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Chapter 190 - Capítulo 2: El Reino de Re-Estize (Parte 2)

Se había estimado que los enviados del Rey Hechicero tomarían alrededor de una semana para viajar de E-Rantel hasta la Capital Real.

Hoy era el séptimo día. Si todo iba de acuerdo al plan, los enviados llegarían hoy.

Zanac, vestido en una armadura a la que no estaba acostumbrado, estaba de pie alineado con sus caballeros en las puertas de la Capital Real que daban a E-Rantel.

El clima nublado de los últimos días se había aclarado, como si hubiera sido un chiste, y el cielo era la imagen misma de la primavera.

Sin embargo, uno podía seguir viendo una cubierta de nubes a la distancia. Parecería que el azul celeste del cielo sólo se limitaba al aire directamente encima de la Capital Real.

Este tipo de escenario era bastante extraño. De hecho, el meteorólogo de la Capital Real gritaba, Esto es imposible al mismo tiempo que se rascaba la cabeza.

Él había trabajado en el Palacio Real desde hacía ya mucho tiempo, y podía predecir el clima del siguiente día con una exactitud de más del 90%. Por lo tanto, cuando declaró que esto era imposible, eso implicaba que este cielo azul era cualquier cosa excepto natural.

Zanac suspiró profundamente bajo su casco.

Él nunca había oído sobre magia de control de clima de sus profesores. Sin embargo, el Rey Hechicero bien podría ser capaz de usar tal magia con despectiva facilidad.

Los hombres de Zanac no sólo no eran hábiles en el campo de la magia, sino que carecían de cualquier conocimiento de otros fenómenos extraños. Esto le producía dolor de cabeza. Más precisamente, se debía a que dependía demasiado del Marqués Raeven.

El Marqués había reunido y compilado el conocimiento de sus aventureros, y lo llamaba el Manuscrito del Tigre. Éste contenía información sobre diversos tipos y formas de ítems mágicos, sobre los tipos de monstruos y sus poderes, sobre varios hechizos, y más.

Hasta ahora, él lo había compartido gratuitamente con Zanac, su aliado. Sin embargo, ya que Raeven no estaba más en la Capital del Real, el Manuscrito del Tigre, naturalmente, había partido con él.

Zanac había intentado buscar a los nobles que habían aprendido de los aventureros, como lo había hecho Raeven, pero lamentablemente, no hubo ninguno. Esto no se debía a que los nobles fueran estúpidos, sino a que vivían en mundos completamente diferentes de aquellos aventureros. Aunque algunos nobles contrataban aventureros, eso era únicamente para hacer uso de su fuerza. Los nobles no estaban interesados en el mundo de los aventureros o en las noticias que ellos tenían.

Los nobles siempre habían sido así a través de los 200 años de historia del Reino. Desde ese punto de vista, Raeven era bastante atípico.

(Probablemente es difícil encontrar aventureros retirados — especialmente aquellos de rango de mithril y superiores.)

Él había oído que los aventureros odiaban las cosas molestas como la política. Ciertamente, una vez que uno ingresaba al mundo de la política, uno perdería la libertad que tenía. ¿Habría aventureros como esos que quisieran trabajar para él luego de retirarse?

El corazón de Zanac se hundió cuando pensó en eso.

—¡Mi Príncipe!

El grito del caballero a su lado hizo que Zanac recobrara sus sentidos. Miró al final del camino — y los vio.

Pudo comenzar a divisar a los enviados del Rey Hechicero.

Antes de esto habían ejercido presión para cerrar esta calle por el día, aislándola del tránsito. Como resultado, nadie sacaría la cabeza por las puertas a espaldas de ellos. Las puertas de la ciudad también habían sido cerradas sólo por hoy.

Muy bien, repasemos esto nuevamente. Los trataremos como dignatarios extranjeros. Intentar cualquier cosa con los enviados del Reino Hechicero es una grave ofensa. Será castigada con una ejecución sumaria.

¡Sí Señor!

Los caballeros alineados respondieron vehementemente, y las espadas en sus cinturas produjeron un sonido nítido y claro, todas al mismo tiempo.

¡Muy bien! ¡Entonces, muéstrenles el mayor respeto, e impresiónenlos con la gloria del Reino!

¡Sí Señor!

El grupo permaneció absolutamente inmóvil hasta que los enviados llegaron.

En poco tiempo, la vanguardia de los enviados los alcanzó.

Era un caballero de armadura negra montando un unicornio de ojos rojos, cuyo cuerpo era negro azabache y que llevaba dos cuernos en la cabeza. Uno podría imaginar que el jinete no era humano. Emanaba un aura de peligro mortal, tan radiante como el sol. Su armadura de cuerpo completo vibraba como si estuviera viva.

Zanac podía sentir a su caballo temblando debajo de él.

La cosa apretó un guantelete con garras y golpeó su pecho.

¡Disculpas! ¡Somos los enviados del Reino Hechicero de Ainz Ooal Gown!

Esa voz se podría comparar a una melodía producida por instrumentos podridos. Sólo con escucharla hacía que se les pusieran los pelos de punta. Zanac reunió coraje para eliminar su miedo, y entonces habló.

¡Soy el Segundo Príncipe del Reino de Re-Estize, Zanac Varleon Igana Ryle Vaiself! ¡Por órdenes de Su Majestad, guiaré a su grupo hacia el Palacio Real! ¡Por favor sigan detrás de nosotros!

Entendido. Entonces, haremos uso de su guía. Éste— perdónenme, éste no posee un apellido, pero por favor permitan que éste se presente a sí mismo usando el nombre de su especie. Éste es un Cavalier de la Muerte.

Zanac miró embobado por un momento cuando oyó el nombre de su especie, pero respondió de inmediato para no ofender por la demora.

¿Entonces, podría referirme a usted como Cavalier-dono?

Sería un honor ser llamado así.

Ya veo. Entonces, ¿podría conocer al líder de los enviados? Como el Segundo Príncipe, soy también responsable por las acciones de dicho líder dentro del Reino. Si fuera posible, me gustaría explicarle las circunstancias a su líder.

Entendido. Éste transmitirá su mensaje a nuestro líder-dono.

Tiene mi más sincero agradecimiento.

Con eso, el escolta se retiró a presentar su reporte.

Aunque todo el proceso parecía ridículo a veces, él se encontraba frente al Reino Hechicero, después de todo. Era una nación que controlaba no-muertos y que hacía uso de monstruos, así que lo mejor sería asumir que las formas normales de hacer las cosas no eran aplicables aquí. Se sintió estúpido por esperar siquiera que el líder de los enviados tuviera una forma vagamente humana.

Ahora entonces, no dejen que sus rostros traicionen sus emociones, todos. No podemos permitirnos hacer nada que pudiera ofenderlos.

¡Sí Señor!

Mientras oía la respuesta de los caballeros, Zanac puso fuerza en su estómago.

Los enviados habían pasado a través de varias poblaciones en su camino para llegar aquí, que era la forma en la que Zanac supo de la composición del grupo.

Había cinco carruajes.

Cada uno jalado por un monstruo con forma de caballo que irradiaba un aire poco auspicioso. Luego, estaban los monstruos encargados de la seguridad del perímetro y numerosos Cavaliers de la Muerte. También había otros monstruos además de ellos.

Zanac no estaba seguro de los nombres de esos monstruos o de que tan peligrosos eran. Sin embargo, no importaba si lo sabía o no, sus deberes serían los mismos. Ya que eran enviados despachados por el Rey Hechicero, no podía permitir en absoluto que les mostraran algún comportamiento grosero.

Un Cavalier de la Muerte —probablemente el mismo de hace un momento— se acercó a él desde el lado de los enviados.

Perdone por la larga demora. Nuestro líder-dono — la mano derecha del Rey Hechicero Ainz Ooal Gown, Albedo-sama, ha aceptado reunirse con usted. Zanac-dono, por favor, proceda por aquí.

Luego de darles una señal a los otros caballeros para que mantengan sus posiciones, Zanac guió a su caballo detrás del Cavalier de la Muerte.

En verdad, era bastante aterrador.

Después de todo, Zanac se estaban moviendo entre monstruos que nunca antes había visto.

Aun así, seguía teniendo su orgullo como miembro de la Familia Real. Zanac pronto sería Rey, y ya que necesariamente tendría que reunirse con los emisarios del Rey Hechicero, tenía prohibido deshonrarse a sí mismo. En lugar de eso, era ahora cuando tenía que demostrar sus habilidades, y dejar que vuelvan a casa con noticias sobre la gente talentosa del Reino de Re-Estize.

El caballo de Zanac no podía dejar de sudar frío mientras se acercaba al carruaje. Zanac desmontó, de pie frente al carruaje.

Entonces, ésta es la líder del grupo de enviados, Albedo-sama.

¿Qué tipo de monstruo se presentaría a continuación? Zanac forzó su expresión a mantenerse ecuánime.

La puerta se abrió lentamente y una figura humana emergió lentamente.

Lo que vio allí — era hermoso.

No, Zanac no podía pensar en un adjetivo que pudiera ser mejor para describirla. Lo único que le vino a la mente fue belleza de clase mundial.

No era posible que alguien en este mundo pudiera poseer una belleza comparable a la de Renner. Eso es lo que Zanac había creído hasta ahora, pero entonces se dio cuenta que estaba equivocado. Si Renner era una belleza radiante, entonces Albedo era una belleza hechizante, con matices oscuros.

Albedo se paró en el estribo del carruaje. El ligero sonido de sus tacones trajeron a Zanac de vuelta a la realidad.

Zanac se arrodilló de inmediato ante ella y agachó la cabeza.

Se podría pensar que era vergonzoso que un príncipe de la familia real estuviera arrodillándose ante cualquiera, incluso si se trataba de un emisario de otra nación. Sin embargo, luego de tomar en cuenta la diferencia de poder entre el Reino y el Reino Hechicero, ésta era la forma adecuada de proceder. Lo que el Reino requería no era gloria, sino beneficios concretos.

¿Podría por favor levantar la cabeza?

La suave y adorable voz le habló por sobre su cabeza.

Al instante.

Cuando miró hacia arriba, la cara de la bella doncella era toda sonrisas mientras lo miraba con ternura desde arriba.

Ésta era la actitud practicada que un hombre superior asumiría — no, ¿era ella siquiera humana?

Zanac movió la mirada para estudiarla. Primero, ¿esas alas en su cintura eran ítems mágicos, o algo más? Y de manera similar, los cuernos curvándose a cada lado de su cabeza.

Ya sea que fueran ítem mágicos o si ella en realidad era una criatura heteromórfica, ninguna de esas cosas parecían particularmente extrañas cuando tenía en cuenta que ella venía del Reino Hechicero.

Soy la emisaria del Reino Hechicero de Ainz Ooal Gown, Albedo. Aunque es sólo por unos días, les causaremos algunas molestias. Levántese, Príncipe-dono. Ciertamente no puede continuar hablando estando arrodillado.

Tiene mi profundo agradecimiento.

Zanac se puso de pie, y entonces se le presentó un problema.

Aunque había aprendido a través de la conversación que su nombre era Albedo, ¿era eso realmente todo?

En el Reino —y en el Imperio— los plebeyos tenían dos nombres, los nobles tenían tres, y las personas con títulos poseían cuatro. En el caso de la familia real, ellos tenían cuatro nombres — además de sus títulos para hacer un total de cinco nombres.

Era por esto que Jircniv Rune Farlord El-Nix y sus cuatro nombres era ridiculizado por no ser en verdad de la realeza. Sin embargo, un nombre como Albedo sonaba como un alias o un sobrenombre. Era imposible que uno fuera tan tonto como para llamar a un miembro de la nobleza con tal apelativo.

Aunque él podría estar preocupándose innecesariamente, no podía estar seguro de que tal situación no ocurriría.

La razón por la que pensaba esto se debía a que muchos nobles habían muerto en el anterior campo de batalla. No eran sólo los jefes de familia los que habían perecido, sino incluso los primeros herederos de algunas familias. Actualmente, muchas familias nobles eran dirigidas por los reemplazos, los hijos segundos o terceros.

Los reemplazos eran reemplazos. Nadie esperaba mucho de esos nobles. No sólo carecían de clase, sino que también carecían de conocimientos. En pocas palabras, carecían de la educación adecuada.

Bajo circunstancias normales, ellos habrían sido educados adecuadamente por los altos cargos en sus facciones, pero la guerra anterior significaba que ya no tenían los recursos humanos necesarios para tales esfuerzos. Como resultado, mucha gente incompetente había sido obligada a subir al escenario central, y esos incompetentes se reunían juntos para formar facciones incompetentes.

Actualmente, la clase de la nobleza del Reino se había desplomado, gracias a estas personas. En este momento crucial, ¿podían reunirse con una mujer como Albedo con la etiqueta apropiada?

…Perdóneme, pero, ¿podría saber cómo debería dirigirme adecuadamente hacia usted, Albedo-sama?

Ésta era una pregunta un tanto irrespetuosa.

Normalmente, él debería haber preguntado, Qué título ostenta entre la nobleza, Albedo-sama, o tal vez ¿Cuál es su posición en el Reino Hechicero?

El problema era, que ella podría responderle con, ¿Ni siquiera sabe el rango de un emisario de su país vecino?

Sin embargo, eso era culpa del Reino Hechicero.

Después de todo, a través de sus fronteras no fluía ninguna información sobre el Reino Hechicero. Aunque habían declarado su propia soberanía desde hace ya varios meses, ellos se habían limitado en gran medida a sus asuntos internos. Ésta era la primera vez que participaban de relaciones diplomáticas por iniciativa propia.

Todo lo que Zanac sabía sobre Albedo era que ella era la líder de los enviados, así como la mano derecha del Rey Hechicero.

(El Imperio probablemente lo sabría… pero no nos dijeron nada… Bueno, cualquiera que haya pedido que usen ese tipo de hechizo sobre nosotros debe odiarnos hasta los huesos.)

Como si sintiera sus preocupaciones, Albedo respondió:

Aunque podría no ser aparente, he sido designada como la supervisora que comanda a todos los Guardianes de Piso y de Área dentro del Reino Hechicero de Ainz Ooal Gown.

Ohh, ya veo.

Él dijo eso, pero no tenía idea de lo que significaba ser la supervisora. Adicionalmente, estaba completamente perdido en relación a los Pisos de los que había hablado ella.

Albedo continuó hablando, luego de aparentemente percatarse de la confusión que ocultaba.

En efecto. Soy la segunda al mando de Ainz-sama— no, debería decir, del Rey Hechicero, la Supervisora de los Guardianes. ¿Tal vez eso sería más apropiado?

¡Ohhh, entonces así es como era!

(Ainz-sama, parece ser que es lo suficientemente cercana para dirigirse a él de esa manera. ¿Así que es una marquesa, no, tal vez una duquesa? Necesito hacer llegar esta información a los otros. Pero de todos modos, ¿Supervisora… de los Guardianes?)

Entonces, Albedo-sama, permita que escolte a Su Merced al Palacio Real. Hay suites en la Capital Real en las que espero tome residencia por lo pronto. Mi padre — el Rey Ranpossa III es de edad avanzada, así que me asignó la tarea de reunirme con usted en las puertas de la Capital. Le ruego pueda perdonar esta ofensa.

Está bien.

Su sonrisa no había cambiado para nada.

Normalmente, ella debería estarle agradeciendo al Príncipe. Sin embargo, él podía sentir claramente cuál de los grupos era el superior en su actitud.

La espalda de Zanac estaba empapada en sudor frío. Esto se debía a que entendía que forjar buenas relaciones con ellos probablemente sería una tarea muy difícil.

…Adicionalmente, normalmente tocaríamos las campanas en celebración, pero el desafortunado malentendido entre nuestros países nos llevó a la tragedia, así que por favor perdónenos por no hacerlo. Además, la gente común no sabe aún de su llegada, así que por favor tenga eso en cuenta.

Por supuesto, no es ningún problema.

Él no tenía idea sobre lo que haría la gente si supieran que un emisario del Reino Hechicero había venido a visitarlos. En ese sentido, la respuesta de Albedo fue un gran alivio.

(¿Sería mejor pensar que le debo un favor?)

No estaba para nada preocupado de que los enviados fueran atacados por una multitud enfurecida. Esos Cavaliers de la Muerte — en efecto, probablemente todos los presentes eran muy fuertes, incluso dentro del Reino Hechicero. Con facilidad podría creer que cada uno de ellos era tan fuerte como Gazef Stronoff.

Entonces, ¿podría hacerle unas cuantas preguntas propias?

¡Por supuesto! Le responderé siempre y cuando esté en mi poder hacerlo.

Bueno entonces, ¿podría decirme el itinerario luego de que lleguemos al Palacio Real?

¡Sí! Primero, esta noche hay una cena programada conmigo y con el resto de la Familia Real. Mañana, visitaremos el teatro para ver las danzas y celebraremos un banquete en la noche, en el que todos los nobles del Reino serán invitados. El siguiente día contará con un concierto de la orquesta de Palacio — luego de lo cual comenzaremos las negociaciones diplomáticas.

Así que será así… entonces, ¿confío en que no tendrá inconvenientes si decidimos recorrer libremente la capital?

Por supuesto. Seleccionaremos caballeros excepcionales para les sirvan de guardias.

Aunque la palabra guardia significaba que serían usados para defenderlos, también implicaba observación, e incluso que los detendrían de ser necesario.

¿Podría saber qué lugares le interesan?

Ese día tendrían que cerrar toda el área por completo, para que a los plebeyos les fuera imposible acercarse al lugar.

No… no hay lugares que me interesen en particular. Ya que no conozco qué lugares son dignos de visitar en la capital, ¿podría servirme de guía?

Entendido. Haré los preparativos adecuados.

Albedo sonrió al mismo tiempo que asentía con la cabeza.