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Chapter 29 - CAPITULO VIGÉSIMO OCTAVO: LAS ÚLTIMAS ANOTACIONES DEL DIARIO DEL INSPECTOR KINGSWOLF

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11 de Julio

Después de que Linnet y John se fuesen, decidí investigar un poco más al señor Steel. Me dirigía a su huerta con intenciones de encontrar algo que me fuese sospechoso cuando escuché el mismo ruido casi metálico que hizo aquella ave de acero que Linnet derribó unos días atrás. Corrí a ver qué sucedía topándome con lo que parecía un enorme Mosquito sobrevolando la mansión del joven Steel. Este lanzó, de sus peculiares alas, lo que parecían unas flechas de curioso color blanco y rojo, al impactar en la mansión de Timoteo Steel, la estructura desapareció en un mar de fuego.

Intenté ir adonde se encontraba Linnet junto con Rumble con intenciones de ver si estaban bien, sin embargo, en el camino se apareció, enfrente mío, el mayordomo del señor Steel portando un arma de fuego, en su mirada se podía ver un brillo asesino

- Queda detenido por asesinar a toda la escoria Londinense- le dije con tono amenazador

- Un montón de mierda Humana a quien mi hijo me ayudara a eliminar- me respondió aquel hombre sonriendo con malicia, podía notarse también un cierto tono metálico en su voz, como si fuese una maquina antes que un hombre

- ¿Su hijo?- pregunté sorprendido

- Larga historia Inspector Kingswolf; pero una que usted no escuchará- rió aquel mayordomo apuntándome con su arma de fuego

Lejos de asustarme, me abalancé sobre él y lancé un golpe a su rostro; pero sentí que sus mejillas eran duras como una roca.

- No debió hacer eso Inspector- me habló Steve- no soy un ser Humano

El mayordomo iba a apretar el gatillo cuando escuchamos un grito o, mejor dicho, una orden dada por un autentico sargento de caballería.

- ¡Explorer!- ordenó Linnet caminando detrás del mayordomo con su vestido hecho casi añicos por lo que parecían balas de un enorme fusil. Sostenía un arma realmente interesante, era un arcabuz de oro con un mango de madera- ¿donde lo llevaron?

- Esa ubicación solo te será dada si me vences Linnet de Grumsier- lo desafío el mayordomo emitiendo una risa maléfica

- ¿Linnet de donde?- pregunté un poco distraído

- Intenta dañarme- lo provocó Linnet- solo así podrás vencerme

2

Ambos tenían sus armas en reposo y estaba parado el uno frente a la otra. se miraban con una tensión que no puedo narrar demasiado bien; pero era un duelo similar a los del salvaje oeste sin lugar a dudas. Empezaron a caminar mirándose fijamente. De forma muy fría y letal. Caminaban en círculos por todo el lugar; pero ninguno desviaba la mirada del otro. Seguían caminando por todo el pasto midiendo sus pasos. Los observaba y oraba por que Linnet ganase aquel increíble duelo. Continuaron con dichos movimientos hasta que en un punto dado se detuvieron. Ahora solo se observaban; pero era algo más que eso. Estudiaban sus movimientos de forma silenciosa, aquel mayordomo era una criatura que fingía ser Humano, sin embargo Linnet era algo más. Alguien de extrema nobleza y gran jerarquía que podría haber enfrentado engendros como este junto a otros más. Ahora estaban mirándose, no se movían, se miraban. No había movimiento, seguían observándose. Sus ojos se movían; pero sus manos no, sus ojos, sus manos, sus ojos sus manos, sus ojos, sus manos. Linnet le disparó y el mayordomo erró el disparo. El sonido del disparo fue tan fuerte y grande que los invitados que se encontraban cerca creyendo que esto había terminado volvieron a correr gritando de miedo. Linnet tomó el arma de Steve y le dio otros dos disparos mas, el duelo había terminado.

3

Linnet se acercó al moribundo Steve y le espetó

- ¡Habla maldita maquina! ¡te gané en tu propio juego! ¡ahora habla!

- Estamos en el ártico Linnet; pero es tarde. Dentro de poco amanecerá y los meteoritos serán señalizados por nuestra antena… no llegaras a tiempo. Todo termino, yo y mi retoño ganamos, je, je, je- rió aquel mayordomo, saliendo de su boca un liquido negro que no parecía sangre sino otra cosa

- ¡Púdrete!- exclamó Linnet cargando su Arquabus con una bolsita verde. apuntando a su rostro disparó el arma destruyéndolo por completo, en lugar de carne y sangre lo que pude ver de aquellos restos era metal junto a grandes cantidades de ese liquido negro y varias sogas de color rojo e incluso verde, aquel mayordomo, o lo que fuera, estaba muerto.

4

Los soldados del rey, junto con la caballería, habían llegado. Sin perder tiempo, sabiendo lo que estaba en juego, le dije a Linnet:

- Podemos enviar unidades contigo, posiblemente te sean de ayuda

- No, solo serán un estorbo. Esto es entre yo y ellos, John cuenta conmigo- me respondió Linnet cargando nuevamente su arma

- Pero ¿y si esa cosa te mintió?- le pregunté tratando de no ponerme nervioso ante lo que ocurría

- Lo dudo. Ambos quieren verme cuando me venzan. Será una maquina pero su hijo tiene un orgullo muy humano y Explorer lo consiente demasiado

- Entonces aquí es donde nuestros caminos se separan ¿verdad?- le pregunté con cierto desgano, debido a que me había encariñado un poco con ella. Al parecer se dio cuenta de ello, porque sonrió diciéndome con un tono casi maternal

- Eso parece, adiós Inspector Ray Kingswolf, ha sido un gusto pelear a su lado, espero que viva en paz y felicidad

- Con este trabajo lo dudo, buena suerte Linnet y cuando salves el mundo trata de darle una patada en el culo a ese desgraciado de Tim Steel por mí, ¿sí?- me despedí de ella sonriendo, extendí mi mano y ella, observándome con aquella sonrisa agradable, me la estrechó afirmando

- ¡Dalo por echo!- despidiéndose de mi añadió- siempre en mi corazón Ray, nos vemos

Soltando mi mano, cerrando sus ojos con aquella dulce sonrisa, Linnet desapareció de allí como si nunca hubiese estado en un primer momento y el lugar se llenó de policías junto a soldados más rápido de lo que imaginaba.

5

12 de Julio

La lluvia de meteoritos esta por empezar. Espero de corazón que Linnet nos salve. Si alguien lee estas páginas quiero que sepan que nunca me he arrepentido de servir a la justicia intentando ser un héroe o siéndolo para muchos a los que ayudé en el pasado, incluso he decidido retomar mi antigua y verdadera profesión como médico. Mi nombre es el doctor/ Inspector Ray Kingswolf despidiéndose y diciendo lo mismo que mi mentor me dijo una vez, hace muchos años atrás: cualquiera con un corazón noble y una voluntad de hierro puede ser un héroe. Inclusive tú, lector de este diario.