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Chapter 128 - 128: Un mago sin magia, ni fuerza, ni amor.

Pensando bien. La magia era mi punto más fuerte y más débil. Lo utilizaba para mejorar mis golpes, para mantenerme de pie contra tremendos monstruos y mientras que podía sentir el corazón latiendo con un miedo increíble pero totalmente justificado. Fue cuando me di cuenta... No sabía usar mi magia.

— Q-que... Umm... ¿Cómo se usa ésto? Normalmente solo pienso en el hechizo y lo lanzo. ¡No es divertido!

— Ah sí... Soy un "mago" creo que por tu robo, soy un "falso mago" no considero que sea tanto un problema para mí. Es como hacer ecuaciones en mi mundo. Únicamente, que aquí puedo tomar las funciones y utilizarlas a mi favor para-

— ¡Ya cállate! Eso es aburrido. Pero tus otras estadísticas están en la basura... ¿No tienes nada mejor? ¿Armas mágicas? ¿Dinero? ¿Amor? ¿Familia?

— Ummm... No. Creo que tengo... Ah, sí.

Me agaché para tomar un puñado de la arena. El control elemental no era magia perse. Se trataba de una especie de extensión de mi cuerpo. De extensión de mis capacidades fuera de mi piel.

— Tengo arena. ¿Envidias eso?

— Creo que Besta se murió del aburrimiento contigo... Si no, no puedo explicarlo de otro modo.

— Besta era un amigo. Que no quería pelear. Aunque su naturaleza lo obligó... Pero puedo vencerte. Así puedes preguntarle tú mismo.

La sensación en mis pies de estar estirados y quietos, una y otra vez se empezaba a relajar. Parecía que las campeonas que lo causaban estaban empezando a ceder la una con la otra. Un detalle que indicaba el final del combate. Un detalle que me hizo ver el espectáculo inicial. Mi otro yo, con el pecado del orgullo. Contra Charles, y su conjunto de dioses. Era espectacular, esa armadura dorada que portaban ambos que parecía sacada de un RPG en el que ambos eran el top jugador de un servidor. Esos golpes que influian a niveles prácticamente moleculares en el suelo y esa magia que ambos desprendían solo con su existencia. Causaban terror de solo pensar que debería enfrentar a ambos. Pero no podía dejarme emocionar por un combate cuando todavía tenía que patearle la boca a alguien aquí. Los pequeños saltos, el sentir los infinitamente pequeños o grandes granos de arena que estaban bajo los pies de todos. Y mis ojos abiertos en emoción y excitación mientras que mis brazos y manos se levantaban en nuestra de una muy mala postura de pelea.

— Eres la persona menos envidiable de aquí.

— Lo dudo. Porque también te encuentras aquí con nosotros.

El crepitante sonido de llamas que venía de la punta de sus dedos, ese enorme muro de combinaciones de círculos mágicos que formaban encantamientos de alto poder. No necesitaban un nombre. Era una magia de fuego que solo podía ser llamada de un modo.

— "INFIERNO".

Gritó desde lo más profundo de sus pulmones. El aire podía verse como se quemaba hasta desaparecer. El ambiente se volvía pesado y si así era combatir contra solo una persona que logró con dos neuronas lanzar magia de fuego no me imaginaba como sería luchar contra la campeona de fuego. Antes de recibir el golpe de calor expulsé todo el aire que pude de mis pulmones. Mis brazos se colocaron frente a mi intentando cubrir la mayor superficie posible así no salir del todo ardiendo y mientras que mis párpados sentían el ardor y ese dolor intenso se volvía cada vez más leve me paré y con una postura recta hice que la arena golpee sus manos para romper el hechizo.

Mis brazos estaban negros y carbonizados. Mi cabello estaba totalmente perdido sin mi magia y logré mover el aire para que al abrir mis ojos no se vieran dañados y afectados por la sequedad del ambiente.

— Auch. Diría que dolió. Pero siento como mis nervios se quemaron...

— Vamos, dame algo más para envidiar. Aunque sean tus últimos momentos. Muere como un héroe. O enamórate. Ésto no es grac... Oh... Esa habilidad... Oh sí~

La sensación de va y ven dimensional lograba detenerse por fin. Mi mirada estaba clavada en ese tipo, sentí un ardor volver a mi cuerpo. Mis capacidades mágicas volvieron. Se llevó algo más. Algo más fuerte. Fue un golpe fuerte, como dejar de ver de un momento a otro o sentir un pitido en tu oído y saber que estás sordo. Mi control.

— Encontraste algo.

— Lo único bueno. Pero me sorprende que le diste taaaan poco uso... Solo "elementos" wow... ¡Patético!

Me sentí paralizado por unos segundos, al ver esos movimientos... Estaba intentando controlarme. Controlar carne... Ésto no era control elemental, era control de la materia. Y ahora me sentía como un estúpido, especialmente cuando intente hablar, pero de mi boca solo salió el aire que se perdió. Hizo un vacío a mi alrededor. Lo bueno es que no necesitaba recitar encantamientos. Lo malo, es que no había tanto efecto dramático cuando un destello digno de Alexandra cayó directamente en él.