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Chapter 3 - Un día antes de clases

A -

(Despierta)

Vaya...

(suspiro)

Mañana empiezo clases en una nueva escuela, extraño tanto a mis amigos pero, todo sea por el bien de papá, este ascenso en el trabajo nos vendrá bien.

Espero que no me resulte difícil hacer amigos, y espero encontrar el amor de escuela del que todos hablan, así como mamá conoció a papá y se enamoraron profundamente a primera vista y hasta ahora siguen juntos, un amor como ese quiero yo.

Supongo que es hora de levantarme...

- ¡Annie, el desayuno está listo! - gritó mi madre pensando que seguía durmiendo.

¡Ya voy! - contesté.

(Se levanta y se dirige al espejo de su estante)

(Se observa y suspira)

¿Por qué sigo sintiendo este vacío en el pecho?

Duele

Desde que llegué aquí he sentido este dolor...

¿A qué se deberá?

Encenderé la radio, tal vez, escuchando algo de música mientras me alisto para bajar a desayunar haga que me sienta mejor.

(Suena una canción)

(Se detiene a escucharla)

(Al finalizar, la locutora dice: "esta canción me hace acordar a la leyenda japonesa del hilo rojo, un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca romperse".)

¿Hilo rojo?

Que cosa para más rara, hasta ahora no sé de qué trata el amor, ni mucho menos cómo se siente que te guste alguien.

(Baja las escaleras a la cocina)

¡Buenos días! - saludé a mi mamá.

- ¡Buenos días Annie! - contestó mi madre, mientras me daba un beso en la frente.

(Se sienta a desayunar)

(Se apoya en su brazo izquierdo mientras come y piensa)

A mi corta edad de quince años, nunca me he enamorado de nadie, si se me han declarado pero, nunca he sabido corresponder a nadie.

¿Habrá algo malo en mi?

¿Por qué hasta ahora no puedo enamorarme?

- Annie, ¿vamos más tarde de compras?, para que mañana en tu primer día en tu nueva escuela puedas ir con ropa nueva - dijo mi mamá, trayéndome a la realidad.

¡Claro! me encantaría ma - respondí entusiasmada.

(En la tarde de camino al centro comercial)

(En el carro)

- Annie, ¿ya tienes alguna idea de lo que comprarás? - preguntó mi mamá, rompiendo el hielo.

La verdad, no, pero, espero encontrar cosas bonitas - respondí con una sonrisa.

(Estacionan el carro)

¡Vamos por aquí mamá! - dije indicándole el camino.

- Te sigo - respondió.

(Camina distraída)

(Choca con alguien)

¡Disculpa! - exclamé apenada por mi distracción.

- No te preocupes - dijo una voz femenina mientras recogía sus cosas.

¡Te ayudo! - dije intentando remediar mi torpeza.

- Está bien, no te preocupes... - dijo mientras alzaba su cara a mirarme.

Sonrió.

(Pensamientos)

Que hermosa es, esos ojos color miel, esos labios, esa sonrisa tan perfecta...

Quedé perpleja de tan solo verla.

- Gracias... - dijo ella, sacándome de mis pensamientos.

De nuevo, discúlpame - dije mientras me sonrojaba.

- En serio, no hay problema, a cualquiera nos pasa - contestó, mientras me brindaba otra de sus sonrisas.

+ ¡Annie! ¿estás bien? - preguntó mi mamá preocupada.

Sí... - respondí avergonzada.

- Bueno... me retiro, un gusto conocerte Annie...- mencionó la chica de la bella sonrisa meintras se despedía.

¡Igualmente! - contesté sin si quiera preguntarle su nombre.

(Terminan las compras)

(El camino a casa fue silencioso, pero estuvo pensando en la chica con la que se chocó)

(Ya en casa)

Iré a mi habitación - le avisé a mi madre.

(Se tira en su cama en forma de estrella)

¿Cómo se llamará la chica con la que me crucé hoy?

¿Por qué me intriga tanto?

Debo de dejar de pensar en ella, mañana será mi primer día de clases.

Pero...

Espero volver a verla...

(Suspiro)

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D -

(Está despierta, pero con la habitación totalmente oscura, las cortinas negras no permitían que se asomara el sol)

(Suspiro)

(Mira el techo)

(Pensamientos)

Genial...mañana empieza mi penúltimo año en la escuela y de ahí, la universidad.

Aún tengo que aguantar por un buen tiempo a esos idiotas.

Ni siquiera he podido conseguir a alguien con quién disfrutar la secundaria...

Que solitaria ha sido mi paso por la escuela, aunque tengo amigos, no es como si ellos completaran este vacío en mi pecho... Tampoco compartimos los mismos gustos, ni siquiera sé como somos amigos.

Espero conocer a nuevas personas, que puedan volver ligero y llevadero estos dos años que me quedan.

(Se estira y se truena los dedos de las manos)

(Tocan la puerta)

¿Si?

- Danna, ya me voy al trabajo, no te olvides de desayunar - dijo mi madre.

No te preocupes, desayunaré y en la tarde saldré a almorzar e iré de compras con Tamara - contesté.

- Está bien, saludas a Tamara de mi parte - respondió mientras se alejaba.

(Se sienta en su cama)

Bueno... me bañaré, pero antes, pondré algo de música.

(Enciende la radio)

(Suena una canción)

(Se detiene a escucharla)

Esa canción si que es profunda...

(Al finalizar, la locutora dice: "esta canción me hace acordar a la leyenda japonesa del hilo rojo, un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca romperse".)

(¿Hilo rojo?)

Que curiosa leyenda, me pregunto si será cierta..., de serlo, yo estaría conectada a alguien...

Desearía que fuera cierta...

(Sale de la ducha)

¡No hay nada como un buen baño al iniciar el día!

(Va a la cocina)

(Abre el refrigerador)

Veamos...

¡Genial! serán unos huevos revueltos con tocino y un jugo de fresa.

(Pasa el día y llega la tarde)

(Suena el celular)

- ¿Danna? - pregunta Tamara.

Si, hola - contesté.

- ¿Pasarás por mi para ir a almorzar? - pregunta ella.

Si, ya estoy por salir, encenderé el carro - respondí.

- Bien, te espero - contestó.

(Recoge a Tamara y se van al centro comercial)

¿Te parece si cada una compra sus cosas y nos vemos aquí en una hora para ir a almorzar? - le propuse a Tamara.

- Me parece bien - respondió ella.

(Cada una se va por su lado)

(Con el tiempo justo, Danna se apresura para encontrarse con Tamara)

(Choca con alguien)

- ¡Disculpa! - exclamó la chica apenada por su distracción.

No te preocupes - contesté apenada por mi torpeza.

- ¡Te ayudo! - dijo mientras recogía los paquetes que se me habían caído.

Está bien, no te preocupes... - dije mientras alzaba mi cara para poder verla.

Sonreí.

(Pensamientos)

Es muy linda, tiene unos hermosos ojos azules, tan azules como el mar; esos labios...

No puedo verla mucho tiempo a los ojos...

Tiene un hermoso rostro...

Espero no sonrojarme por los nervios.

(Volviendo a la realidad)

Gracias... - atiné en decirle.

- De nuevo, discúlpame - dijo mientras notaba como se sonrojaba.

En serio, no hay problema, a cualquiera nos pasa - contesté, porque sabía que la torpe había sido yo, así que sonreí.

+ ¡Annie! ¿estás bien? - le preguntó una señora muy preocupada.

- Sí... - respondió ella.

Bueno... me retiro, un gusto conocerte Annie...- me despedí, mientras sonreía porque pude saber su nombre.

- ¡Igualmente! - contestó, aunque no me preguntó mi nombre.

(Se dirige a su encuentro con Tamara)

-¿Estás bien? te veo algo desarreglada - preguntó Tamara a penas me vio.

Sí, me choqué con una chica, pero no es nada - respondí.

- ¿Quién es? Iré a decirle un par de cosas - dijo molesta, se le exaltaban los ojos.

No te molestes, te enojas muy rápido como para ser mi mejor amiga - dije, tratando de calmar su enojo innecesario.

- Lo siento, creo que me excedí - respondió Tamara algo avergonzada.

Está bien, vamos a almorzar que muero de hambre - respondí sonriendo.

(Almorzamos)

(Regresamos cada una a su casa)

¡Llegué! - exclamé, esperando respuesta.

- ¡Hola! ¿Qué tal te fue? - preguntó mamá.

Bien, fue un buen día - respondí con una inexplicable sonrisa de oreja a oreja.

- ¡Que bueno! - respondió mamá.

Iré a mi habitación, bajo luego para ver películas juntas - le propuse a mamá.

- Me parece perfecto, iré haciendo los bocaditos para luego - dijo.

(Ya en su habitación)

(Cierra la puerta)

¿Por qué me sonrojé cuando vi a esa chica?

Jamás me había pasado, pero, es tan linda...

(Se sonroja)

(Se golpea suavemente las mejillas)

No Danna, a ti no te pasan estas cosas, menos con una chica...

¿O si?

Es que...es muy linda como para dejar pasar la oportunidad de pensarla...

De todas formas, ya no la volveré a ver...

(Suspiro)

Annie...

Que bonito nombre tienes

(Le brillan los ojos de felicidad)

Espero volver a verte...