El pueblo había quedado desierto en menos de un año después de los acontecimientos. Todos necesitaban alejarse y sanar las heridas abiertas.
Lisa y Patty se volvieron mejores amigas, y lograron mudarse con unos familiares lejos del pueblo en las montañas. Patricia y Gerardo adoptaron a una niña y eventualmente siguieron adelante.
Elena y su familia se mudaron a la ciudad más cercana. Se casó de nuevo, pero no volvió a tener hijos. Siempre deseó que Luca hubiera conocido los grandes avances tecnológicos que llegaron a partir de la siguiente década.
Todos recuerdan a sus pequeños perdidos hasta hoy.
Andrés fue enjuiciado y encarcelado a pesar de sus evidentes síntomas de esquizofrenia paranoide; declarando ser perseguido por un circo de horrores. Sufrió de múltiples abusos por parte de otros presos a lo largo de su tiempo ahí y finalmente murió asesinado por uno de ellos.