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Chapter 9 - Capítulo 8

Los guardianes estaban viéndole fijamente. Aiden sentía algo de tensión en el ambiente. ¿Qué debía hacer?

Ellos unos sujetos altos, de pelo moreno,tez clara, ojos verdosos, con relucientes armaduras de plata y forma física entrenada

Los guardianes gemelos se miraron el uno al otro y diriguiron sus miradas hacia Aiden.

- Joven maestro, ¿que podemos hacer por usted? - Preguntaron los dos caballeros a la vez

Aiden no estaba muy seguro sobre que decir, no tenía ninguna razón específica por la que haberles invocado... ¿Que debería decir?

- Yo... quise conocerles, aprender de vosotros y pedir consejo - respondió Aiden nervioso

- Yo soy...

- Sabemos su nombre, fuimos nosotros quienes quisieron servirte y ser sus protectores, bajo nuestra espada juramos la victoria para vos.

Aiden se sintió muy importante en aquel momento, se siente seguro bajo sus protectores.

- Joven maestro, le espera un futuro difícil, pero si toma las decisiones correctas será bastante feliz, pero nosotros le ayudaremos...

Aiden abrió los ojos, el Maestro estaba sentado en el sillón que estaba frente a él, leyendo un libro.

- ¿Qué tal te fue? ¿Pudistes contactar con ellos? - dijo el Maestro apartando su mirada del libro por un momento

- Pude hablar con ellos, me reconocen como su dueño, pero sinceramente no me creo suficientemente bueno para dirigirlos

- Es demasiado pronto para decidir abandonar, chico, debes saber como actuar desde el primer momento, por lo que debes someterte a un buen entrenamiento

"Es cierto..." pensó Aiden, el destino le había elegido a él, este joven inexperto de 16 años que se diferencia por tener unas alas grises plateadas. Pero no solo se debería de diferenciar así, debe proteger a los demás, así que debe de ser capaz de protegerse a sí mismo primero.

En ese momento Aiden empezó a entrenarse más que nunca y aprender a usar sus poderes, apuntaba todo lo que aprendía sobre las técnicas e instrucciones, estaba realmente decidido en sus objetivos y alcanzar las espectativas que tenía el Maestro y cualquier aristócrata del Consejo.

Pasaron meses y un día al acabar su entrenamiento matutino, Aiden fue al despacho del Maestro...

- ¡¿Qué...?! Emm, quiero decir... estás seguro de tu decisión - dijo el Maestro algo sorprendido

- Sí, quiero saber realmente que hay allí... - respondió Aiden decidido

- Es un lugar algo siniestro y peligroso, nadie ha ido allí por décadas, está estrictamente prohibido el paso - advirtió el Maestro algo nervioso... ¿Ese lugar era tan malo como se decía o era porque había algo que nadie debía de ver?

- Es por eso que quiero determinar lo que realmente hay allí para ver si realmente hay riesgos y prevenirlos para proteger a los ciudadanos

- *Sigh* suspiró el Maestro - Bueno, podrás ir pero no quiero que corras riesgos asi que ve al despacho del herrero para que te proporcione una buena armadura, ya que tus espadas tienen a los guardianes no me debería de preocupar mucho. ¿Hace falta que te proporcione un equipo de mercenarios?

- Supongo que podrían ser de ayuda... - respondió Aiden con algo de duda

- Pues entonces que no se hable más. Esta será tu primera misión oficial y en el que espero que salga bien. Entonces... ¿Cuándo partirás a tu expedición? - Preguntó el Maestro con un rostro serio. ¿En serio era un lugar tan siniestro?

- Tal vez en unos días, me podría quedar al menos 1 mes - dijo Aiden

- Bien entonces... Ahora me despido, debo asistir a una reunión con los del Consejo - se despidió el Maestro y salió del despacho

(El Maestro tenía un rostro bastante serio, pero realmente quiero saber que se encuentra allí, ese bosque del que hablaba el libro, ¿El Bosque de la Oscuridad Perpetua...? ¿Realmente estarán los temibles ángeles oscuros?) pensó Aiden. Este se dirigió a la biblioteca y buscó el libro donde encontró la información y lo pidió prestado. (Podría ser útil, debe tener más información acerca de esto)

Llegó el día del comienzo de la expedición

Había tres hombres a la entrada del bosque, (Deben de ser los mercenarios) - pensó Aiden mirando a esos hombres

(Ya estamos aquí, ya no hay vuelta atrás)