Chereads / Trying to survive | Época del calabozo | Danmachi / Chapter 1 - Un cambio que nadie espero.

Trying to survive | Época del calabozo | Danmachi

RudeusGreyratFt
  • --
    chs / week
  • --
    NOT RATINGS
  • 7.4k
    Views
Synopsis

Chapter 1 - Un cambio que nadie espero.

Me presento, me llamo Juliet Ashworth. Soy la típica niña gata que dicen que será un gran belleza en el futuro, aunque yo no me considero ser la gran cosa como para ser tachada de esa manera.

Pues dicen que físicamente soy un niña-preadolescente hermosa.

Por herencia de mi madre humana tengo un pelo de un profundo color negro, junto a unos ojos amarillos y unas lindas orejas por parte de mi padre beastman. Mi estatura no pasa mas del 1.20, soy por así decirlo un poco mas chiquita que la media de niñas para mi edad.

¿Y que edad tengo?

Apenas tengo 12 años de edad, posiblemente a esta edad es cuando los rasgos mas destables de mi cuerpo salgan a flote, o en mi caso crecer.

También comenzare a tener esas épocas oscuras que tienen todos los beastman, la oscura época de celo. Me quede sin comentarios la primera vez que supe de esto, pues fue contado de una forma muy directa por mi padre que incluso me dio escalofríos.

Pero el tema del "celo" es algo muy recurrente hablarse en los beastman, así que ellos no tienen vergüenza al contar sobre sus instintos primitivos.

- Wuaaaa... que sueño...

Puede escuchar el aburrimiento en mi voz, y tampoco era para menos, pues ahora mismo me encuentro echada en la comodidad de mi cama. Como toda niña-preadolescente a estas horas de la madrugada durmiendo. Pero yo obviamente no estoy durmiendo, yo estoy esperando despierta a pesar de la hora...

¿La razón?

Pues estoy esperando a que mi padre, Willian Ashworth llegue a casa. A causa de su trabajo el no suele pasar mucho tiempo conmigo, pero el poco tiempo que lo hace es uno de los mas felices que tengo.

Puede que sea un loco, claramente en el buen sentido, bueno si decirle loco alguien tuviera un buen sentido al fin y al cabo.

Al punto, que mi padre Willian es una buena persona, aunque no suela demostrarlo mucho, son como esas personas que debes conocerlas muy bien para que recién les agarres cariño.

Sin embargo, mi padre no es como si se esforzara en conocer personas, pues no suele pasar mucho tiempo con personas desconocidas, es como si se negara a querer ser feliz.

Por eso justo, siempre intento hacerle sonreír a el a pesar del poco tiempo que pasa conmigo en casa.

Pero a diferencia de mi padre Willian, yo soy una persona muy animada con todos los vecinos y conocidos.

Mi padre también es alguien fuerte, pero sin importar eso me preocupa que algún día no regrese, bueno ni tanto. Pues el es un aventurero, y los aventureros siempre deberian estar con un pie adelante hacia las aventuras.

¿Qué es un aventurero?

Pues es algo difícil de explicar, incluso ahora no soy capaz de responder esa pregunta. Puede que ser aventurero en esta ciudad, sea una por así decirlo una de las "profesiones" mas conocidas.

Pues en si se puede considerarse ser aventurero como un trabajo, pero a la vez no. Explicar que es un aventurero suele ser tan confusos incluso para los mismos aventureros y incluso mucho mas para mi.

- ¡Wua! ¡Que aburrido!

Esperar a que mi padre llegue de ese lugar llamado calabozo es una de las cosas mas frustrante en mi vida.

Pero aparentemente no tengo otra opción.

Mi quite las sabanas que me cubrían, y me levante de la comodidad de mi cama. Rápidamente fui capaz de sentir el frió recorrer mis pies.

Parece que era una fría noche. Como todas, pensé.

Busque de cuclillas algo con lo cual cubrirme los pies del frió, pero parece que mis típicos zapatos no están aquí.

No puede ser, pensé desganada. No tuve otra opción, así que camine hacia la salida de mi cuarto. Abrí la puerta haciéndola soltar un rechinido, y a la vez que una corriente de un frió aire choco contra mi.

- Ay-Ayy... que frió.

No pude evitar soltar, pero seguí caminando. Baje las escaleras de madera y cuando llegue a la planta baja de mi casa pude notar que parecía un lugar en ruinas por lo desordenado que estaba.

Y tampoco era para manos, pues papa y yo éramos los únicos que vivíamos aquí. Y nosotros no éramos exactamente ordenados, pero tampoco ver todo desordenado era algo desagradable de ver.

- Hay no, si el primer piso esta así... no me quiero imaginar como estará toda la casa - Dije con preocupación.

Mi pequeña casa no era una mansión tampoco, solo tenia 2 pisos y 4 habitaciones en cada piso. Así que en teoría mi casa no era ni tan grande ni tan chiquita.

Algo intermedio se podría decir. La típica casa de madera en medio de otras muchas, pensé.

- Ahh, creo que ordenare esto antes que venga pa' creo que comenzare con el primer piso-

¡PAN!

- ¡Juliet!

Escuche como la puerta se abría brutalmente, para luego ser cerrada de la misma manera. Cuando observe el rostro del intruso que me había llamado por mi nombre me di cuenta de dos cosas, la primera era que no era un intruso.

Y la segunda era que el falso intruso era mi padre, Willian. Mi padre abrió la boca para decir algo, pero comencé a hablar animada antes de que el pudiera decir alguna palabra.

- ¡Papa! ¡Hasta que por fin te dignas a apare-... ¿Que te paso? - Pregunte, mi tono había comenzado bromeando para terminar en uno aterrado.

Pues mi padre tenia las manos ensangrentadas, pero eso no era lo importante... pues el era una venturero, era un poco normal verlo asi... pero... el tenia su mano aplastando su pecho.

Lugar el cual salía sangre.

- ¡Papa! ¿¡Que te paso!? - Pregunte asustada acercándome a el con la intención de ayudarle de alguna manera.

- ¡Juliet tenemos que irnos de aquí! - Grito mientras buscaba algo entre el desorden de la casa.

- De que estas hablando, ¡Tenemos que tratar esa herida! - Grite una vez llegue a el.

- ¡Juliet no tenemos tiempo para eso! ¡Tenemos que irnos de aquí ahora! - Grito, pero esta vez con un frasco de cristal en la mano derecha y en la mano izquierda una pequeña daga.

- ¿¡De que estas habla-

¡KABOOOOON!

- ¡Ahhh! ¿¡Que fue eso!?

El sonido de una explosiona hizo que gritara, mientras que el suelo de la casa comenzaba a temblar y la madera comenzaba a crujir. Comencé a sentir miedo, luego unas fuertes ganas de gritar y llorar.

Mi mirada callo en el rostro de mi padre, quien se encontraba tomando el contenido del frasco de cristal de hace unos instantes.

Rápidamente su expresión parecía estar un poco menos adolorida, para dejar de lado el dolor y expresar una nueva, la cual era preocupación y terror.

Me levante del suelo, para decir algo. Pero una fuerza mayor que la mía me cargo entre sus brazos rápidamente a una velocidad sobrenatural.

- ¡Papa!

Mi padre me había levantado entre sus brazos, y se había dirigido rápidamente hacia la salida de la casa. Para que una vez enfrente darle una patada a la puerta y mandarla a volar con un fuerte-

¡PAN!

Y una vez afuera vi todo, mi expresión se lleno de miedo. Las personas, algunas peleaban, otras solo corrían y otras pocas intentaban acabar con lo que parecía una inminente amenaza.

Hombres que parecían demonios era lo único que veía, hombres que masacraban niños. Pero luego, no solo fueron hombres, pues luego todo tipo de criatura, con unos ojos rojos fundidos en sangre, asesinaban a diestra y siniestra a todos las personas.

Dejando sangre en el suelo. Me aferre con todo mi a la mano mi padre, el cual corría sin importar los llamados de ayuda de las personas asustadas.

- ¡Juliet cierra los ojos, no mires! - Grito Willian mientas corría.

.

.

-------¿Qué esta pasando... ?

.

.

- ¿¡QUE DEMONIOS ESTA PASANDO!? -

Gritos, y rostros cubiertos de miedo. Junto a una insasiente sentimiento de que todo puede empleador, ver a sus compañeros transforme en monstruos fue aterrador.

Verlos retociendose, verlos rugiendo y la vez pidiendo ayuda. Tal escena fue como ver una de mis peores pesadillas, a las personas que consideraba amigos morían en frente de mi sin que yo pudiese hacer algo.

- ¡HUYE WILLIAN! ¡HUYE!

No sabia que hacer, ¿Qué es lo que debería hacer en primer lugar? ¡No quería abandónalos, no quería dejarlos!

- ¡Wuaaaackk!

Mi compañero, mejor amigo Seamus se abalanzo hacia mi. Y clavo una de sus improvisas garras dentro de mi pecho.

- ¡Ahhggg!

El impacto debió haberme matado, pero la garra no había ingresado a lo mas profundo de mi cuerpo y al parecer la fuera de voluntad de Seamus había ayudado de alguna manera..

Lo cual por fortuna me dejo vivir.

- ¡HU-HU-YAAGGGG!

No espere mas, y abandone la posición de guardia del calabozo. Ya hacia muchas días las cosas no estaban de todo bien en la ciudad, ocurrían misteriosas desapariciones y ahora mis compañeros-amigos se estaban transformando en...

¿Monstruos?

Sabia que las cosas se pondrían así de malas.

Pero ver como las personas se transformarse inexplicablemente en monstruos era algo loco, correr y cortar fue lo único que hacia.

- Ahgg - Escupí sangre

Me estaba desangrando, parecía que el corte de la improvisada garra de Seamus-monstruo no me había matado pero si había roto alguna arteria de mi cuerpo.

Seguramente la falna que se me fue entregada por Hermes-sama es una de las razones por la cual aun sigo con vida.

Pero eso ahora no era importante, ignore el dolor y corrí.

Ignore el hecho de ver a alguien desconocido sufriendo, ahora tengo que encontrar a mi hija. A como de lugar tengo que protegerla...

------------ - ¡Juliet cierra los ojos, no mires! - Grite mientas corría.

Estaba asustado, pero a la vez preocupado y enojado. Al parecer las cosas a las cosas se les había salido de las manos.

- ¡Ayuda por favor! - Una niña humana gritaba mientras que movía el cuerpo de inerte de alguien.

La ignore.

Una mujer me agarro de la pierna, y yo solo la patee en el rostro antes que pudiera decir algo. No tenia tiempo para preocuparme por alguien desconocido, ¡Tenia que salvar a mi hija!

Y en ese momento...

¡Pruuuuuumnnnnnmmm!

Una torre de luz a lo lejos fui capaz de ver, y esa era la señal de que un Dios había sido enviado al cielo. Después una segunda, y luego muchas mas.

- ¡No puede ser mierda! ¡Mierda!

- ¡Papa! ¿¡Que esta pasando!?

- ¡No pasa nada Juliet! ¡Solo cierra los ojos! - Grite con desesperación mientras me dirigía hacia la salida de la ciudad.

Debo llegar a tiempo, tengo escapar de este lugar. Y de pronto sentí instinto que me gritaba, algo que salía desde mis mas profundos miedos.

Me gritaba: Huye.

Y entonces....

¡BOOOOOUUURRRGGG!

Mierda, pensé. Rugí enojado, gire mi rostro hacia la explosiona mientras seguía corriendo. Y lo que encontré fue algo impensable, algo realmente malo.

La legendaria torre de Babel se estaba colapsando, no: la destruida torre se estaba desplomando. Parecía que la torre nunca caería, paro callo y un mar de monstruo salieron disparos de el.

Sentí mis pulsaciones congelarse, la tapa que cerraba el calabozo había sido abierta.

- ¡Grrrrr!

- ¡Papa tengo miedo! - Grito Juliet llorando.

- No tengas miedo hija yo estoy aq- ¡Mierda! - Grite soltando abrupta-mente un insulto.

Saque la pequeña daga que tenia amarrada a mi cadera y corte al estrepitoso ataque de un Spartoi. Las huesos del Spartoi y la pequeña daga hicieron contacto.

Y segundos después la daga se rompió. Solté a Juliet y agarre al Spartoi con brusquedad golpeándole repetidas veces.

- ¡Muere! ¡Muere! ¡Muereee!

- ¡Wua-ahhg- ah...

Sentía como los huesos de mis manos se rompían cuando chocaban bruscamente con en cuerpo hecho de huesos del Spartoi.

¿Qué hace un monstruo del los pisos profundos aquí?, pensé levantándome del suelo. Cuando gire en busca de mi hija, encontré a Juliet observando la masa de huesos rotos del Spartoi.

Para luego mirarme, sus expresiones rogaban que le ayudara. Y así lo hice, me acerque a ella y la levante entre mis brazos, pude sentir el dolor de mis huesos rotos, pero mordí mi labio para olvidarme del dolor. Seguir corriendo en medio de los callejones de la ciudad hacia el norte,, para ser mas especifico en los almacenes.

- ¡Willian-san! ¡Muévete! - Escuche gritar...

- ¿Bell...?

- ¡Bell-san! - Grito Juliet.

Ignore la voz de alegría de Juliet y observe incrédulo, Bell Cranel, un aventurero de segunda clase había aparecido en frente a mi. Para cortar en dos el cuerpo de un minotauro de ojos furiosos.

- ¡Ahhhj---Ahhh!

Vi como esquivaba una llamarada, y saltaba para cortar el cuerpo de una ave de fuego que lo estaba atacando como un suporte del minotauro.

- ¿¡Que haces aquí Bell!? ¡Tu deberías estar ya afuera de la ciudad protegiendo a Hestia-sama! - Grite alarmado.

El se acerco hacia mi y dijo - Si, se que debería estarlo. Pero cuando vi que no llegabas al lugar de emergencia cuando esto empezó me preocupe y vine buscándote.

"Lugar de emergencia"

Era una habitación subterránea oculta en los almacenes de la ciudad, el lugar había sido construido por ordenes de Hermes-sama, con la intención de usarse para escapar de la ciudad si la Familia Hestia lo necesitaba.

Me sentí extrañamente aliviado al ver al chico-prodigio. Pero me acerque a el para golpearlo en el rostro, este cayo en el suelo mientras me observava con culpa.

- ¡Luego hablaremos de esta si salimos con vida, debemos irnos ahora!

Y así Bell comenzó a correr a lado mío. No traía su típica amadora, claramente esto nos había tomado desprevenidos. Y si esto le pasa a la Familia Hestia, entonces muy seguramente al resto de Familias también.

Parece que esto no fue planeado por un Dios, creo que es muy rápido para sacar conclusiones ahora, pensé.

Pasamos a lado de calles y ingresamos a callejones, pero al final terminamos luchando en ellos.

Pues la gran mayoría de los monstruos no eran capaces de de ingresar a lugares tan angostos.

Y aparentemente era uno de los pocos lugares seguros-inseguros si querías correr sin ser atacado por algún monstruo.

Sin embargo aun así, la ciudad estaba plagada de monstruos, así que era inevitable tener que pelear con uno.

Pero todo monstruo que apareciera era cortado por la daga oscura de Bell. Cada cierto tiempo salíamos y pasábamos corriendo en medio de alguna calle, lo cual nos dejaba a la merced de los monstruos.

- ¿¡Cuanto falta para salir de aquí!? - Grito Bell cortando el cuerpo de un Lygerfang, este monstruo tigre cayo al suelo transformándose en ceniza, lo raro fue que no dejo ninguna piedra mágica.

- ¡Ya no falta mucho! ¡Tenemos que llegar a los almacenes de la ciudad! ¡Desde ese lugar será mas fácil escapaaar! - Grite esquivando una llamarada y pateando con toda mi fuera el cuerpo de un Lizardman, el cual rápidamente se transformo en ceniza.

- ¡Cuidado! - Gritaban los aventureros

Observe la fuente del grito y vi como mis ojos como las Familias de alguna manera estaban diezmando el ataque del calabozo, parecían estar llenos de esperanza.

Y entonces...

.

.

¡¡¡¡¡¡... BWUAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!

.

.

Un momento después, una explosión masiva sacudió la ciudad, la explosiona había sido mas fuerte que todas las anteriores. Tanto los aventurero que defendían a los ciudadanos, y también los que hacían lo contrario dirigieron sus miradas hacia ese lugar.

–¿¡Qué está pasando!? - Grito un aventurero en la euforia de la batalla contra los monstruos.

.

.

-------------------- ¡CRAAAAKKKK! --------------------

.

.

- E-El su-suelo...

Los candelabros de piedras mágicas parpadeaban, mientras que el fin de una ciudad llegaba.

El calabozo se lamento, no había pasado algo igual hace 3 meses. Los temblores que partían la tierra se hacían cada vez mas fuertes.

-.... ¡WUAAAAAAAANNNGGGGGG!

Con solo un grito, un grito fue suficiente para darse cuenta que habían perdido. Los gritos del Calabozo no eran el "lamento", si no un gran grito de euforia y emoción pura.

Mientras que todos los espectadores miraban tal escena con un miedo inconmensurable.

- N-No p-puede ser - Un aventurero de pelo blanco susurro.

–A... ¡¡Aaaaaaaaaaa!

- ¡C-CORRAAAN!

Había comenzado, el Calabozo no dijo nada mas. Solo soltó una ultima risa para dejar que la desesperación misma destruyera la ciudad que había tomado a tantos de sus hijos.

Se había hartado ver como muchos de sus hijos perdían la vida, por esos inmundos seres mortales. Ahora seria su turno...

Su turno...

Un extraño banquete había empezado, primero comenzaría con Orario como un simple aperitivo, y el mundo seria como su gran plato principal.

Pues ya era hora de un gran cambio...

Y recuperar lo que por derecho era suyo...

.

.

---------- ¡La era del calabozo había empezado!

.

.