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Chapter 15 - voluntad de acero II

Una semana después dentro de una elegante y limpia oficina se encontraban george, eilen y aquel viejo doctor. En la esquina de la habitación se encontraba un hombre negro a sus 30 años, calvo y con una barba tipo perilla.

"Señor y señora match lo que voy a decir puede sonar muy duro, pero hoy puede que sea el último día de su hijo."

"Eso no puedo puede ser doctor." Eilen negó con la cabeza en negación. No había podido ver a su hijo en una semana y el día que la llaman para hablar con ella ¿le dicen esto? No podía aceptarlo.

"Doctor en un principio nos dijo que a nuestro hijo solo le quedaba unos días, pero en contra de sus predicciones aún sigue vivo después de más de una semana. ¿Cómo me explica eso?" George tampoco se quería dar por vencido y se negaba aceptar la realidad. El hombre negro en una esquina era en realidad el médico que consiguió moviendo los hilos de influencia de su padre, pero incluso el era incapaz de curar a Esteban.

El viejo doctor suspiro y sacudió su cabeza.

"¡Es por su determinación!" El hombre negro en la esquina asintió con la cabeza al escuchar al anciano.

Eilen y George estaban desconcertados por su respuesta. ¿Determinación?¿Acaso eso puede sanar a alguien?

Se anciano se masajeó la frente un poco indeciso de como poder explicar el fenómeno por el que estaba pasando Esteban. "¿Alguna vez han escuchado del experimento del gota a gota?" Preguntó el doctor, a lo que ambos sacudieron la cabeza.

"Hace mucho tiempo en la tercera gran guerra mundial, cuando los valores y regulaciones sobre la vida humana eran lo más bajo posible... se realizaban experimentos que hoy en día pueden ser merecedores de la más grande condena. Unos de esos experimentos era el gota a gota." El doctor comenzó a explicar muy pausadamente. "El experimento era muy simple en realidad. Se tomaban varios sujetos, viejos, hombres y niños por igual. A cada uno se les informaba de antemano que se les haría un ligero corte en el pulso. Con el propósito de que su sangre fuera goteando lentamente hasta la última gota. Les explicaron que tenían las mínimas posibilidades de sobrevivir pero que de todas formas sus muertes serían sin sufrimiento y sin dolor, talvez incluso no se darían cuánta. Pero contrario a lo que se les explico a los sujetos de prueba solo se hizo un ligero corte en su muñeca, lo suficiente para provocar dolor pero insuficiente para llegar a sus venas. Colocaron debajo de su brazo una pequeña vasija de aluminio con un frasco de suero con una válvula para que regulará el paso del líquido en forma de gotas que caían en la vasija. Los sujetos del experimento podían oír cada goteo de lo que ellos creían era su sangre. Los científicos iban cerrando la válvula cada vez más para que el goteo disminuyera para darle la ilusión a los sujetos que de su sangre se iba agotando. Con el pasar de los minutos el semblante de los sujetos fue empeorando, su ritmo cardíaco se aceleraba y les hacía perder aire en los pulmones. Cuando la desesperación había llegado a su punto máximo, es allí donde los científicos cerraban por completo la válvula y entonces... Los sujetos tuvieron un paro cardíaco y murieron.

Este experimento nos demostró el inmenso poder que tiene la mente por sobre nuestros cuerpos. Otro gran ejemplo de este caso es lo que llamamos efecto placebo." El doctor suspiro. "Caso similar esta sucediendo con Esteban."

El hombre negro de una esquina se acercó a ellos con una hoja de papel con 24 nombres en ella.

"Estos son los nombres de todas las personas infectadas con el veneno." El hombre señaló con sus dedos varios nombres tachados con tinta roja." Aquellos nombres tachados son aquellas personas que lamentablemente fallecieron.

Eilen y george tomaron la lista y no trardaron ni un minuto en levantar su cabeza con incrédulidad.

"¿P-Pero como es posible?" Preguntó George.

Los doctores asintieron con compresión.

¡¡Todos los nombres en la lista estaban tachados!! Todos, menos Esteban.

"Muchas de estas personas murieron el mismo día que llegaron al hospital. Otras fueron mas fuertes y resistieron uno o dos días, pero el dolor, la debilidad y demás pudieron más que ellos." El doctor suspiro. " Esteban ha resistido hasta ahora en contra de todo pronóstico, pero la determinación no puede ir en contra de la lógica. La mayor parte de su piel ya no existe, sus pulmones colapsaron y se mantiene con un respirador. La mayoría de las personas habría muerto en esas condiciones pero él aún se mantiene. Lamentablemente una vez que su corazón o cerebro colapsen... Será el fin para el."

Eilen no pudo evitar romper en llanto y abrazar a George que también se encontraba destrozado.

"¡¡E-El aún... Aún está luchando!!" Gritó eilen entre sollozos. Le dolía mucho el solo pensar el sufrimiento que estaba sintiendo Esteban ahora mismo.

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Por otra parte, aislado de todos los demás pacientes, con numerosas agujas y un respirador artificial conectado a él, se encontraba Esteban.

Su condición era mucho peor de como los doctores le contaron a sus padres. Toda la piel de su cuerpo se había derretido con los músculos a la vista, en algunas partes incluso estaban desprovistas de carne y eran puramente huesos. Muchos órganos de su cuerpo habían colapsado, uno de sus brazos se había derretido de tal forma que tuvieron que amputarlo. Uno de sus ojos también se había ido y la mitad de su rostro tambien se había derretido.

Con un gran tubo que atravesaba su esófago Esteban miró fijamente al techo.

En innumerables ocasiones se preguntó a si mismo.

¿Porque?

¿Para que?

¿Porque quieres?

¿Porque tientas al destino?

Su determinación flaqueó muchas veces gracias a estás simples preguntas, pero cada vez que estaba a solo un segundo de rendirse, cuendo se encontraba en el precipicio... Siempre le llegaba una simple respuesta a sus preguntas.

¿porque no?

Esteban trató de cerrar su único ojo sano, pero recordó que incluso sus párpados se habían derretido. Pensó profundamente en dormir y como arte de magia se durmió.

Volvió a estar de nuevo frente a esa gran puerta que conducía a la simulación. Sus yo del pasado seguían allí y repetían las mismas palabras pero Esteban los ignoro.

Algo que conmocionó mucho a Esteban cuando entro en este espacio era que su cuerpo estaba igual de maltratado que la realidad con un brazo faltante e insuficiencia para respirar. Sus piernas temblaban cuando empujó la puerta.

¡Hoy era su última oportunidad!

Esteban no era tonto, sabía que no faltaba mucho tiempo hasta que su corazón y mente colapsen. En el último día había estado sintiendo un dolor muy intenso en su corazón y sabía que no le quedaba mucho tiempo.

Está es la última oportunidad para descubrir el misterio de esta simulación.

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Las cosas se ponen cada vez peor.

¿Que creen que pasará en el siguiente capítulo?