Unos hermosos ojos color esmeralda se abrieron soñolientos estos eran los ojos de; Ysette Peverell quién se encontraba despertando después de una larga siesta a causa de estar investigando horas y horas, aquel incidente que causó en su compañero del orfanato, «por lo menos una escoria, menos en este mundo», pensó Ysette observando por la ventana, como se llevaban a su compañero en ambulancia desde su habitación se podían escuchar los desgarradores sollozos de su compañeros, eran molestos.
Todos pensarían que Ysette Peverell era una niña como cualquier otra, pero detrás de su cara llena de inocencia se escondía una mirada perversa llenas de pensamientos oscuros. Todos los del orfanato la llamaban "Fenómeno o Hija del Diablo", Ysette a quien nunca le importo las opiniones de los demás, mostraba una perfecta máscara de dolor la cuál sastificia a los demás, pero a Ysette le daba risa por ver los crédulos que eran....
«¡Soy distinta, y cuando se los demuestre a los demás no va a ser de la mejor manera!» pensó perversamente Ysette, quién ya hacía vestida y iba camino hacía el comedor del orfanato Wool.
¡Es ella!, ¡La fenómeno!, ¡es malvada!, cuchicheos se escuchaban en el comedor cuando entro, sin importale las miradas de los demás mocosos se fue a sentar a una mesa alejada de los demás
"I curse the name, the one behind it all...", tarareaba, una canción Ysette mientras comía ajenas de las miradas nada discretas de los demás.
"¡Hmm!", exclamó la directora del orfanato, quién estaba de brazos cruzados con una mirada indiferente, "Feno-, Ysette alguien te busca, sígueme", demandó caminando, con Ysette pisandole los talones por diversión al ver la muecas que hacía la señora Cole.
Cuando entro al despacho de la directora vio a un señor de naríz ganchuda y el pelo grasiento vestía completamente de negro, para ysette parecía un vampiro de esos monos animados.
"Ysette, este caballero quiere hablar con usted", dijo la señora cole. "entonces si quiere hablar conmigo, ¿Que hace aquí señora cole?", preguntó con inocencia Ysette.
La señora cole le dio una mirada fulminante a Ysette, quién se encogio de hombros dándole una tierna sonrisa a la señora cole quién a regañadientes se fue de la oficina.
Pareciendo divertido por la ecena, Snape se aclaró la garganta. "Hmm, Señorita Ysette soy Severus Snape profesor del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería", se presentó dándole una mueca de lo que se veía que era una sonrisa.
"Ohh, mucho gusto Señor Snape, pero dijo ¿Hogwarts un colegio de magia?, preguntó confundida Ysette dándole una mirada a enreden que no sabía que era eso.
Snape no contestó el solo le dio una carta la cuál tenía un escudo de un Águila, Serpiente, León y un tejón. Ysette la tomo inspeccionandola con la mirada, y la abrió para leerla.
𝐄𝐬𝐜𝐮𝐞𝐥𝐚 𝐇𝐨𝐠𝐰𝐚𝐫𝐭𝐬, 𝐝𝐞 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐚 𝐲 𝐇𝐞𝐜𝐡𝐢𝐜𝐞𝐫í𝐚
𝐝𝐢𝐫𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore
(𝐎𝐫𝐝𝐞𝐧 𝐝𝐞 𝐌𝐞𝐫𝐥í𝐧, 𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐜𝐥𝐚𝐬𝐞, 𝐆𝐫𝐚𝐧 𝐇𝐞𝐜𝐡𝐢𝐜𝐞𝐫𝐨, 𝐂𝐡𝐟, 𝐁𝐫𝐮𝐣𝐨
𝐒𝐮𝐩𝐫𝐞𝐦𝐚 𝐌𝐮𝐠𝐰𝐮𝐦𝐩, 𝐂𝐨𝐧𝐟𝐞𝐭 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥, 𝐝𝐞 𝐖𝐢𝐳𝐚𝐫𝐝𝐬)... bla, bla, bla Ysette puso los ojos en blanco hasta que llegó al final, el nombre de ese anciano ocupaba casi la mitad de todo lo escrito.
Ysette volvió a inspeccionarla para ver al profesor snape con una expresión burlona, "Y que significa Hogwari", preguntó con un brillo burlón en los ojos.
Snape bufo, esta chiquilla le hacia perder el tiempo y más encima se estaba burlando de hogwarts, "Es Hogwarts, no Hogwari señorita peverell", explicó. "Y usted es una maga", dijo secó.
Ysette Sonrió felizmente detrás de su máscara burlona, «Siempre supe que era distinta a esos insectos del orfanato», pensó.
Se volvió a Snape que estaba esperando una respuesta por parte de ella.
"Y Señor Snape, Cuando iremos al Callejón diagon", preguntó esperando una respuesta.
"Mañana, a la misma hora la vendré a buscar", explicó. "Que tenga un buen día Señorita Peverell", se despidió para salir con su túnica ondeando como siempre. Sin ver la perversa sonrisa que se extendía en el rostro de Ysette.
"Pobres, no saben lo que les espera", murmuró fríamente, saliendo de la oficina caminando directamente a su habitación sin ver a nadie.