Nuevamente en la zona comercial de la ciudad, las miradas de los transeúntes eran dirigidas a un hombre sentado en uno de los bancos de la zona, aunque su disposición era un poco llamativa, la atención de los comerciantes por él ya había empezado a menguar, esto se debía a que aquel hombre ya llevaba un buen tiempo en esa posición. No importaba que tan interesante fuera algo, después de pasar cierto tiempo, simplemente se volvería algo aburrido, o al menos, se perdería el interés si no hacía nada fuera de lo común.
Adrion lanzo un suspiro, ya llevaba un buen tiempo en este estado, su condición era difícil de explicar, dada su naturaleza, se podía descartar cualquier anomalía a un estado físico, por lo tanto, solo podía ser una cuestión mental.
Desde que había puesto un pie en este mundo, sus emociones pasaran por un sinfín de estados, pero la balanza de estas emociones siempre había estado inclinada a la negativa, mientras más Adrion aprendía de este mundo, peor era su opinión.
Los informes de sus subordinados dejaban en claro la profunda podredumbre que yacía en esta ciudad, no, no solo era algo tan pequeño como esta ciudad. Si la información era precisa, esta nación solo era la punta del iceberg, el problema era una falla cultural de nivel mundial.
¿A qué se refería con esto?
Aunque podría hablar de los muchos problemas en la sociedad, el problema crucial yacía en únicamente en una cosa, la esclavitud, esta actividad inhumana era totalmente legal en este mundo.
Como un gran fan de la historia, Adrion conocía claramente todas las formas que se dieron de esclavitud en el pasado y después de leer los informes correspondientes, se podría decir que la forma de este mundo, trataba a los seres de las razas de la peor manera que se podía esperar, eran tratados como nada menos que objetos desechables.
La vida de los miembros de las razas, no era una vida, ellos nacían y morían como esclavos. Si querían vivir, vivirían toda su vida con un collar en su cuello sirviendo a sus amos sin poder hacer nada para sí mismos por el resto de su vida, y los que trataban de oponerse a este destino, morirían sin falta.
Llegados a este punto, se podría pensar una cosa, ¿porque Adrion tenía que verse afectado por un problema que ciertamente no era suyo?
Él había sido transportado a este mundo sin ninguna razón, sea cual fuese el problema con este mundo no debería ser su culpa y mucho menos su responsabilidad, el solo era una persona común que se había visto envuelto en un gran problema, ya tenía suficiente lidiando consigo mismo, no tenía forma de ayudar a los demás.
Adrion no era un héroe de la justicia, no era alguien que iría haciendo caridad sin ninguna razón, el motivo por el cual se encontraba pensando en este pesado problema se debía a que esta actividad golpeaba justo su punto débil, de todas las cosas horribles que podía pensar que los humanos habían realizado a lo largo de la historia, el escogería a la esclavitud sin duda alguna como la ganadora.
La cantidad de crímenes contra la humanidad que abarcaba está sola actividad era más que suficiente para pintar de negro toda una era, cualquier época humana en la que existió la esclavitud era una historia por la cual cualquier humano debería sentir vergüenza de conocer.
Estos eran los verdaderos pensamientos de Adrion, llegando a esa conclusión, se encontraba ahora mismo intentando resolver ese problema. Él no era un tonto, sabía bien que un problema de esa magnitud probablemente se encontraba fuera de su liga, las historias de un héroe que derroto al mal, resolvió todos sus problemas luego de dar un discurso sobre el amor y la amistad, era completamente ridículo.
Pero después de pasar suficientemente tiempo en este mundo había empezado a reconocer su posición, aunque no era omnipotente, ciertamente no era débil, si sumaba su fuerza personal, junto con la fortaleza, era una potencia considerable.
El punto era utilizar toda esta fuerza de manera efectiva, algo como liberar a los esclavos o crear una institución de origen benéfica o algo así, solo resolverían los problemas a medias, no eran soluciones verdaderas.
De hecho, Adrion ciertamente conocía la solución al problema, la historia misma había presentado la solución a este dilema. La forma en que la esclavitud fue abolida solo podía describirse de una manera, guerra y más guerra.
Los tratados y todo lo relacionado a las mesas de diálogos, solo ocurrían después de crearse montañas de cadáveres y ríos de sangre. Las personas solo estaban dispuestas a hablar de igualdad, solo después de ser golpeados lo suficiente, dado que Adrion ya conocía esta conclusión, se encontraba a sí mismo en este estado, conocía la solución, pero no estaba dispuesto a usarla.