y cosas, mientras caminaba al taller. Incluso hubo algunas personas que lo saludaron, ya que a cada rato lo veían por allí, y en una muy reducida minoría, algunos ancianos hacían una reverencia cuando lo veían pasar, al parecer, recordándolo correctamente.
Allen, cada vez que presenciaba algo así, sentía un orgullo naciente en su pecho, porque esto había sido debido prácticamente, sólo a él y a nadie más.
Él armó esta ciudad desde cero, desde el primer pedazo de madera, hasta el primer ladrillo, y era casi como un hito brillante en su historial...
Al menos, más brillante que los anteriores...
"¡Hola viejo!"
"Al, buenos días."
El viejo estaba arreglando un coche de suspensión mágica, y al parecer, uno que era muy usado por los Elfos.
Allen entró sin cuidado al taller y cuando miró por alrededor, un signo de pregunta casi salió de su cabeza.
"¿Todavía no ha llegado?"
El viejo dejó lo que estaba haciendo, "Si, ayer no volvió a la casa por la noche, y ahora tampoco a regresado... lo más seguramente es que esté en el Instituto, pero aún así... ¡mira que preocupar a este viejo!"
Allen asintió, "No hay problema, esperemos hoy entonces un poco más, y si todavía no aparece, voy a buscar por todos lados a ver qué tal."
"All... gracias, ¡bien! Pongámonos manos a la obra, unos Elfos me pidieron que arreglara la transmisión mágica averiada en su auto. ¡Échame una mano con la carrocería!"
"¡Bien!"