Lucius estaba furioso, diez meses de arduo trabajo tirados al inodoro gracias a la inoportuna aparición del F.B.I. Esperó a que el helicóptero bajase a tierra y vio como un sujeto regordete, con poco cabello negro en las sienes y una piel tostada por el sol, salió del cacharro volador con intenciones de acercarse a él.
- Detective Strike, es un gusto conocerlo- lo saludó aquel hombrecito con traje negro y camisa blanca, le estiraba su mano para estrechársela; pero en lugar de un apretón de manos lo que recibió fue un puñetazo directo del furioso detective
- ¡Hijo de puta!- le gritó Lucius guardando la escopeta- ¿Sabes que acabas de arruinarme un caso de diez putos meses de investigación?
- Si, en efecto- le respondió aquel hombre sobándose su mejilla, una sonrisa de placentera felicidad se dibujo en sus labios al comprobar que tenia un poco de sangre en las comisuras de los mismos, levantándose del suelo se presentó debidamente sacando su identificación- mi nombre es el agente especial Cravez
- ¿Y a mí que mierda me importa?- le respondió Lucius agregando- ¿Sabe cuánto tiempo estuve trabajando en este caso? ¡Diez meses!
- Si, lo sé, me lo acaba de decir- señaló Cravez manteniendo esa siniestra sonrisa en sus labios
- ¡Casi un año intentando acercarme a Herrera y ahora todo se fue al carajo gracias a que ustedes quisieron hacer alarde de sus helicópteros de juguete!- rugió Strike señalando los cuerpos muertos en el jardín del difunto Herrera y los helicópteros policiales junto a los agentes que merodeaban el lugar
- Me sorprende que haga tanto escándalo por un mero traficante de comida- le respondió Cravez riendo
- ¡¿Comida?!- preguntó Lucius sorprendido. Sin esperar una respuesta, tomó la bolsa que había en el suelo, sacó una navaja de su bolsillo y la abrió
Puso sus dedos sobre el polvillo blanco y lo probó. Sintiéndose anonadado, susurró:
- Esto es azúcar- furioso tiró la bolsa al suelo exclamando- ¡Pero qué hijo de puta!
Cravez riendo le respondió:
- Miguel Herrera es un famoso traficante de alimentos que hemos estado rastreando desde hace varios años, el desgraciado siempre lograba evadirnos; pero algo me dice que su suerte se terminó
- Pero el cabrón me dijo que era cien por ciento pura de Colombia- se quejo Lucius intentando comprender que carajos estaba pasando
- En Colombia no solo hacen cocaína y un buen café, también tienen azucareras propias- le aseguró Cravez riendo por aquel pequeño detalle
- ¡Carajo! un caso de casi un año, el caso más importante de mi carrera y era un traficante de azúcar ¡Esto es una puta broma!- vociferó Lucios tirando la bolsa de azúcar a la piscina
- Su superior aun no desea que usted trabaje en casos difíciles, por lo menos no después de un incidente que no me explico del todo- le contestó Cravez acercándose un poco más a donde se encontraba Lucius
- Pensé que ustedes podían saber todo con sus ordenadores- se mofó Lucius colocando sus manos sobre la mesa de cristal, apoyando su cuerpo en ella
- No es tan fácil como usted piensa- le contó Cravez poniéndose a su lado - de todos modos, si usted aun desea trabajar en un caso muy importante, le aconsejo que venga a este lugar maña. Yo le estaré esperando
Cravez le dio una tarjeta que decía: "REUNIÓN ANUAL DE LOS DIONISIOS, mañana en la playa sur del centro de Los Ángeles"
- ¿Y esto que es?- preguntó molesto Lucius recibiendo y leyendo la tarjeta
- Una secta que está siendo investigada por lavado de dinero entre otras cosas- le respondió Cravez subiendo al helicóptero- vaya a descansar detective, mañana nos espera un día muy interesante
Cravez se marchó en el helicóptero y Lucius se dirigió a donde estaba el interior de la mansión, tomó una botella de Whisky importado que decidió incautar momentáneamente junto al Ferrari del difunto señor Herrera. Lucius se marchó a su casa tomando un poco de ese Whisky caro e incautado.