"Lord Potimas, hemos confirmado que otro ejército se está acercando tras el ejército
imperial."
"Lo sé."
"¿Ya estaba informado de esto?"
"Por supuesto. El pequeño ejército del imperio no es más que un acto de apertura."
"¿Significa eso que conoce la identidad del otro ejército, Lord Potimas?"
"Sí. Es el ejército del actual Señor Demonio."
"¡¿El ejército del Señor Demonio?! ¡¿Por qué estarían en territorio humano?!"
"Por qué, de hecho. Es probable que sea obra de un viejo astuto y maquinador."
"Ajá…"
"En cualquier caso, por favor prepara la Gloria."
"Sí, señor. ¿Qué operativo preferiría?"
"Todos."
"¿Señor?"
"Actívalos todos."
"Pero, señor, eso sería—"
"Si ellos nos están atacando con todas sus fuerzas, es de buena educación darles una
recepción equitativa. No debemos guardarnos nada. Los interceptaremos con toda la fuerza
de los elfos."
"¿No piensa que es excesivo?"
"Creo que será simplemente suficiente."
"Desplegamos la Gloria tras la fuerza de defensa general de los elfos, ¿entonces?"
"En efecto."
"¿Qué pasa con el héroe y las otras reencarnaciones?"
"Déjalos hacer lo que quieran. Ahora que las cosas han llegado tan lejos, no tengo más uso
para ellos. No es asunto mío donde elijan morir."
"Transmitiré sus órdenes a la fuerza de defensa, entonces."
"Por favor, hazlo. Es hora de resolver el rencor entre esa criatura y yo. Sería una estupidez
por mi parte perder esta oportunidad ahora que ella ha venido justo a mi puerta.
Exterminadlos sin permitir ninguna posibilidad de escape."
"Sí, señor. Entendido."
"Ven, entonces, tonta niña que atrajo el desafortunado destino de Señor Demonio. Tal vez la
muerte te probará que estabas equivocada al asumir que alguien quien sólo puede mirar en
silencio mientras todo a su alrededor se pudre sería capaz de desafiar a alguien como yo."