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Chapter 7 - Gremio de aventureros

El guardia miró a Aureus y Artemis con sorpresa, los dos apuestos jóvenes llevaban ropa hecha de materiales que él no conocía, pero podía decir que es ropa de alta calidad, indicando que no son gente corriente, probablemente nobles de un país extranjero.

¡Además, aunque es un guerrero de rango 3, no podía sentir ninguna energía proveniente de estos dos!

Eso solo podía indicar que son personas normales, o que su fuerza es muy superior a la suya.

En este caso, el guardia apostaba por lo segundo.

"¿Hay algún problema?", preguntó fríamente Artemis, mirando fijamente a los ojos del guardia.

El guardia tragó saliva mientras se erizaban los pelos de su nuca.

"¡N-No, claro que no, pasen, por favor!", el guardia prácticamente grito de miedo, atrayendo la atención de los guardias circundantes.

"Perfecto entonces", sonrió Aureus, mientras él y Artemis entraban a la ciudad.

En cuanto entraron, una oleada de ruidos los invadió, los comerciantes gritando a todo pulmón para vender sus productos, los carruajes corriendo de un lado a otro, las personas hablando entre ellas, los niños corriendo por las calles, prácticamente todos los ruidos posibles.

Caminaron por la ciudad mientras examinaban los alrededores, Aureus le preguntaba a Critus sobre muchas cosas que no conocía, y el artefacto de origen respondía con toda la paciencia que era capaz de reunir.

Por el camino, también atrajeron mucho la atención debido a su peculiar apariencia, causando que muchos los miraran.

Esto continúo hasta que Aureus le hizo a Critus una pregunta en particular.

"¿Critus, por esa gente lleva cadenas?", preguntó Aureus por quinta vez en una hora.

[ ... esos son esclavos, chico]

"¿Esclavos?"

[Personas sin libertad ni derechos, que han sido privadas de su libre albedrío y obligadas a convertirse en posesiones de otras personas]

"Oh ...", Aureus miro al grupo de personas encadenadas, tenían ropas sucias y en mal estado, además, sus ojos parecían muertos, como si fueran solo sus cuerpos los que estuvieran vivos, pero no sus almas.

"¿Cómo es que no hay de esto que el continente dorado?", preguntó Aureus intrigado.

[¡Pues claro que no hay esclavos hay, todos se ven a sí mismos como vuestros sirvientes, naturalmente no habría esclavos!]

[¡Ahora, deja de concentrarte en eso y busca una posada para pasar la noche, empezaremos mañana!]

"Vale, vale, no tienes que ponerte así"

Los dos se dirigieron hacia el hotel más lujoso de la ciudad, donde los atendió un hombre joven de aspecto refinado.

"Que necesitan", preguntó el hombre manteniendo una sonrisa profesional.

"Queremos la mejor habitación que tengas", dijo fríamente Artemis, generalmente su comportamiento es así de frío, solo con Aureus muestra el otro lado oculto de ella.

El hombre aún mantenía una sonrisa profesional, pero se podía ver una pizca de molestia en su rostro, "Nuestra mejor habitación cuesta doce monedas de oro la noche, no creo que puedan ..."

"¡BOOM!"

Antes de que recepcionista hubiera terminado de hablar, una bolsa de monedas de oro cayeron sobre la mesa, silenciando al hombre de inmediato.

"120 monedas de oro, nos quedaremos 10 días por ahora", declaró Aureus, mientras el hombre se recuperaba de su conmoción con una velocidad sorprendente y toda molestia en su rostro desapareció de inmediato.

"Por supuesto, señores, ella les dirigirá a su habitación" el hombre se fue por un segundo, solo para regresar con una mujer atractiva que los condujo a su habitación, ubicada en la planta más alta del edificio.

La habitación era bastante lujosa y espaciosa, con una cama de tamaño real y servicio las 24 horas del día.

En el momento en que entraron, Artemis cambio su vestido y por arte de magia al siguiente segundo estaba vestida con otro conjunto de ropa completamente distinto.

En lugar de la ropa de seda que llevaba antes, ahora llevaba un traje de maid corto con decoraciones blancas y negros.

Adriel la miro con algo de molestia, "¿De verdad tienes que llevar eso puesto?"

"¿Qué tiene de malo?, soy su sirvienta, es natural que vista como una", respondió Artemis como si fuera lo más natural del mundo.

Aureus suspiro, Artemis insistió en vestir así incluso antes de que dejaran el continente dorado.

"Dejando eso a un lado, ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora Critus?", preguntó Aureus.

[ ... está bien, escucha con atención]

Critus le explico a Aureus su plan durante el resto de la noche, mientras Aureus escuchaba con atención.

A la mañana siguiente.

En el área central de la ciudad Lebru se encontraba una rama del gremio de aventureros.

El gremio de aventureros es una entidad única, no está ligada a ningún reino ni organización y se extiende por todos el mundo.

En esta rama del gremio, dos personas peculiares entraron.

Aureus y Artemis miraron con curiosidad el edificio del gremio de aventureros.

Más que un gremio, parecía un bar, estaba lleno de mesas en las que se sentaban hombres y mujeres de diferentes edades, hablando, charlando y discutiendo, todo mientras se emborrachan.

Lo único que realmente lo diferencia de un bar normal son los clientes, todas las personas aquí llevan armas de diferentes tipos y tienen una ligera peste a sangre, señal de que matan con frecuencia.

Adriel y Artemis se dirigieron a recepción, donde los atendió una mujer de mediana edad.

"Deseamos registrarnos como aventureros", antes de que la mujer pudiera decir nada, Aureus dijo el propósito por el que estaban aquí.

Ante esto, la recepcionista solo pudo responder con una sonrisa rígida, "El costo del registro son 10 monedas de cobre, y empezaréis como aventureros de rango G, que como todo el mundo empieza"

"Nos parece bien", Aureus se encogió de hombros mientras entregaba el dinero.

La recepcionista los registró a través de un cristal blanco llamado 'piedra de registro', que registro su información, bueno, solo identificaba su nombre y su rango, así como las misiones completadas, aunque aún no habían completado ninguna.

"Listo, tenéis que completar como mínimo 3 misiones al mes, o vuestros registros serán revocados.

Aureus asintió y se dirigió hacia el tablón de misiones, miró todas las misiones disponibles, escaneándolas a una velocidad sobrehumana, aunque no es como si el fuera humano.

Al final, su vista se detuvo en una misión en particular, con una sonrisa, arrancó directamente la misión del tablero.