Se encontraba en la sala de mando, caminaba cerca de los controles. Dando un golpe al botón del control automático, Ultrior dijo
- Acabo de destruir la única salvación que tenían esos desgraciados sirvientes de Corgana
- ¿A qué te refieres?- preguntó Zyorg desde el auricular. Sonriendo, Ultrior, le respondió
- A que no podrán redirigirse a la tierra- tomando el timón, dirigió la nave a donde estaban las flotas imperiales de su enemigo. Tras escribir las coordenadas y dirigir la nave a su nuevo destino, Ultrior, rompió también el cursor direccional o timón en términos humanos- y ahora no podrán cambiar el curso que les programé
- ¡Eso es perfecto Ultrior!- lo felicitó Zyorg con una agradable sonrisa- ahora baja de allí antes que…
- No- le dijo Ultrior tocando el botón de las sondas magnéticas. La nave en la que se encontraba empezó a largar una frecuencia magnética que tomó por sorpresa a las otras naves y las desvió de curso obligándolas a seguir a la nave donde estaba Ultrior – debo quedarme
- ¿De qué estás hablando?- le preguntó Zyorg asustado, Ultrior cerró los ojos y esbozo una sonrisa diciéndole
- Creo que te debo una disculpa amigo
- ¿Ultrior?- preguntó Zyorg con una voz más infantil que madura
- Cuando nos conocimos y peleamos el uno contra el otro, te dije que debías tener un desperfecto técnico al concebir tales programaciones torpes sobre la igualdad entre los Metales- la nave comenzó a tomar mayor empuje y las otras estaban siendo arrastradas por las ondas magnéticas. Dichas naves intentaron revertir la onda; pero Ultrior activo el pulso electromagnético ligero que desactivo los circuitos de su carga especial. Tras hacer eso, Ultrior, continuó con sus disculpas- sin embargo a lo largo de esta guerra he visto no solo como has sido capaz de dar tu integridad por tus ideales sino también como al creer tan fervientemente en ellos, me convenciste de que podía ser un hecho, de que podía ocurrir
- Ultrior… ¿Por qué me dices eso amigo?- le preguntó Zyorg con la voz temblorosa
- Porque si no lo digo ahora, no lo diré nunca- le dijo Ultrior abriendo sus ojos y mirando como la Luna pasaba cerca de él- por eso
Desde la tierra la expresión de Zyorg cambió de alegría a horror y tristeza al entender lo que su amigo le estaba diciendo. Angustiado, balbuceó:
- ¿A… acaso… piensas hacer… lo que creo que harás?
- Afirmativo- le respondió Ultrior con una voz tranquila
- N…no… ¡NO! ¡no lo harás! ¡vuelve aquí ahora mismo general Ultrior, es una orden!- exclamó Zyorg con una expresión de horror y angustia ante lo que estaba sucediendo
- James- le habló Elizabeth; pero Zyorg no deseaba escucharla en ese momento
- Me temo que debo desobedecer esa orden Comandante- le respondió Ultrior en la nave viendo, desde la ventana, como los Acerums enemigos se dirigían a donde él estaba- porque si abandono mi puesto entonces estos desgraciados lograran evitar que las bombas exploten en donde quiero. Espero que entienda mi postura
- Debe haber otra forma- le decía desde el comunicador Zyorg- estoy seguro de que la encontraremos
- No la hay- le respondió Ultrior sacando su arma y disponiéndose a defender su puesto lanzando ataques de plasma desde su boca
El corazón de Zyorg empezó a latir con rapidez al oír aquellos ataques. Su mejor amigo estaba solo peleando contra el enemigo, debía ir a donde él estaba
- ¡Aguarda Ultrior, voy allí!- exclamó Zyorg desesperado
- ¡James!- exclamó Elizabeth molesta
- ¡Ahora no Elizabeth!- rugió Zyorg dando la vuelta para ir en ayuda de su amigo; pero ella siendo demasiado rápida, incluso para lo que Zitron habría calculado de una humana en esa situación, le tomó el hombro volteándolo y dándole una bofetada tan fuerte que lo hizo caer al suelo
- ¡Escúchame!- le gritó Elizabeth furiosa, Zyorg vio en su mirada algo tan sombrío que lo angustió al ver lo mismo en los ojos de sus amigos- ¡no puedes ir! ¡si vas te mataran y el sacrificio que Ultrior está cometiendo será en vano…! él mismo está tomando una decisión difícil; pero es la única salida… ¡maldita sea yo tampoco quiero que lo haga! Pero si no detiene esas naves entonces todo estará perdido y si mueres, de nada habrá valido este combate
- Pero… pero es mi amigo- gimió Zyorg con una voz infantil
- Y por eso es que lo está haciendo- afirmó Elizabeth con pesar- porque cree en ti
La batalla se estaba desarrollando con rapidez, los enemigos caían al suelo; pero estos salían de todos lados. No había mucho tiempo para actuar. La nave madre de Corgana estaba cerca y el Rey Dorado vio como los Pacificadores se acercaban a donde él se encontraba
- ¡¿Que hacen esos inútiles?!- preguntó Corgana molesto
Algunos rayos golpeaban el cuerpo de Ultrior al punto de volarle un brazo. Alejándose del puesto de mando, Ultrior, recibió varios ataques de los enemigos quienes entraban por las puertas. Sabiéndose arrinconado, se mantuvo en pie recibiendo los disparos mientras se acercaba al botón de auto destrucción
- Siempre fui un poco rudo contigo amigo; pero creo que por esta vez hare una excepción. Necesito que te recompongas… ellos te necesitan, Wintago te necesita, la humana te necesita- un disparo dio en su ojo destruyéndolo y quitándolo de sus cuencas- tu sueño te necesita… solo lamento que no podré verlo cuando este se cumpla; pero al final pude creerlo con las mismas fuerzas con las que tu lo crees
Sosteniendo con fuerzas su lanza vio la Luna alejarse y el sol de algún modo iluminaba dicha parte
- Puedo verlo amigo, puedo ver tus sueños… ¡son hermosos!- sin decir más nada lanzó su arma al botón de auto destrucción al mismo tiempo que la nave de Corgana se alejaba y las otras intentaban reiniciar sus circuitos. La bella imagen de la Luna cautivo al duro Acerum quien dijo- es soberbia, como lo será el futuro de Wintago… se feliz hermano mío… maldición solo una última vez
La auto destrucción se activó en el mismo momento en que Ultrior largó un aullido a la Luna. La silueta del Lobo de Metal se desvaneció con la blanca luz de la detonación de la nave. La bomba atómica estalló, estando lo bastante lejos de la tierra; pero no de las otras naves. El estallido se vio como una enorme luz blanca en todo el globo terráqueo. La comunicación había cesado. La nave de Corgana logró esquivar a tiempo el estallido; pero su flota imperial no pudo lograrlo y desapareció con aquel resplandor blanco.
Zyorg ya no podía oír a su amigo, solo oía estática mientras veía aquel resplandor blanco. Sus amigos no podían hacer nada, excepto bajar su cabeza en señal de pesar y respeto ante tal admirable guerrero. Elizabeth lo abrazó y Zyorg largó a llorar. Primero puso su cabeza sobre el hombro de su amada; pero, tras dar tres gestos de negación con ella, se levantó y aulló el nombre de su hermano de armas al cielo nocturno que había recuperado su oscuridad siendo iluminado por la brillante Luna blanca.
- ¡ULTRIOOOOR!