Todos esperaban ansiosamente la llagada de la primavera. Esto era más por parte de los campesinos, que podían sentir la tierra volviendo a la vida bajo sus pies. Sin embargo, los residentes de las ciudades también recibían la primavera con satisfacción. Por supuesto, la primavera en las ciudades era mayormente una cuestión de no tener que comprar leña para calentarse.
En el primer día de primavera en E-Rantel, sin embargo, todo lo que le daba la bienvenida a la estación era el silencio.
Las calles principales estaban desiertas, como si todos hubiesen muerto. Sin embargo por entre los espacios de las contraventanas y puertas —abiertas tan solo un poco— uno podía sentir algo en las casas que daban a las calles. Se sentía como si hubiese gente conteniendo el aliento y mirando a escondidas al mundo exterior.
Hoy era el día en que E-Rantel sería oficialmente cedida a Ainz Ooal Gown y se convertiría en una ciudad del Reino Hechicero de Nazarick.
La primera puerta de la ciudad se abrió, y resonó el repicar de las campanas de bienvenida.
Luego de mucho tiempo, se abrió la segunda puerta de la ciudad, y las campanas hicieron eco a través de la ciudad una vez más.
Entre la segunda y tercera puerta se encontraba la zona residencial de la ciudad.
La razón por la que los residentes de E-Rantel no habían huido era porque sabían que si escapaban, todo lo que les esperaba era la desesperación.
Incluso si eran maestros o comerciantes expertos en E-Rantel, en otras ciudades, tendrían que empezar de nuevo como aprendices.
Las ciudades con largas historias tenían un orden social y una jerarquía. Los forasteros que eran nuevos en la ciudad naturalmente tendrían que comenzar desde las posiciones más bajas. Es decir, que incluso si huían a otra ciudad, la mayoría de ellos no sería capaz de conseguir un trabajo adecuado, y vivirían y morirían siendo mendigos en los barrios bajos.
Como tal, la mayoría de residentes permaneció en E-Rantel.
Sin embargo, si sus vidas estaban en peligro, escogería huir. Eso era lo sensato. Después de todo, los rumores sobre el nuevo gobernante, no, sobre su nuevo rey, decían que era un ser temible.
Decían que era un lanzador de magia que había masacrado al Ejército Real.
Decían que era una criatura de sangre fría parecida a un no-muerto.
Decían que era un monstruo que disfrutaba tomar baños con sangre fresca de niños.
Los rumores que circulaban eran todos de esta naturaleza, con apenas una sola palabra positiva sobre él.
Y así, todos se ocultaron detrás de sus puertas, planeando espiar a Ainz Ooal Gown por entre los espacios de sus ventanas.
En poco tiempo, la procesión de Ainz Ooal Gown llegó a la calle principal.
Todos los que lo vieron perdieron la capacidad de hablar.
Era un ser que estaba a la par de los rumores que circulaban sobre él.
La primera persona a la que vieron todavía podía considerarse normal. A la cabeza del contingente estaba una hermosa mujer tan radiante como la luna llena.
Llevaba un vestido diáfano de color blanco, un cabello sedoso de color negro y su piel era de color alabastro. Su cuerpo, adornado con joyas en un patrón de constelaciones, estaba más allá del reino de la lujuria y de la envidia. Sin embargo, el hecho que de que dos cuernos crecían de su cabeza y dos largas alas negras lo hacían de su cintura, además de su belleza sobrenatural, eran todos signos de que no era humana.
Detrás de esta hermosa diosa estaban los guerreros. Mientras los miraban, los residentes temblaban incontrolablemente.
Los guerreros estaban divididos en dos grupos, diferenciados por el estilo de las armaduras que llevaban.
Si el primer grupo podría resumirse con una frase, sería "caballeros de la muerte".
En la mano izquierda llevaban escudos de torre que cubrían tres cuartas partes de sus cuerpos, y en la derecha llevaban espadas de hoja ondulada, parecidas a espadas flamígeras.
Incluyendo sus andrajosas capas negras, sus inmensos cuerpos eran de más de dos metros de altura. El metal negro, de su armadura de cuerpo completo estaba cubierto de patrones ondulantes de color carmesí, que hacían pensar en vasos sanguíneos. También estaban cubiertos de púas. Parecían ser encarnaciones físicas de la brutalidad.
La parte frontal de sus cascos —de los cuales crecían cuernos demoniacos— estaba abierta. Dentro se encontraban los restos de caras podridas. Sus cuencas oculares vacías brillaban con un fuego carmesí, llenos de odio por los vivos y un anhelo de masacre.
El segundo grupo podría ser descrito como "guerreros de la muerte".
Llevaban espadas largas, al mismo tiempo que varias armas colgaban de sus cinturas; hachas de mano, martillos de guerra, ballestas, látigos, espadas de estoque, y otras armas. Todas ellas mostraban muchas abolladuras y arañazos — prueba de que habían sido usadas en gran medida.
Tenían más o menos dos metros de altura, y la armadura que llevaban era comparativamente ligera. Sus cuerpos estaban cubiertos de una armadura de cuero hecha de la piel de alguna bestia desconocida. La armadura arruinada, ambos brazos, y partes de sus caras estaban cubiertos en tiras de hechizos — tiras de tela cubierta de runas arcanas.
Lo único que podía verse por entre las tiras eran ruinas de rasgos humanos, similares a aquellos en los caballeros de la muerte.
Todos podía sentir un poder abrumador emanando de este contingente, y cuando vieron el palanquín cargado por varios de estos seres, la conmoción que habían sentido pasó a segundo plano.
Un ser no-muerto estaba sentado en el palanquín. Un aura opresiva de muerte flotaba alrededor de él, una niebla negra, que se agitaba como un torbellino. Más allá de él, un resplandor de obsidiana brillaba detrás de su espalda.
Sólo por instinto, todos supieron quién era.
Era Ainz Ooal Gown.
No hay forma de que podamos sobrevivir el gobierno de este monstruo; nuestras vidas serán cosas cortas y atrofiadas. Justo cuando todos comenzaban a pensar esto, el sonido de una puerta abriéndose resonó en el aire.
Para poder ver lo que estaba pasando, los ciudadanos de E-Rantel presionaron sus ojos contra las aberturas y espacios de puertas y ventanas. Lo que vieron fue la forma de un niño corriendo. Sostenía algo en la mano y mientras corría hacía el desfile inhumano de Ainz Ooal Gown. Detrás de él, su pálida madre lo perseguía.
"¡Devuélveme a mi papi!"
La voz del muchacho hizo eco a través de las calles.
"¡Devuélveme a mi papi! ¡Monstruo!"
El niño arrojó algo. Una roca.
La roca voló hacia el desfile — su objetivo era Ainz Ooal Gown.
Tal vez fue debido a que estaba nervioso o a la tensión, pero la roca se quedó corta y rodó a través del camino empedrado.
Su madre que lo había atrapado tenía la apariencia de una persona muerta. Ella sabía lo que les pasaría ahora.
La madre abrazó a su hijo por atrás mientras su cuerpo temblaba. Intentando desesperadamente ocultar en sus brazos el cuerpo del niño.
"¡Es, es sólo un niño! ¡Por favor, se lo ruego! ¡Le ruego lo perdone!"
En respuesta a la súplica desesperada de la madre, el ángel radiante sonrió.
Estaban salvados. Era una sonrisa cálida y maternal que tranquilizaría el corazón de cualquiera.
"—Diez mil muertes no serán suficiente para pagar el crimen de faltarle el respeto a Ainz-sama. Comenzaremos con una."
Y entonces, la hermosa mujer produjo de la nada una gigantesca hacha de batalla. El hecho de que pudiera manejarla con tanta facilidad daba fe de la fuerza sobrehumana de sus brazos.
Los usos para esa hacha eran muy fáciles de imaginar, y las cosas que imaginaron ciertamente fueron vívidas.
"Deberías avergonzarte de ti misma como criadora al haber criado una cabeza de ganado inútil."
Mientras miraba a la mujer acercándose lentamente, la madre se dio cuenta de lo que iba a pasar, y abrasó fuertemente a su hijo.
"¡Por favor! ¡Perdone a mi hijo, incluso si es sólo a él! ¡Tome mi vida, haga lo que quiera conmigo! ¡Por favor!"
"¿Qué estás diciendo? ¿Hay alguna razón para matarte a ti? Ainz-sama no disfruta de las matanzas sin sentido. Los inocentes no serán asesinados. Por favor, tranquilízate y espera por la carne molida que se te entregará… aunque si fuera por mí, preferiría convertirlo en una croqueta."
El muchacho en los brazos de su madre, no parecía darse cuenta de que pronto moriría. Sin embargo, todos los que estaban observando sabían que la corta vida del niño terminaría en apenas unos segundos. Pero, nadie estaba dispuesto a dar un paso al frente para salvarlo.
Aunque querían apartar la vista de la inminente tragedia, nadie podía hacerlo.
Ya sea la madre o el niño, todos estaban paralizados por el aura asesina que emitía la belleza.
"Arrepiéntete mientras mueres de tu crimen de descortesía contra el más excelso."
En el momento en que Albedo golpeó desde arriba con su enorme hacha, el mundo se estremeció al mismo tiempo que resonó el sonido del metal contra metal. El origen de aquel sonido fue una gran espada que había sido arrojada y que se había enterrado en la tierra, interponiéndose como un escudo entre la lastimosa madre y su hijo, y la hermosa mujer.
Esa espada —y su portador— era conocida por todas las personas en la calle.
Una leyenda viviente.
Un guerrero invencible.
Un héroe amable.
Mientras contemplaban la entrada el único ser que podría salvarlos a ambos, la gente pronunció en sus corazones el nombre del espadachín.
El nombre del Héroe Oscuro era Momon.
Un hombre revestido de una armadura negra azabache emergió lentamente de uno de los callejones, y arrancó la gran espada clavada en el suelo. Con un poderoso movimiento de su muñeca, sacudió la suciedad de la misma. Su otra mano sostenía ya su otra espada, y listo para la batalla, Momon se enfrentó a la hermosa mujer.
"¿Es necesario usar tal fuerza contra un niño que arrojó una piedra? Nadie querrá casarse contigo."
"Incluso si me da un sermón, no estaré feli— ¡Kuh! El pecado de faltarle el respeto a Ainz-sama no conoce edad ni género. ¡Todos los que lo comentan deberán morir!"
"¿Y qué sucede si no lo permito?"
"¡Entonces serás un traidor al señor de estas tierras, y serás exterminado!"
"¿Es así? Bueno, eso no es algo tan malo. Sin embargo, no pienses que puedes tomar esta cabeza tan fácilmente, ¿hm? Si la quieres, será mejor que también te prepares a arriesgar la tuya."
Momon giró hábilmente las espadas en sus manos y asumió una posición de combate. Esa postura audaz y dominante seguramente era la pasta de la que estaban hechos los héroes.
"Ustedes, protejan a Ainz-sama."
Luego de dar la orden a los guerreros en armadura negra, la belleza a su vez preparó su hacha de batalla.
Los espectadores querían creer que Momon sería el ganador de esta confrontación. Pero el aura de batalla irradiando de ambos se los negaba. Podían sentir que la hermosa mujer era un guerrero a la par de Momon.
Los dos acortaron la distancia entre ellos hasta un rango de unos metros. Y el que interrumpió el inminente conflicto entre ambos fue el mismo Ainz Ooal Gown. Con el poder de la magia, voló del palanquín y aterrizó sobre la tierra, antes de poner una mano sobre el hombro de la belleza.
"¡Ainz-sama!"
Se inclinó y colocó su boca en la oreja de la belleza antes de susurrar en ella. Su rostro se iluminó con una sonrisa amable y enamorada.
"Lo entiendo, Ainz-sama. Será como diga."
Hizo una reverencia hacia Ainz, y luego apuntó su hacha hacia Momon. Sin embargo, su intención asesina de hace unos momentos había desaparecido.
"… No he oído tu nombre. Dilo."
"Soy Momon."
"¿Qué? Momon. Entonces, déjame preguntarte. ¿Crees que nos derrotarás?"
"… No, no podré. Incluso si lucho hasta la muerte, sólo podré derrotar a uno, a ti, o al que está detrás de ti."
Los corazones de todos los que oyeron esto se llenaron de desesperación. Era porque sabían que incluso el héroe más grande sólo podía matar a uno de esos monstruos.
"Y además… si lucho con toda mi fuerza, muchos inocentes se verán atrapados en nuestra batalla. No puedo hacer tal cosa."
"Qué tonto. A pesar de tus impresionante habilidades, tu— he hablado de más. Ainz-sama tiene una propuesta para ti. Escúchala con gratitud. Ríndete y jura lealtad a nosotros como guerrero de Nazarick."
"—- ¿Estás bromeando?"
"Que descortés. Ainz-sama no desea gobernar estas calles con desesperación y derramamiento de sangre. La extinción de la humanidad no le aportaría ningún beneficio a Ainz-sama. Pero aún si decimos eso, las personas no lo creerán. Así que haremos que tú hagas el trabajo de Ainz-sama como su subordinado."
"… ¿De qué se trata eso?"
"En el futuro, podrían haber insensatos que arrojarán piedras hacia Ainz-sama. En ese momento, haremos que seas tú el que se encargue de remover sus cabezas. A cambio, permitiremos que seas testigo, para probar que Ainz-sama no permitirá que los inocentes sufran en esta ciudad."
"… Ya veo. ¿Así que, como su ejecutor, estaré sirviendo a su lado?"
"No exactamente. Como dije, serás responsable de eliminar traidores. Considéralo una forma de auto representación combinada con el rol de ejecutor."
"No tengo intenciones de jurar lealtad al servicio del mal."
"Nosotros tampoco tenemos intención de perpetrar dicho mal. Entonces, ¿qué harás? Si no juras tu espada a Ainz-sama, entonces te mataremos como a un peligroso individuo, sin importar a cuanta gente tengamos que matar para llegar a ti."
Momon miró a su alrededor.
"Planeo viajar, y no tengo la intención de ser el subordinado de nadie."
"Ésa tampoco es una respuesta aceptable. Entonces, ¿comenzamos con el daño colateral a la gente que nos rodea?"
"¡Espera! No saques conclusiones apresuradas. No lo he decidido aún. También tengo una compañera, ¿qué le sucederá a ella?"
"Ella también debe jurar lealtad a Ainz-sama. No aceptaremos un no como respuesta."
"Aunque en el pasado le he dado prioridad a mis viajes… parece que he quedado atrapado en esta ciudad. ¿Estaría bien si no me arrodillo? "
Ainz susurró una vez más al oído de la belleza.
"Eso es permisible. Entonces está decidido. Momon, trabaja duro para Ainz-sama."
"… Entendido. Pero recuerda que si hacen daño sin motivo a la gente de esta ciudad, esta espada será dirigida hacia ti y a tu amo."
"… En ese caso, cuando la gente se levante en armas contra Ainz-sama, espero que esa espada también apunte a aquellos que se rebelen. Sin importar si son niños o no. Espero con ansias el momento en que esta ciudad se rebele contra nosotros, y tu agonizante cara mientras ejecutas a su gente. Entonces, partiremos por delante. Únete a nosotros luego."
La comitiva de Ainz Ooal Gown continuó con paso firme. Luego de que la larga procesión finalmente había desaparecido de la vista, la gente brotó fuera de sus hogares. Era sorprendente el número de personas que habían logrado permanecer tan bien ocultas.
Todos alababan a Momon.
Y justo cuando Momon había comenzado a usar las manos para alejar la marea de adoración, un sonido pudo oírse claramente por entre la multitud. Era el sonido de la madre abofeteando a su hijo.
"¿Por qué hiciste eso?"
Una y otra vez, lo abofeteaba.
Ambos, madre e hijo estaban llorando, pero aún así, ella no dejaba de golpearlo.
Momon tomó la mano de la madre.
"¿Puedes darle un respiro? Hay algo que quiero preguntarle."
"¡Este muchacho le ha causado tantos problemas, Momon-sama! ¡Nos disculpamos sinceramente desde lo profundo de nuestros corazones!"
"No, por favor, no le preste atención. No hay necesidad de disculparse, ah no hay necesidad de llorar tampoco. Tengo una pregunta para ti."
Mientras Momon intentaba calmar el llanto del niño, le preguntó por qué lo había hecho.
Todos pensaron que el niño debía haber querido vengar a su padre, pero el chico dijo que un hombre extraño le había dado un sermón y que sintió que tenía que arrojar la roca.
"Ya veo… querida madre, no hay necesidad de castigar a tu hijo. Éste podría ser el resultado del control mágico. Es un complot de la Teocracia, intentando forzarme a una confrontación con Ainz Ooal Gown."
"… No, la Teocracia no haría eso. ¿No será una trama de Ainz Ooal Gown para convertir a Momon-sama en su vasallo?"
Momon asintió profundamente hacia el tendero que había hablado. Solo hace un par de años que éste había abierto su tienda aquí.
"Ésa es ciertamente una posibilidad. Pero por otro lado, también es una gran oportunidad. Ya que tengo una excusa para estar a su lado, podré seguir sus movimientos de cerca. Si planea hacerles daño, tomaré su cabeza. Pero a cambio, espero que no se rebelen contra Ainz Ooal Gown."
"¡¿Por qué no lo haríamos?! Mientras tengamos a Momon-sama—"
"— Por favor no continúes con ese tipo de conversación. Ellos están esperando que alguien diga esas palabras. Si surge la idea de una rebelión, él me ordenará matarte. Tal vez sea lo que están esperando."
Momon extendió los brazos, y continuó hablando abiertamente con todos.
"No puedo ser yo el que rompa el trato que acabamos de hacer. Debido a eso, espero que todos sean capaces de soportar cualquier comentario poco razonable que digan. Sin embargo, si alguno siente que está siendo tratado mal, por favor háganmelo saber."
Al mismo tiempo que se daban cuenta que Momon les decía que era un rehén, las caras de las personas mostraron expresiones de dolor.
A esas personas, Momon les sonrió gentilmente.
"Sin embargo, espero que no se preocupen demasiado. Para comenzar, ese hombre podría terminar siendo un buen dictador. Esperemos y veamos. Además, si la Teocracia hace un movimiento, podrían intentar incitar una revuelta. Espero que todos mantengan los ojos abiertos."
Nadie podía aceptar esto desde el fondo de sus corazones.
Pero al mismo tiempo, nadie podía negarse a él.
Ainz Ooal Gown era un no-muerto. Nadie podía confiar en un ser peligroso como ése que sentía odio por los vivos. Y, por supuesto, todos confiaban en Momon. De hecho, Momon había abandonado sus propios objetivos por el bien de la gente de la ciudad. Era natural que ellos a su vez quisieran darle su lealtad a Momon.
Todos los presentes estuvieron de acuerdo con la propuesta de Momon, y luego de prometer que difundirían estas palabras a las otras personas alrededor de ellos, se dispersaron.
Como resultado, E-Rantel se convirtió en un lugar el cual los países vecinos difícilmente creían que podía existir, una ciudad pacífica sin derramamiento de sangre, existiendo bajo el dominio de Ainz Ooal Gown.