Un fuego artificial sube con rapidez y estalla opacando cualquier sonido en al menos 2 kilómetros a sus alrededores.
"¡Uoo!" Dice ella mientras se apoya en el barandal. "¡Que bonitos! ¡Había olvidado que hoy había un festival!". Sus ojos brillaban como nunca.
"¿Eh...?" -Creí que no lanzarían por la lluvia-. Bajé mi vista -Supongo que... no me habrá escuchado-. Sentí como si mi reflejo en un espejo obtuviera una grieta.
Me acerco al barandal.
"Gracias...". Dice ella.
Volteo con cara de confundido. "¿Gracias?".
"Si... ahora me siento mejor". Voltea hacia mí y sonríe.
Respondo con una corta sonrisa. Ella se aleja al barandal y camina hacia las escaleras.
"Será mejor que ya me vaya".
"Espera, te acompaño".
"No, está bien, tu termina de ver los fuegos artifícieles".
"Pero...". Bajé mi voz.
"Después te responderé". Al decir eso comienza a bajar.
-¿Res...? ¿Responderme? ¿Responderme qué? ¿Me habrá escuchado? No, sonó muy fuerte como para que me escuchara, o quizás, no, no se-. "¿Responderme qué?". Le pregunté.
Y con su característica voz me dijo. "Tú sabes". Y fríamente se fue.
Solamente me quedé viendo su espalda mientras bajaba; la luz de los fuegos artificiales la iluminaban de una forma tan sutil, pero hermosa que me olvidé por completo de continuar viéndolos. Al final terminé recargado en el tronco del árbol más cercano mirando seriamente hacia el fondo.
Y... el ultimo fuego artificial estalló.
Su luz comenzó a esfumarse a la par que una historia y todo el color de aquella noche... Desapareció.