Demiurgo caminaba contento a través del 9no Piso del la Gran Tumba Subterránea de Nazarick.
La sensación de regresar después de mucho tiempo era probablemente algún tipo de ilusión. Después de todo, volvía a este lugar de cuando en cuando, y el mayor periodo de tiempo que había pasado fuera de aquí era de dos semanas como máximo. Por lo tanto, su error de percepción se debía claramente a la alegría que sentía al caminar por este lugar.
Su estado de ánimo se elevaba mientras más se acercaba a su objetivo.
Demiurgo no les prestó atención a los guardias que Cocytus había apostado a cada lado de la puerta mientras ajustaba su corbata e inspeccionaba su apariencia. Naturalmente, en todo momento le prestaba atención a esto, pero no quería que su amo viera ningún aspecto de él que fuera menos que inmaculado.
Luego de una muy seria inspección de su aseo personal, Demiurgo llamó a la puerta de la habitación.
Una de las sirvientas abrió la puerta, asomando la cabeza para ver quién llamaba.
Demiurgo quería intentar espiar y obtener una mirada de su amo a través de la abertura, pero no podía hacer nada así de embarazoso.
"¿Podría saber si Ainz-sama se encuentra en su habitación?"
"Mis más sinceras disculpas, Demiurgo-sama. Ainz-sama no está dentro."
Su estado de ánimo acababa de desplomarse, pero no dejó que se mostrara en su rostro.
"Ya veo. Entonces, ¿a dónde ha ido Ainz-sama?"
"Mis más sinceras disculpas, lo desconozco… Sin embargo, Albedo-sama podría saber algo sobre ello."
Ella estaba en lo cierto.
"Vaya. Entonces, ¿en dónde se encuentra Albedo en este momento?"
"Se encuentra en esta habitación."
Demiurgo sabía que Albedo usaba la habitación de su amo como su cuarto de trabajo. «No puedes usar simplemente el cuarto que te fue asignado», casi siempre pensaba eso, pero luego de tomar en cuenta la personalidad de Albedo, terminó quedándose callado. Lo más importante era la aprobación de su amo. Con eso, no había nada más que él tuviera que añadir.
"¿Está trabajando? …¿Podrías ayudarme a verificar si es un momento adecuado para hacerle una visita?"
"Entendido."
La puerta ante él se cerró. Un momento después, se abrió de nuevo.
"Por favor pase, Demiurgo-sama."
Demiurgo le agradeció a la sirvienta y luego ingresó. Ante sus ojos se encontraba la Supervisora de los Guardianes, sentada en una silla frente al escritorio de su amo.
Movió los ojos, que estaban mirando hacia abajo, y se percató de Demiurgo.
"Hace tiempo que nos vemos, Albedo."
"Ah, Demiurgo. Has estado trabajando duro en el exterior. ¿Qué sucede hoy?"
"Sí. Está relacionado al asunto en el Reino Sagrado. Planeaba obtener permiso para las fases finales del plan. Necesitaré un Doppelganger… ¿dónde está Ainz-sama?"
"Está algo lejos. Dudo que pueda regresar rápidamente…"
En otras palabras, no estaba en E-Rantel, reflexionó Demiurgo. De otra forma, ella no lo habría descrito de forma tan extraña.
«Eso es un poco inconveniente. Entonces, llevaré a cabo los trabajos preparativos en el 7mo Piso hasta el regreso de Ainz-sama.»
«Si es urgente, ¿no podrías comunicarte usando 「Mensaje」?»
Demiurgo frunció el ceño, y observó la expresión de Albedo.
Estaba mostrando su sonrisa usual, pero el perceptivo Demiurgo detectó otra emoción en ella.
No habría problemas si sólo estaba jugando con él.
Demiurgo intentó estudiarla con rapidez, pero no pudo entenderla con tanta profundidad.
Le dolió, pero por otra parte, ésta no era una competición en primer lugar.
Entre las personas de Nazarick, los únicos dos a los que no podía comprender exactamente eran a su amo y a Albedo. Los había puesto a un lado como excepciones extraordinarias por el bien de su propia paz interior.
Demiurgo se encogió de hombros.
«No es tan urgente. Si Ainz-sama regresa mañana, yo mismo le informaré.»
«Ainz-sama no mencionó cuanto tiempo estaría fuera. Podría tomar un largo tiempo.»
«Entonces, iré al lado de Ainz-sama, Albedo. No es un asunto que requiera del uso de 「Mensaje」.»
«¿Ara? ¿Y a qué se debe eso? Si es verdaderamente importante, ¿lo más leal no sería informarle tan pronto como sea posible?»
El contexto de la sonrisa de Albedo había cambiado. Antes, era su habitual sonrisa falsa, pero ahora era una sonrisa perversa y de intimidación. Debía tener algún tipo de mala intención en mente.
Parecía que había algo que quería decir sin importar qué.
Qué cansado, pensó Demiurgo mientras exponía sus razones.
«Deseo demostrarle mis logros a Ainz-sama, así que no quiero hacer uso de ese tipo de métodos para contactarlo. Aunque puedo recibir sus elogios a través de un 「Mensaje」, al final, sigo prefiriendo oír su voz en persona. Eso es todo… ¿No es ése el sueño compartido por todos en Nazarick?»
«Mm, ciertamente, Demiurgo. Es como dices. Cualquiera sentiría lo mismo.»
«Entonces, ¿a dónde ha ido Ainz-sama?»
«Ah ido a visitar el Reino Enano, sobre el cuál poco se sabe y que no ha entablado contactos diplomáticos hasta ahora. Por lo tanto, no sabemos cuánto tiempo tomará.»
«¿Quién lo acompaña?»
«Shalltear y Aura.»
Eso sonaba bien en términos de fuerza de combate. Sin embargo, en otros aspectos era preocupante.
Aura estaba bien. Todo lo que tenía que hacer evitar molestar a Ainz-sama. Sin embargo, el rostro de la otra persona apareció en la mente de Demiurgo.
«Aun así, al llevar a Shalltear con él, ¿pretende destruir el Reino Enano?»
Mare habría sido una mejor alternativa para negociaciones verbales. Por lo tanto, esa elección había sido hecha por otras razones.
«—¿Qué están haciendo los otros Guardianes?»
«Cocito está administrando el lago. Mare está construyendo una mazmorra a las afueras de E-Rantel. Sebas está llevando a cabo sus deberes en E-Rantel. Aunque no sé lo que pretende Ainz-sama, el hecho de no haber llevado un ejército sugiere una visita pacífica, ¿no es así?»
«…No hay información suficiente para eso. ¿Por qué Ainz-sama quiso ir al Reino Enano?»
«Demiurgo. No podemos predecir los pensamientos de Ainz-sama.»
Era tal como había dicho Albedo.
Su amo, Ainz Ooal Gown, era el supremo gobernante de Nazarick. Alguien que ocultaba incontables estratagemas dentro de un solo movimiento de una pieza de ajedrez. Demiurgo —que había sido creado con talentos sobresalientes— ni siquiera con los brazos en alto podía esperar llegar a las suelas de su brillantez. Era un error intentar entender las motivaciones de su amo.
Claro que, sentir lo que su amo quería y hacer preparativos con eso en mente era una señal de lealtad.
(Si no trabajo lo suficientemente duro…)
Mientras Demiurgo reforzaba su convicción una vez más, Albedo tomó una hoja de pergamino de la mesa.
«Esto vino ayer del Imperio. Lo abrí luego de recibir el permiso de Ainz-sama a través de un 「Mensaje」. Contiene una oferta de vasallaje de parte del Imperio. Los detalles exactos para convertirlos en vasallos serán finalizados luego.»
Demiurgo estaba atónito. Esto había sucedido mucho antes de lo que había previsto.
«¿Qué es esto? De acuerdo a mis predicciones, el Imperio sólo debería haberse ofrecido de vasallo luego de la destrucción del Reino…»
«Ése es el resultado de la visita de Ainz-sama al Imperio.»
«Esto es… Era de esperarse de Ainz-sama…»
«Dime, Demiurgo. ¿Realmente pensabas que el Imperio se convertiría en vasallo únicamente después de que lo hiciera el Reino?»
«Por supuesto. Fue así como lo planeé.»
«¿Sin importar los métodos que usaras?»
«…¿Qué intentas decir?»
«Ainz-sama mencionó tu nombre con frecuencia. Lo hizo en el contexto de '¿Demiurgo se ha comunicado contigo? Entonces todo debería estar bien'. En otras palabras, había algo sobre ti — sobre tu plan que él no podía aceptar.»
«Qué dices… Albedo, ¿por qué no me lo dijiste antes? Si ése es el caso—»
«¿Si qué es el caso?»
Demiurgo no podía hablar.
«…Déjame preguntártelo de nuevo. ¿No había otra manera de convertir en vasallo al Imperio antes que al Reino?»
«…La había. Sin embargo, habría requerido la intervención del mismo Ainz-sama. Sería vergonzoso que un subordinado sugiriera ese tipo de plan de acción. Además, sentí que se necesitaría ejecutar muchas otras acciones —requiriendo por lo menos un mes— para lograr generar un levantamiento violento en una ciudad grande. Siendo así, creí que sería mejor comenzar por subyugar al Reino y luego aplicar presión en otras áreas… ¿cuánto le tomó a Ainz-sama?»
«Yo estaba en el Reino, así que no estoy segura, pero creo que fueron tres días como máximo.»
Los ojos de Demiurgo se abrieron.
Eso era demasiado rápido.
¿Cómo había demostrado su poderío de subyugación? ¿Cómo había quebrado la voluntad del Emperador, que buscaba aliarse con las otras naciones?
Aunque Demiurgo había preparado un plan perfecto que imposibilitaría cualquier movimiento del Emperador, su amo parecía haber elaborado una intriga que superaba incluso a eso.
«¿Tres días? Cómo lo hizo…»
«Por cierto, casi no hubo muertes.»
Su boca abierta se sentía como si acabara de ser taponada. Todo lo que sentía era un desborde imparable de admiración y respeto por el gobernante absoluto. Era como la Muerte misma; acechando en silencio a espaldas del Emperador y luego aplastando su corazón.
Los temblores que sintió hace un instante se esparcieron desde la cima de su cabeza hacia el resto de su cuerpo. Alegría salvaje, admiración, miedo y respeto se entremezclaron en su interior, y esta compleja mezcla de emociones hizo temblar sin control a Demiurgo.
«Era, era de esperarse de Ainz-sama. Alguien como yo no podría esperar siquiera acercarse a él. En verdad es un amo incomparable y perfecto. Nadie más podría haber dirigido a los Seres Supremos. No puedo evitar sentir envidia de Actor de Pandora, aunque sólo sea un poco.»
Albedo rio; su sonrisa, llena de superioridad.
Debía de ser el sentimiento de superioridad que una mujer sentía cuando se le ordenaba amar a un hombre así de maravilloso.
«Además, Ainz-sama nos ha ordenado decidir cómo manejar el vasallaje del Reino.»
«¿Nos lo ordenó? ¿Por qué?»
«¿No es obvio? Muchos de los desarrollos en este campo se deben al uso de tu plan, Demiurgo. Incluso así, Ainz-sama no te dijo nada y llevó a cabo el vasallaje del Imperio con su propio plan. Por este motivo, le dolía el corazón.»
Demiurgo no podía entender eso. Tal vez si su amo estuviera molesto con su incompetencia, podría entenderlo. Pero no esto.
«…¿Por qué? No lo entiendo.»
Ahh~ Albedo suspiró cansada.
«Es porque confía en ti. En otras palabras… cómo puedo decir esto. Tú deberías poder entenderlo con esa mente que tienes, pero probablemente es así: No seguir tu plan equivale a dudar de tus habilidades. Ainz-sama esperaba que te comunicaras porque no quería hacer eso. Sin embargo, Ainz-sama sintió que te estabas preocupando mucho por él. Por lo tanto, sus acciones independientes fueron para decirte, 'no te preocupes por mí', eso creo.»
Ésa era una respuesta que Demiurgo podía aceptar. No, sería mejor decir que no había otra respuesta sino ésa.
«Esto verdaderamente es…»
Demiurgo agachó la cabeza, avergonzado. Al mismo tiempo, se llenó de dicha al darse cuenta de la forma en que su amo había pensado en él.
«Demiurgo. Debemos trabajar para pagar la bondad de Ainz-sama.»
«Por supuesto, Albedo.»
Demiurgo estaba emocionado.
«¡Para cumplir las expectativas de Ainz-sama, terminemos el plan de vasallaje del Reino por él antes de que regrese!»
«Ciertamente. Ainz-sama ha ido en persona, así que debe haber muchas intrigas aguardando. Seguramente estará ocupado una vez que regrese del Reino Enano.»
Demiurgo sonrió.
«En efecto, Albedo. En efecto.»
– FIN DEL VOLUMEN 10 –