24 de diciembre de 2018. Un día antes de una de las fiestas más importantes del mundo se avecinaba; las calles se llenaban de rojo y de verde, de luces de colores y también de botargas con forma de animalitos navideños. Las personas salen a comprar regalos para sus seres queridos, otros van a comer a restaurantes con buen prestigio y otros se van de vacaciones con su familia o con los que se llevan bien.
A pesar de ello, también existen personas como yo, personas que son explotadas todo el año, que trabajan por una paga de dinero para solventar deudas heredadas como la mía; que trabajan más de un turno y en diferentes trabajos para ganar dinero de la manera correcta y normal. Afortunadamente mi trabajo no implicaba un gran trabajo físico, (como por ejemplo un obrero en una fábrica, o un agricultor respetable) mi nivel de estudios había completado la universidad y desarrollado una carrera en administración y marketing.
Yo trabajaba en una empresa de entretenimiento a nivel nacional, como secretaria de un sobrino inversionista que tenía que jefe de la empresa; y sobre el otro trabajo, yo era una mánager de un grupo de Idols, que si bien no eran famosos, tampoco eran desconocidos, la idea de un grupo de Idols procedentes del continente americano no fue del todo aceptada, ni rechazada, pero aún me generaba un gran trabajo extra del que ya tenía como secretaria, sin mencionar que el sobrino del jefe de la compañía, pertenecía a ese grupo masculino de cantantes y bailarines, lo que también me generaba estrés y trabajo frecuentemente.
Ese mismo día 24 de diciembre, después de mucho tiempo me dieron un día a cuenta de vacaciones, era feliz, ya que después de 3 años podía estar en casa y celebrar con la familia de mi hermano la navidad.
Ese día me levanté temprano como todos, y empecé con ir a comprar al supermercado los ingredientes para los romeritos con mole y la ensalada de manzana que cenaríamos ese día; además de preparar la casa y la comida durante todo el día hasta que llego el atardecer.
En ese momento, cuando termine de preparar la comida, me llego un mensaje de la oficina pidiendo mi asistencia inmediata con el ambicioso jefe de la compañía. En ese momento apagué todas las cosas en casa y me puse el abrigo para ir a la oficina tan rápido como pude en el tren que pasaba cerca de la casa.
Al llegar al despacho, me encontré con el jefe y el su sobrino con quien yo laboraba, estaban discutiendo sobre su renuncia a la empresa como Idol y el retiro de las inversiones que había hecho, eso me afectaba grandemente mi estabilidad como secretaria y mánager en la empresa. Durante toda la noche discutieron hasta que el jefe lo corrió de la oficina, así que no tuve más remedio que forzarlo a salir y hablar para qué se despejará, y hacer retractar su decisión, sin más, le llevé a caminar por las calles de la ciudad hasta que llegamos a un parque donde nos sentamos a mirar la los árboles y las flores que crecían muy rara vez. En ese momento le pregunté sobre porque quería dejar el trabajo y quitar los fondos que él daba; al principio se quedó callado y luego habló con una voz muy tambaleante:
-! No quiero ser más un maldito títere de mi familia y su codicia para acaparar todo el medio, y manipular a todos quien tengan debajo de ellos!
- No quiero que remuevan a mis compañeros y amigos porque consiguieron a una persona que tiene una mayor poder económico y social.
Ciertamente yo sabía más que nadie lo que decía, y lo comprendía bien, ya que yo soy la mánager del grupo; pero a decir verdad, no tengo voz ni poder en las decisiones del jefe codicioso.
-Ciertamente no puedo cambiar las decisiones del jefe, no puedo desafiarlo y perder mi trabajo que necesito, pero te juro que trabajaré más de lo que puedo para poderles ayudar a mostrarle al jefe que ustedes son perfectos tal y como están, para producir el dinero que él quiere.
-¿En serio harías eso por mí y nosotros?
(Suspiro) -Después de todo, ese es mi trabajo y tengo que cuidar de todos ustedes y a sus fans.
En ese momento me abrazo de una manera muy cálidamente, una experiencia que no había recordado antes; aunque él lloraba, podía sentir su alegría y alivio en su abrazo además de sus palabras de agradecimiento
Al final seguimos hablando un poco rato más, hasta que regresamos por la avenida principal; era un día que a pesar de seguir en el trabajo, me sentía por lo menos feliz de acompañar al joven en un día muy importante.
/Capítulo #1 - Fin/