bitt bitt bitt
el molesto sonido de la alarma resonó por toda la habitación, despertando a un desanimado joven que no hizo nada más que mirar al techo de su cuarto frustrado.
"¿en serio tengo que levantarme?" se preguntó a si mismo mientras seguía observando el techo. su mirada parecía completamente perdida y muerta.
este era sin lugar a dudas su momento más difícil del día, levantarse para ir a la escuela. su mente le decía que tenía que hacerlo y apresurarse a su escuela. pero su cuerpo y ánimo solo querían quedarse ahí mismo acostado. es más, si de el mismo fuera tomar esa decisión, se quedaría todo el día en su cama.
BOMM BOMM
dos fuertes golpes sonaron en su puerta, lo que hizo que saltará del susto.
"¡Esteban! date prisa y levántate, vas a llegar tarde a la escuela." grito su madre desde el otro lado.
Esteban solo pudo suspirar en frustración. aquellos fuertes golpes fueron tan repentinos que lo sorprendieron y asustaron de tal forma que ya no tenía ni un poco de sueño.
aún con una gran desgana, le levantó de su cama y apagó la alarma. pero no antes de mirar la hora.
7:23 AM
sus ojos se abrieron de la sorpresa, mientras saltaba rápidamente a su ducha. las clases empezaban a las 8 de la mañana, pero su casa estaba un poco alejada de la escuela y se tardarían alrededor de 20 minutos en llegar. eso lo dejaba con tan solo 17 minutos para bañarse, cambiarse, desayunar, cepillarse y salir a la escuela.
era todo un reto, pero ya estaba acostumbrado.
al menos era mucho mejor que en su vida pasada, ya que en ese tiempo su horario de entrada era a las 6:30 AM.
tan solo 10 minutos después Esteban bajó corriendo las escaleras y llegó al comedor, dónde toda su familia ya lo estaban esperando.
"estás retrasado de nuevo." dijo su madre mientras lo miraba fijamente.
su madre era una típica ama de casa en sus treinta, cabello rubio y ojos azules. se podía ver qué en su juventud era una verdadera belleza y lo seguía siendo. pero ya se podían ver unos pequeños indicios de arrugas en su rostro y un ánimo un poco cansado.
Esteban nunca supo cómo contestarle, así que simplemente apartó la mirada. solo para ver cómo varios platos y comida flotaban y se servían frente a el de manera ordenada. sus ojos no pudieron evitar temblar levemente. al día de hoy y después de 15 años de haber renacido en este mundo, no podía acostumbrase a esté firme hecho.
¡¡todos en este mundo, absolutamente todos, tienen superpoderes!!
la primera vez que vio tal excivicion casi le da un infarto al corazón, luego de eso vino la emoción.
¡¡maldición!!
¿quien jamás en su vida no había soñado con tener un superpoder?
pero conforme fue sabiendo más y más sobre la sociedad en la que vivía, sus ánimos se apagaron un poco. si, solo un poco.
el poder de entes era de su madre y se llama telequinesis básica. con esta clase de poder su madre no podía sobresalir el ningún trabajo en específico, razón por la cual tuvo que conformarse con solo ser una simple ama de casa.
Esteban sacudio su cabeza rápidamente, no podía darse el lujo de perder el tiempo, estaba retrasado.
"si llego tarde a la escuela por tu culpa, lo pagarás." y su hermana no dudo ni un segundo en recordárselo.
Esteban sonrió de forma pícara a su hermana. saco una gran servilleta absorvente y empacó todo su desayuno allí.
"¡¡vamos!!" grito el en respuesta.
su hermana sonrió satisfecha. ella era la viva imagen de su madre, con cabello rubio y fino cortado hasta la altura de los hombros. sus ojos azul marino brillaban con vivacidad y su sonrisa emocionada la hacían lucir muy linda.
definitivamente será una gran belleza en el futuro.
"oye pequeño demonio, si una sola gota de grasa cae en mi auto... ¡¡te mato!!" su padre por otra parte lo miro seriamente mientras lo veía a él y la servilleta en sus manos.
Esteban solo pudo asentir con la cabeza un poco consternado. su hermana por otro lado no pudo evitar reír alegremente.
"vámonos no perdamos el tiempo, también voy tarde." su padre los apresuró y salieron rápidamente de la casa.
su madre no pudo evitar suspira mientras los veía. tomó una revista en la mesa y comenzó a leer, mientas a su espalda los platos se lavaban solo y la cocina se iba organizando.