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Chapter 5 - Capítulo 2

Narra Mer:

Lunes a las 7 a.m.

Escucho el sonido del despertador, marcando las 7 a.m. me levanto de la cama para ir al baño y hacer mis necesidades, cuando entro, giro la mirada a mi derecha, en dirección al espejo, ahí mismo me percato de el aspecto a zombie que tengo, pelo despeinado, unas ojeras muy notorias, y no podía faltar la cara de pocos amigos. Comienzo a quitarme la topa rápido y darme una ducha caliente de diez minutos. Salgo y me cambio con la muda de ropa que deje en arriba del canasto de la ropa sucia.

Bajo para preparar el desayuno a mis hermanos, papá y mamá ya se fueron al trabajo. Llamo a Derek y Anna para que bajen a desayunar. Preparé café, unas tostadas con manteca y mermelada de frutilla con jugo de naranja. Terminamos todo, levantan los platos y los lavan. Me encamino a la puerta para agarrar las llaves del auto y llevarlos a sus respectivos lugares. Yo entro un toque tarde porque faltó una profesora, entonces me da tiempo.

Bajan las escaleras con sus mochilas y salen para entrar al auto, donde ya los estoy esperando. Paro en un semáforo y me propongo a poner un poco de música para aliviar el ambiente. Se empieza a escuchar The Nights de Avicii. Qué año era ese, no había preocupaciones, que lindos recuerdos.

--One day my father, told me "Son, don't let it slip away"--.Empezó a cantar Derek al lado mío.

--He took me in his arms, I heard him say "When you get older Your wild heart will live for younger days Think of me if ever you're afraid"--.Le sigo cantando a todo pulmón, miro por el espejo retrovisor a mi hermana, esperando a que cante la mejor parte.

--He said: "One day you'll leave this world behind, So live a life you will remember"--.Cantó fuerte con una sonrisa.

--My father told me when I was just a child, "These are the nights that never die", My father told me--.Cantamos los tres al mismo tiempo y riendo felices.

Después de 5 minutos dejo a mis hermanos en la escuela, me despido de ambos y prendo mi viaje a la Universidad, aparco en el estacionamiento y voy a una cafetería a esperar que sea la hora. El lugar es hermoso, tiene cinco mesas afuera, dos masetas medianas a cada lado de las ventanas. En uno de los ventanales tiene escrito el nombre del local, adentro hay una barra enorme con banquillos mirando hacia afuera. La mesada dónde la gente es atendida, una pizarra gigante con cada batido, café, etc. En la pared dónde estoy sentada yo, están los dibujos de famosos, deportistas, etc.

Las puertas se abren, consiguiendo que la campana suene, indicando, nuevos clientes. Siento la presencia de dos personas, levanto la mirada para comprobar quienes son, mis amigos, les dedico una sonrisa diminuta. Hablamos por un rato, hasta que nos tuvimos que ir, ya que estaba por empezar la siguiente clase.

***

Odio los lunes, además, anoche no dormi muy bien, tengo ese pinchazo en la espalda otra vez, también en la cabeza, se vé que no es mi día de suerte. Salgo de mi última clase, son las 14:45 p.m. voy a la salida, me encuentro con uno de mis mejores amigos, Kiefer Achenbach, no es de Argentina, como lo podran ver, es de Alemania, pero por lo que nos contó, hizo el intercambio en secundaria, le gustó mucho Bariloche, tanto que volvió para hacer la Universidad acá. Nos saudamos con un abrazo muy fuerte, le prometí llevarlo a su casa, ya que su auto lo dejó en el taller y no se lo dan hasta dentro de dos semanas, espero que cumplan, porque te dicen una cosa y después termina siendo otra.

Estamos saliendo del estacionamiento para tomar un atajo hacia su casa, siempre a está hora hay un tráfico, por eso prefiero venir caminando que en auto, pero me da flojera despertarme un toque más temprano para caminar hasta la universidad. El trayecto fue corto, todo por la música, no me pueden negar que es vida, te lleva a otro mundo a un hermoso universo. Luego de manejar por diez minutos, aparco enfrente de su casa, se despide con un beso y abrazo. Espero a que entre y allí emprendo viaje a mi casa.

Se me hizo eterno, porque intente evitar el tráfico, pero no lo logré. Estoyasí parada por varios minutos, hasta que porfín los autos avanzan, y a un parde cuadras veo mi casa. Cuando llego estaciono el auto en el garaje, luegocamino hacia adentro, en dirección al cuarto, poder cambiarme y ya estar listapara mi primer día trabajando en la cafetería, estoy súper emocionada, elmensaje me llegó en la clase de matemática, por lo menos eso me alegro toda lamañana y lo que resta del día, obvio.

Preparo algo de comer y dejarles todo listo a mis hermanos, le toca a Anna buscar a Derek, mientras tanto yo como tranquila, termino después de unos minutos. Camino en dirección a mi cuarto por el teléfono, le mando un mensaje a Laurel, avisándole que ya estoy yendo para el local. Salgo de casa, voy al garaje, entro al auto y prendo viaje a mi trabajo.

Después de manejar por veinte minutos, llego a la cafetería, en la puerta me espera Laurel con una sonrisa. Lo primero que me dijo cuando entramos fue que debía limpiar los baños y acomodar un par de pedidos que recién habían llegado. Me dirijo al cuartito que dice sólo empleados. Simplemente me cambio la remera por la camisa con el logo del lugar y un delantal en la cintura. Salgo para buscar las cosas de limpiezas y limpiar el baño, las mesas, el mostrador y demás. Cuando estoy terminando, se me acerca una mujer de mediana edad.

--Hola querida, hace unos minutos hice mi pedido, pero están tardando muchísimo--.Dijo con una sonrisa y un poco apurada.

--Ahora pregunto si falta mucho para su pedido--.Le dedico una sonrisa tranquilizadora, para no mostrar mi nerviosismo.

Voy a la cocina y veo que las dos chicas estaban hablando muy tranquilas, me acercohasta ellas y les cuento que la señora estaba esperando su pedido hace mediahora. Simplemente me dan un asentimiento, yo vuelvo a lo mío, limpiar. Veo desdemi lugar como le llevan su comida. Se me escapa una sonrisa, no lo sé, pero merecuerda a mi abuela, por parte materna.

Y así pasaron las horas en el trabajo, limpiar y organizar.

Se hicieron las 19:45hs. Terminó mi primer turno. Estoy feliz. Ya me avisaron que cada fin de mes a mi cuenta bancaria me llegaría mi sueldo.

Busco mis cosas para despedir a las chicas e irme para casa. Entro al auto y lo enciendo para comenzar el trayecto a mi dulce hogar.

Cuando llego dejo las cosas en la entrada para luego dirigirme a la cocina por un poco de agua. Me encuentro con mi padre intentando no caerse del banquillo y al mismo tiempo limpiando la parte de arriba de los estantes. Aunque casi se cae por mi culpa, ya que le he dado un buen susto, reprimo la risa que se me estaba apunto de escapar, el simplemente me dedica una mkrada reprovatoria, pero divertida a la vez.

--¿Cómo te fue?--. Preguntó bajando del banquillo.

--Fue tranquilo, no voy a negar que no es muy lindo limpiar los baños, pero todo sea por estar ahí, mi meta es tener mi propia cafetería--. Empiezo a contarle una de mis metas con tono alegre.

--Me alegro por ti, bueno, me voy a la cama, últimamente estoy muy cansado.

--No será la edad papá?--. Me dedica una mirada asesina. Aguanto la risa, pero no por mucho.

--No me provoqués Aceituna.

"Tampoco soy tan petisa."

Antes de poder responderle, la puerta ya se había cerrado. Igual no se me hace raro que este tan cansado, si todo el día se la pasa haciendo muchísimas cosas. Una de ellas es, hockey subacuático. Puede sonar raro, pero es verdad.

Salgo de mi mundo para ir a mi cuarto. Lo primero que hago es, sacarme mis zapatillas, las coloco en el guardazapatos, para luego colocarme el pijama y estar cómoda antes d comer.

Me siento en mi escritorio y prendo la computadora para hacer algunos deberes que nos mandaron. Estoy así hasta que escucho golpes en la puerta. Escucho a mamá decir que la comida ya está hecha. Dejo todo como está y bajo al comedor.

Ya todos están sentados en la mesa, veo a Derek intentando ocultar que dio un mordisco a la carne. Es tan tierno.

"Si, tierno, ya quisieras."

De vez en cuando se comporta como un Diablillo.

"Mejor ducho, un terremoto."

Me río mentalmente. Aveces amo mis pensamientos.

Me siento en mi lugar. Así transcurre la cena, con risas, anécdotas y algunas ocurriencias, por el menor de la familia, alias, Terremoto.

Estoy yendo otra vez al cuarto para seguir con todo lo de la escuela y después dormir, descansar de este lunes.

Y así pasaron los dias consecutivos. Estudiando, trabajando y soportando los berrinches del menor y los apodos graciosos de mi padre.

Es jueves a la noche y me encuentro en la cama viendo el celular, aburrida. Pero llegaron mis ángeles a salvarme, mis amigas. Este viernes hay una fiesta, a las once de la noche. Obviamente acepte. Necesito relajarme, luego de tanto estudio. Les digo un par de cosas más y me despido. Pongo a cargar el celu en la mesita de luz. La suerte está de mi lado, ya que avisaron por un correo que entramos más tarde, porque falta la de comunicación y matemática. Feliz.

Siento mis párpados pesar y caer en los brazos de morfeo.