Esteban se levantó muy temprano ese día, se ducho, cambio y alistó para ir a la escuela.
"¿No crees que es muy pronto para volver?" Preguntó su madre con preocupación.
"No lo creo." Esteban sacudió la cabeza mientras se metía una cucharada en la boca. "Me siento como nuevo. Además, no quiero perder más días de clases que después tendré que poner al corriente."
"Aún creo que es muy pronto." Eileen insistió.
Su padre y hermana tampoco dejaban de mirarlo con preocupación en sus ojos. Aunque sabía la razón de sus preocupaciones, Esteban ahora tenía la mentalidad de no desperdiciar un solo día de los contados que aún le quedan. Por lo cual no podía quedarse en su casa sin hacer nada.
Dejando escapar un pequeño suspiro de su boca Esteban dejo los cubiertos en la mesa.
"Entiendo por completo sus preocupaciones." Dijo al mirar a los ojos a las tres personas a su alrededor. Aunque ya había vivido una vida y consideraba como su verdadera familia a su primera familia. No pudo evitar encariñarse más y más de esta familia tan amorosa. "Pero realmente no hay nada de que preocuparse."
Esteban agarró el afilado cuchillo de la mesa que pasó por la palma de su mano realizando un largo pero fino corte de dónde salió sangre.
"¡Kyaaa!" Angela gritó sorprendida y asustada por la loca acción de su hermano. Eileen también palideció del miedo mientras que con su poder hacia volar un botiquín de primeros auxilios a sus manos. Pero ante los ojos sorprendidos de sus padre y Ángela... Un extraño y misterioso círculo blanco se levantó de sus pies y comenzó a rodearlo. Y con el un aura sagrada lo baño curando con rapidez su herida.
Cuando Eileen paso un trapo limpio por la mano de Esteban, su manera estaba sana y sin ninguna herida. La única evidencia de lo ocurrido era la mancha de sangre que era un poco difícil de quitar con un trapo.
"¿Que fue eso?" Su padre fue el primero en preguntar, sorprendido e intrigado.
"Ese fue mi poder... El halo sagrado." Esteban apretó el puño con una mirada genuinamente emocionada. "Mi poder me permite curar cualquier herida ya sea interna o externa no solo de mi cuerpo si no también de las personas que se encuentren dentro del halo."
"¡¡Wow!!" Fue lo único que pudo decir su hermana.
"Y eso no es todo." Esteban sacudió la cabeza con una sonrisa. "Mi poder también me hace más receptivo a la curación por eso me sano de una forma tan rápida. Eso y por supuesto, la inmunidad a toda clase de venenos letales." Esteban inclinó la cabeza hacia a un lado. "De hecho esa fue la única razón por la que pude salvarme de el veneno en mi cuerpo."
"Lo sabemos." Su padre asíntio. "Los médicos nos informaron que te lograste salvar gracias a tu poder, pero en realidad creímos que era alguna clase de poder tipo inmunidad o reforzamiento."
"Cómo pueden ver es un poder tipo curativo." Esteban relajó el puño e hizo desaparecer el halo sagrado. "En conclusión: aunque su preocupación por mi es comprensible. Desde mi punto de vista y con mi poder su preocupación es completamente innecesaria." Esteban se encogió de hombros. "¡En más peligro está Angela que no tiene ningún poder!" Dijo al señalar a su hermana.
Sus padres no encontraron como refutar su lógica y se vieron obligados a seguir su decisión. Además cualquier persona de 15 años que aya despertado su poder era considerado un adulto ante la sociedad. Por eso no se les informo de su poder a sus padre y de igual forma Esteban pudo mantener en secreto su padecimiento.
George llevo a Esteban y Ángela a la escuela como normalmente lo hacía. Pero está vez no pudo evitar mirar a su hijo muchas veces de reojo. Su mirada ya no estaba llena de preocupación, había otra emoción que Esteban no podía descifrar en su totalidad.
......
Cuando ambos llegaron a la escuela y se separaron para ir a sus respectivas aulas. Esteban notó que estaba siendo observado mucho más de lo normal. Los estudiantes a su alrededor lo miraban y hablaban entre ellos en voz baja.
"¿Es el?"
"¡Es increíble que pueda venír a la escuela después de eso!"
"¡Se dice que es el único sobreviviente!"
"¿En serio?"
Por supuesto habían muchos que simplemente ignoraban su presencia. Personas que no les importa ni un poco lo que pasa a su alrededor o simplemente no tenían tiempo para eso.
Entre una de esas personas se encontraba Travis hetmurg. Uno de los matones de la escuela que tomaba por el cuello a un estudiante muy pequeño y lo arrinconaba contra la pared.
"¡¿Que paso mariquita?!" Travis acaricio el cabello del chico con una sonrisa muy traviesa. "¿Porque huiste de nosotros la última vez?"
"Yo- yo-" el chico estaba muy asustado para responder solo podía temblar de miedo y mirar a su alrededor en busca de alguna ayuda. Pero lo único que encontró fue la indiferencia de sus compañeros, algunos incluso lo miraban con diversión. Como si su tragedia fuera una especie de entrenamiento para ellos.
Cuando las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, Travis y sus amigos comenzaron a reír con la compañía de algunos transeúntes.
Normalmente habría ignorado está situación como lo que era: algo completamente ajeno a el. Talvez incluso hubiera hablado a favor del chico intimidado.
Pero hoy no...
"¡¡Oye!!" Esteban tocó el hombro de Travis y lo llamó.
Cuando Travis volteo la cabeza inconscientemente... Un puño apareció en su visión.
¡¡Bam!!
La escena parecía sacada de una película. En solo un segundo, esteban camino detrás de Travis para tocar su hombro, todo para acto seguido soltar un sonoro puñetazo que nadie esperó.
Travis voló hacia atrás golpeando su cabeza con fuerza en los casilleros, dejando una clara abolladura en el.
La escena de quedo en completo silencio por el asombro y shock de los espectadores.
"¡Si!" Esteban apretó el puño con una sonrisa. "¡¡Eso en definitiva se sintió muy satisfactorio!!"
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