Seis lujosos carruajes se desplazaban sobre las planicies.
Sus movimientos eran sorprendentemente estables a pesar del hecho de que estaban galopando sobre terreno irregular.
Para comenzar, las ruedas de cada carruaje eran ítems mágicos llamados 'Ruedas Cómodas'. Adicionalmente, el chasis de los carruajes había sido tratado con un ítem llamado 'Carga Liviana'.
Estos carruajes increíblemente magníficos costaban una fortuna exuberante, pero justo del mismo modo lo hacían las criaturas que tiraban de ellos. Las bestias mágicas de ocho patas se parecían a los caballos y eran conocidas como 'Sleipnirs'.
Intentar calcular el precio de desplegar seis de estos vehículos era un ejercicio de insensatez.
Estos vehículos —inalcanzables para los simplemente adinerados— eran escoltados por un grupo de jinetes montados en poderosos caballos.
Había más de veinte de estos jinetes, cada uno vestido con una armadura de cota de malla, armados con espadas largas en sus cinturas y ballestas en sus espaldas.
Sin embargo, una mujer cabalgaba al frente de todos estos hombres.
Sola entre los guerreros, la mujer vestía un traje de armadura completa. Adicionalmente a esto, llevaba una lanza de caballería del mismo modo que un soldado de infantería llevaría una lanza normal. El visor de su casco estaba levantado, pero la parte derecha de su cara estaba cubierta con algún tipo de tela dorada, lo que hacía que se viera bastante única.
Aunque esta banda de hombres a caballo eran el retrato mismo de guerreros mercenarios, sin embargo sus entrenados movimientos y sus cortantes y precisas palabras no eran nada como las de un mercenario común. Sus ojos eran agudos, y su nivel de alerta era alto.
Algunos podrían tomar su vigilancia incesante como alguna forma de paranoia o de cobardía, pero en un mundo donde la magia era real y los monstruos volaban a través del cielo y corrían libremente sobre las tierra, incluso estar en guardia contra todo no era suficiente para asegurar su seguridad.
Habían arañas gigantes que podían sobrevivir por meses sin beber nada mientras aguardaban por su presa, cambiaformas amorfos que daban la impresión de ser bancos de niebla, monstruos inmundos que se deslizaban por el aire, lagartos venenosos con miradas petrificantes que sólo podían ser evitados si se eran encontrados a campo abierto…
Todos estaban muy nerviosos porque temían a monstruos con tales poderes mortales. Sin embargo, unos mercenarios normales no llegarían a tal punto en su vigilancia.
Lo que los separaba de simples mercenarios era la gente invisible en el cielo. Se trataba de una banda de jinetes que mantenían el paso con los jinetes de tierra mientras se encontraban bajo los efectos de magia de invisibilidad.
En este mundo había criaturas llamadas hipogrifos. Estos nacían de la unión entre un grifo macho y una yegua, estas bestias tenían la parte frontal de un grifo y la patas traseras de un caballo. Tal vez era debido a su mezcla de sangres, pero los hipogrifos eran más fáciles de criar y entrenar que los grifos, y eran muy populares como monturas voladoras.
Y luego, había que considerar a los jinetes de estas bestias.
Las criaturas voladoras —incluso aunque fueran monstruos— costarían un precio extremadamente alto si fueran puestos a la venta. No sería algo que un simple mercenario podría permitirse.
En efecto, todo el acto de ser mercenarios era una fachada con el objetivo de engañar a diversas personas.
Las verdaderas identidades de los que iban en tierra era la de los guardias reales del Imperio, mientras que los que iban por aire eran la Guardia Aérea Imperial. Estos últimos eran tropas de élite que se cubrían con mantos de invisibilidad que ocultaban tanto a los jinetes como a sus monturas de la vista.
Por supuesto, eso significaba que el dueño de los carruajes no era otro que el gobernante del Imperio Baharuth, el Emperador Jircniv Rune Farlord El Nix en persona.
Había muchas razones por las que había tenido que ocultar su unidad de esta manera, pero la más importante era porque tener al Emperador y a sus caballeros cabalgando abiertamente a través del territorio del Reino causaría un incidente internacional — y eso no podía permitirse. Como tal, el exterior de los carruajes era más sencillo que el interior — aunque seguía siendo mucho más lujoso que un carruaje regular.
En su caravana, la seguridad alrededor del tercer carruaje desde atrás —el carruaje de Jircniv— era superior a la de alrededor de los otros.
Incluso el techo de su carruaje había sido reacondicionado y en ese momento había dos arqueros escondidos en el compartimiento de maletas.
El interior del carruaje era supremamente decadente. A juzgar sólo por los muebles, era más parecido a una suite de clase alta que a un simple carruaje, desde la tapicería de piel en las paredes y el piso a los suaves y cómodos asientos, que habían sido diseñados para no causar la más mínima incomodidad durante viajes largos.
Sólo tres personas tenían permitido compartir este lujoso transporte con Jircniv, lo que significaba que un total de cuatro personas ocupaban los espacios en la cabina. Aunque la idea de cuatro personas apretujándose en un solo carruaje podría parecer restrictiva e incómoda, ésta era simplemente la desinformada imaginación de aquellos que nunca antes habían viajado en un carruaje de clase alta. En realidad, los cuatro tenían un espacio adecuado para sentarse de cualquier forma que quisieran.
"— Su Majestad, Su Majestad, ¿tal vez es hora de despertarse?"
La voz despertó a Jircniv de su siesta.
Con los dedos apretó el puente de su nariz, y bostezó, seguido por un gruñido mientras se estiraba. Una sensación de alivio recorrió a través de él mientras su rígido cuerpo se relajaba y bostezó de nuevo.
"Su Majestad, parece que tuvo un buen descanso, ¿pero aún sigue preocupado?"
Jircniv sacudió la cabeza hacia el hombre que le había hablado, el secretario Roune Varmilinen, al que se le había permitido viajar en el mismo carruaje que el Emperador.
"Ah, no, no es nada de eso. Aún necesito algo de tiempo para despejar mi mente, ya me estoy sintiendo mejor. Aunque, parece ser que mi siesta de la tarde tomó más tiempo de lo esperado. ¿He dormido así de largo alguna vez incluso siendo niño? Después de todo, hay una montaña entera de asuntos sin terminar de vuelta en la capital, y nunca había tenido tiempo para gastarlo en ese tipo de cosas. Tal vez debería agradecerle a Gown por esto. "
"Ah, efectivamente, Su Majestad está siempre ocupado, ¿pero por qué es eso?"
El hombre que había hablado como si no estuviese dirigiéndose al emperador era el líder de los Cuatro Caballeros del Imperio, Baziwood.
Normalmente, esas palabras habrían invitado censura, pero nadie dijo nada en el carruaje.
Jircniv sonrió con amargura y respondió a su excesivamente informal, y sin embargo excelente subordinado:
"La culpa de eso puede ser puesta a los pies del Emperador de Sangre, porque sus reformas fueron llevadas a cabo demasiado rápido para que la sociedad esté a la par con ellas. Realmente es un hombre tonto. Se podría haber ahorrado tanto esfuerzo si sólo hubiese esperado a acumular un cuerpo de hombres competentes antes de pasar a la acción. Todos ustedes deberían regañarlo cuando tengan la oportunidad. Ah, pero recuerden, cuando lo hagan, también deberán sugerir un plan de acción adecuado para que él pueda llevar a cabo."
Todos en la cabina sonrieron irónicamente como respuesta.
Originalmente la administración del imperio estaba a cargo de los nobles — en particular, el Consejo de la Corte. Los escaños en el Consejo les eran encargados a aquellos que habían sido educados desde su nacimiento para manejarlos, o a aquellos con el suficiente dinero como para inventar una razón apropiada para que se les encargue tal responsabilidad. Dados los beneficios que confería tal posición, esto era simplemente natural.
Sin embargo, debido a la purga de nobles de Jircniv, la cantidad de oficiales y burócratas había sido reducida, pero el trabajo que ellos debían hacer sólo se había incrementado. Aunque esta era una consecuencia lógica de tales acciones, significaba que la carga de trabajo de todos los implicados se había incrementado explosivamente, y Jircniv mismo no era la excepción.
Sólo fue luego de haberse deshecho de numerosos nobles inútiles con el poder del Emperador de Sangre que él se dio cuenta que incluso tales individuos sin valor tenían sus usos.
Sin embargo, no se arrepentía de su decisión.
Él tenía que lleva a cabo la purga en el momento en que lo hizo. Si hubiera dejado pasar la oportunidad, la autoridad para dirigir a los caballeros le habría sido arrebatada por los nobles, y la muerte de su padre no hubiera significado nada.
Y así él dio la orden, y abrió un camino hacia el futuro para el Imperio.
Las mujeres tenían que soportar dolor para lograr dar a luz a un niño. De manera similar, las grandes cantidades de trabajo que él hacía todos los días eran un dolor necesario que tenía que soportar para dar nacimiento a un Imperio renacido y radiante. Más allá de las dificultades, ante él se encontraba el tesoro que estaba buscando.
Esta línea de pensamientos trajo el tema de sus propios descendientes a la mente de Jircniv.
Jircniv no estaba casado, pero ya tenía hijos. No había tomado una emperatriz consorte y simplemente había tenido algunos hijos con unas cuantas mujeres que ni siquiera podían ser consideradas amantes, sólo eran concubinas por las cuales sentía algo de afecto.
Desafortunadamente, no había amor en esas relaciones, pero él esperaba que uno de sus hijos probara ser adecuadamente talentoso.
En el futuro, si los hijos de su emperatriz eran incompetentes, y los hijos de las concubinas resultaran ser más adecuados, él gustosamente cambiaria sus lugares en la sucesión si fuera necesario.
"Incluso así, todo el trabajo que me he esforzado día y noche para completar difícilmente podría ser considerado el estado regular de los asuntos del estado. Si tan sólo pudiera entrenar a un pequeño grupo de oficiales que pudieran encargarse de estas tareas… eso me dejaría regresar a las tareas que debería estar haciendo, como pronunciamientos de alto nivel del mismo modo que los Emperadores de antaño. Y ciertamente no quiero que mi hijo, el siguiente Emperador, tenga que sufrir como yo lo hice. Después de todo, si mis descendientes sufrieran una presión excesiva, maldecirían mi nombre."
El actual Imperio había sido construido con el trabajo de un excelente joven, o mejor dicho, generaciones de hombres talentosos habían sentado los cimientos estables que eran el Imperio. Eran estos cimientos los que Jircniv planeaba usar para construir su mayor obra, el Imperio del futuro. Sin embargo, eso no garantizaría que el siguiente Emperador o el que le siguiera serían igual de talentosos.
¿Podré construir un Imperio que resista el paso del tiempo, y una burocracia que pueda manejar el país sin la necesidad de un gobernante talentoso para guiarlos? —Jircniv se preguntaba.
"Eso sería muy difícil. Después de todo, Su Majestad ha cambiado el Imperio usando su poder absoluto, y no puede administrar el Imperio de las maneras en que lo hacían los antiguos Emperadores."
"Varmilinen, tu trabajo es buscar una forma de lograr mis objetivos. Por supuesto que poseo un poder absoluto; todos los Emperadores en el pasado se esforzaron para concentrar los poderes de la nación en sus personas. Sin embargo, incluso si soy tal ser supremo, estaría mal controlar hasta los mínimos detalles los asuntos de estado. Si eso sucediera, entonces ¿qué uso tendrían los burócratas? ¿Tal vez has extraviado la cabeza?"
"Por lo menos, él no debería haberla dejado en la Academia Imperial de Encantadores Mágicos. Su Majestad."
Esas palabras fueron dichas por Fluder Paradyne, uno de los miembros más importantes de la Academia de Magia Imperial y también el miembro de más alto rango del Ministerio de Magia. Lo que quería dar a entender era que su academia no habría educado a semejante tonto.
"Jaja, sí, tienes razón abuelo."
Jircniv tosió ligeramente, y con eso, la atmósfera dentro del carruaje se tornó seria.
"En mi generación, el Imperio ha rejuvenecido, como un niño recién nacido. Desterraremos todo aquello que es viejo y podrido y lo reemplazaremos con lo nuevo. Como dijo Varmilinen, tendré que trabajar duro hasta que el Imperio madure, pero si nunca llegara a hacerlo, sería desastroso. En el futuro, lo único que haré es definir metas para el Imperio, y los oficiales bajo mi mando ayudarán a hacer realidad esas metas."
Un país gobernado por un solo hombre era débil. Jircniv tenía perfectamente claro ese punto.
Roune agachó la cabeza, cuyo cabello estaba volviéndose gris y delgado en contraste con su edad, y esperó por las ordenes de su Emperador.
"El Emperador de la siguiente generación… hablando de ello, ¿Su Majestad tuvo un hijo con ésa?"
Jircniv supo instantáneamente lo que Baziwood quería decir con 'ésa'. Después de todo, Baziwood sabía que Jircniv era particularmente afectuoso con una de las concubinas.
Las amantes de Jircniv eran seleccionadas por su apariencia o por el nivel social de sus padres, pero una mujer entre ellas ignoraba estos criterios. Esta mujer había sido escogida por su intelecto, en lugar de por su apariencia o por su crianza. Así, ella tenía permitido discutir política con Jircniv —aunque no en público y sólo en la cama— y era la única mujer a la que se lo había permitido.
Al principio, él no pretendía tomarla como concubina, pero las cosas habían terminado de este modo por su propia insistencia.
Jircniv, sin embargo, estaría muy contento si ella se hubiera convertido en su emperatriz consorte.
"No, eso no es lo que ella desea. Ella incluso llegó a decir, 'La belleza es un tesoro con el que naces, y para aquellos que ocupan los estratos superiores de la sociedad, es una cualidad importante. Uno puede compensar la falta de intelecto con trabajo duro o subordinados excelentes, pero la belleza no puede cambiarse.' O algo como eso."
"¿No sería suficiente el linaje de sangre de Su Majestad para asegurar que cualquier niño de su unión sea agradable a la vista? Bueno, es cierto que cualquiera de sus subordinados estarían más contentos recibiendo órdenes de un Emperador apuesto."
"¿Es realmente así?"
Jircniv no tenía superiores y no tenía forma de entender esta situación. Por su parte, él usaría a una persona capaz sin importar que tan feo fuese, e incluso le daría una posición clave si fuese necesario.
"Por lo menos, sería mejor que tener que ver a algún sapo. Después de todo, ¿no preferiría Su Majestad que la mujer sacudiendo las caderas encima suyo fuese una mujer bella?"
"… Lo supongo, sí. Bueno, no es como si no entendiera lo que quieres decir, pero… ¿es ése realmente el caso?"
Jircniv torció e hizo sonar su cuello. Algo no encajaba, pero no estaba seguro de qué era.
"Entonces, en ese caso, ¿a quién tomaría Su Majestad como esposa?"
La pregunta de Fluder provocó que Jircniv frunciera el ceño.
"Bueno, si tuviera que escoger entre casarme con alguien de dentro del país o fuera del país, tendría que escoger lo último. No hay beneficios en casarse con un nativo, entonces, con quién casarme de fuera del Imperio… bueno, está esa mujer incomprensible que aquel sujeto recomendó."
Fluder acarició su barba.
"La princesa Renner, ¿cierto?"
Jircniv frunció el ceño nuevamente.
La tercera princesa del Reino de Re-Estize — Renner Theiere Chardelon Ryle Vaiself.
Ella era conocida como la "Princesa Dorada", y su apariencia y su reputación estaban a la par de ese sobrenombre, pero por varios años había sido la número uno en la lista de las mujeres que Jircniv más despreciaba. En contraste, el tipo de mujer que más prefería sería alguien como la Alcaldesa Kabelia que administraba la ciudad de Peibart en las Ciudades-Estado.
"No tengo idea de lo que piensa esa mujer. Luego de oír sobre sus acciones, es casi como si fallara porque quisiera fallar."
Aunque Jircniv pensaba que tales personas no deberían existir, él reconocía que los seres humanos eran lo suficientemente extraños y complejos como para que no pudiera eliminar la posibilidad de tales casos. Entonces, si ella realmente planeaba fallar desde el comienzo, ¿qué estaba planeando? Mientras más intentaba entender la forma de pensar de Renner, más sentía como si se estuviese enredando en una telaraña. Era una sensación completamente desagradable.
"… Si sólo alguien me pudiera ayudar a deshacerme de esa mujer repugnante."
"Contrataremos inmediatamente a Ijaniya, si eso es lo que Su Majestad desea."
"Ijaniya" era un grupo de asesinos que habían tomado el nombre de uno de los Trece Héroes para sí mismos. Estaban localizados entre la esquina noreste del Imperio y la Alianza de Ciudades-Estado, y eran adeptos a usar métodos inusuales. Aunque él había intentado que trabajasen para el Imperio como un departamento de operaciones encubiertas, ellos no habían respondido a los intentos de acercamiento del Imperio.
"Suficiente con eso, necesitamos la ideas revolucionarias de esa mujer. Es mejor dejarla vivir en lugar de matarla… Hm. ¿No será que esa mujer también tomó en cuenta estos acontecimientos?"
"¿Podría alguien haber planeado con tanta antelación?"
"Si claro." Jircniv dijo esto, pero incluso mientras daba su respuesta, tenía que admitir que era una posibilidad.
Las palabras de Renner habían sido transmitidas a Jircniv a través de sus espías en el Reino. Las políticas que ella proponía eran tales que Jircniv no podía evitar admirarlas. El hecho de que esas políticas habían sido silenciosamente adoptadas por el Imperio era un claro respaldo a su utilidad.
Sería algo malo para el Imperio si algo le llegara a suceder a ella.
Los momentos oportunos que Renner escogía para sus sugerencias hacia el Reino hacían que él se preguntara si ella había anticipado los movimientos del Imperio. Si eso era cierto, eso significaba que Renner podía predecir los planes del Imperio sin ninguna fuente confiable desde dentro.
Como resultado, incluso Jircniv, que codiciaba la fuerza del Capitán Guerrero Gazef para el Imperio, no podía obligarse a desearla a ella.
"El Reino no sufrirá daños mayores incluso si la Princesa muere, pero por el contrario, el Imperio estaría acabado si Su Majestad pereciera. Nosotros, los Cuatro Caballeros, tal vez podríamos ser capaces de hacernos cargo de asesinos pero otros factores son un asunto completamente diferente, así que espero que Su Majestad no se sumerja a sí mismo demasiado profundamente en su trabajo."
"Por supuesto. Sin importar la razón, no puedo permitirme morir antes de haber formado un gobierno fuerte para el Imperio."
Si la cabeza de una organización —la persona más importante— se perdiera, eso implicaría que pronto le seguiría el catastrófico colapso de la organización misma.
El Imperio podía convertirse en una gran nación en el futuro. Si alguien supiera esto y quisiera evitarlo, podrían sacrificarlo todo para prevenir esto al convertir al Emperador en un mártir. Los sospechosos más probables serian los países vecinos, como el Reino y la Teocracia.
Parte de la razón por la que quería a Ijaniya bajo su mando era para poder usarlos como contra-asesinos.
"Eso es correcto, si Su Majestad fuera a perecer, los cosas serían difíciles. Tenemos a lanzadores de magia divina en espera para protegerlo contra veneno y lesiones, pero al final, nos hace falta personal suficientemente calificado para estas tareas. Desearía que mi experiencia en ese campo fuera más extensa, pero mi entendimiento de la magia divina aún es inadecuado para la tarea."
"Bueno, ya eres un excelente lanzador de magia arcana, así que una pequeña debilidad como esa es inevitable. Ah sí. Hemos pedido ayuda a la Teocracia, pero no hemos recibido respuesta de ellos. ¿Por qué no dejar que los templos de los Cuatro Dioses y los dioses menores compitan entre ellos? Luego dejemos que el Imperio apoye a cualquiera de la fe que produzca los mejores resultados."
La competición era la fuerza impulsora para el desarrollo de nuevas técnicas. Sin embargo, la mención de eso hizo que Roune agitara la cabeza violentamente, arrojando sus escasos cabellos por su frente.
"Es muy peligroso. Los templos en el Imperio se financian con las donaciones de la población, y se mantienen independientes por medio de la venta de varios productos que sólo ellos saben cómo manufacturar. Si el Imperio ejerce alguna influencia sobre ellos o interfiere con sus medios de vida, la repercusiones podrían ser… severas."
"Es verdad… si sólo pudiéramos nacionalizar los distintos templos, el Imperio se haría más fuerte. En ese respecto, la Teocracia ha hecho un excelente trabajo. Me pregunto qué métodos usaron para mantener bajo control a los sacerdotes durante todos estos siglos."
"La práctica de la magia divina está estrechamente relacionada a la salud general de todos, así que creo que es una buena idea si pudiéramos hacer que más lanzadores de magia divina se conviertan en caballeros, o por lo menos, enseñarle a los caballeros cómo usar magia divina. Atacar monstruos usando sólo armas únicamente generará muertes."
Baziwood era un hombre que había tenido que cazar monstruos en el pasado, y había pasado una buena cantidad de tiempo al filo de la muerte. Él asintió y continuó en voz baja.
"Personalmente, siento que sería más seguro si pudiéramos contar con magia de resurrección. Con eso, podríamos reducir el número de situaciones en las que la gente tiene que llorar la muerte de jóvenes talentosos. Aunque, he oído que la magia de resurrección consume fuerza vital, y una persona ordinaria sería reducida a cenizas brillantes si fuese resucitada. ¿Es eso cierto?"
Fluder inclinó su cuerpo hacia adelante.
Tal vez era porque este anciano había sido el tutor del Emperador por demasiado tiempo, o tal vez era porque su tema favorito había sido tocado, pero ahora, estaba hablando animadamente, con los ojos encendidos. Jircniv sabía que el anciano divagaría sin parar una vez que había comenzado a hablar del tema, y Baziwood vio que una expresión de molestia cruzaba la cara del joven Emperador.
"Eso es un hecho. Entre los hechizos divinos del quinto nivel, la magia de resurrección 'Levantar Muerto' consume vastas cantidades de fuerza vital. Tal vez otros hechizos de resurrección de alto nivel podría reducir el requerimiento de fuerza vital… pero no hay persona viva que pueda usarlos, así que es algo meramente académico. Por otro lado, he oído que los Lores Dragón y su magia antigua podían devolver a los muertos a la vida sin la pérdida de fuerza vital—"
"—Entonces, ¿podría la Reina del Reino Dracónico lograr tal hazaña?"
"Es una pregunta excelente, Varmilinen. Así es, ha sido confirmado que la Reina de ese país ha heredado la habilidad de usar lo que llamamos magia antigua, o magia primordial, o tal vez magia del alma. Hay muchos nombres para ese tipo de magia. Esto es debido a que la sangre del Lord Dragón de la Brillantez (Brightness Dragon Lord) fluye por sus venas— eso es sabido. La única pregunta es si puede o no usar magia de resurrección. La magia antigua y nuestro actual estilo de magia son completamente diferentes la una de la otra, y nosotros que sólo podemos usar magia moderna tal vez nunca seamos capaces de entenderla.
Fluder cerró la boca, y al mismo tiempo Jircniv lo observó. Aunque la irritación y la preocupación eran evidentes en la cara de Jircniv, las siguientes palabras de Fluder lo tranquilizaron.
"Magia antigua… cómo desearía investigarla. Si sólo aquellos con el linaje del Dragón de la Brillantez pueden usarla, entonces el pedigrí es lo más importante. Por tanto, siento que si Su Majestad fuera a casarse, él haría bien en escoger a esa Reina o a uno de sus parientes…"
"Dame un respiro, abuelo… no estoy interesado en viejas brujas que pretenden ser niñas pequeñas…"
Él ni siquiera quería tener que pensar sobre tener que casarse con la mujer que se encontraba en el segundo puesto de su lista de las mujeres más odiadas. Adicionalmente, incluso si no amara a sus hijos, sería demasiado cruel hacer que se conviertan en conejillos de indias.
Aún así, si él tuviese que sopesar esa crueldad contra los beneficios que cosecharía el Imperio, no había forma de saber qué curso de acción decidiría.
En ese momento, un fuerte golpe vino de la puerta del carruaje.
Este carruaje había sido equipado con defensas contra ataques físicos y contra magia de tipo información. El chasis entero estaba cubierto de una cobertura metálica, y como tal ni siquiera tenía ventanas. Baziwood se puso de pie y abrió la puerta para examinar el exterior — o mejor dicho, a la persona que había tocado la puerta.
Aunque estaban rodeados de caballeros protegiéndolos y estaba seguro de que esa persona era un aliado, no pudo evitar permanecer en guardia ante cualquier situación inesperada.
"Su Majestad, es Leinas."
"Abre la puerta."
El aire fresco de las planicies ingresó al mismo tiempo que la puerta era completamente abierta, soplando el cabello de todos adentro. Durante esta estación, el aire que venía del exterior debería haber estado helado, pero la briza que les llegó a las personas dentro fue confortablemente cálida.
De más está decir, éste era el resultado de la magia usada en el carruaje.
El jinete manteniendo el paso del carruaje era la mujer que había estado a la cabeza de la formación.
"Perdóneme Su Majestad. Hay—"
Era difícil entender sus palabras a través de las ráfagas de viento entre ellos.
"No hay necesidad de hablar. Pasa, no necesitas seguir el protocolo."
"Entendido. Entonces, permítame la intrusión."
Con eso, la mujer dejó su caballo de un salto y aterrizó elegantemente en la puerta del carruaje en movimiento. Aunque ella hizo parecer que era simple, dado que estaba usando armadura completa y que tanto su caballo como el carruaje se movían a todo galope, era prueba de que poseía una considerable habilidad atlética.
De todas maneras, esto era de esperarse de uno de los Cuatro Caballeros que eran el orgullo del Imperio. Entre ellos, ella tenía la mayor habilidad de ataque. Su nombre era Leinas Rockbluth, también conocida como "Explosión Severa".
Luego de traspasarse al carruaje, Leinas cerró la puerta detrás de ella en silencio y se sentó al lado de Baziwood. Lo último que vieron del exterior mientras cerraba la puerta, fueron las riendas del caballo de Leinas siendo tomadas por uno de los caballeros que cabalgaba a su lado.
Ya que la magia del carruaje sólo calentaba el aire que ingresaba, cualquier otra cosa fría que entrara permanecería de ese modo. Considerando que Leinas llevaba un traje de armadura completa que se había enfriado por los vientos cortantes del exterior, ella era como un bloque de hielo cuando tomó asiento al lado de Baziwood, que no pudo evitar sino tiritar.
"Las personas que enviamos por delante nos han enviado un 'Mensaje'."
Una de las defensas ofrecidas por el carruaje era la interferencia contra magia de tipo información lanzada desde el exterior. Aunque prevenía que el enemigo los encontrara usando hechizos, también significaba que los hechizos como 'Mensaje' serían bloqueados, así que era el deber de Leinas recibir los 'Mensajes' en lugar de Jircniv.
"Las escoltas de avanzada han llegado a la Gran Tumba de Nazarick. En ese lugar parece haber una cabaña de troncos, y luego de que informaron a las sirvientas en el lugar del tiempo de llegada de Su Majestad, las sirvientas respondieron que habría una bienvenida esperando por Su Majestad. "
"¿Sirvientas? Pensé que eran… ¿Sirvientas? Sirvientas… ¿podría ser? He oído que algunos países entierran a las sirvientas con sus Reyes muertos para que les sirvan en el más allá. ¿Es eso lo que sucedió aquí? ¿O significa esto que los elfos oscuros que dejaron el bosque hicieron de esta tumba su nuevo hogar?"
"Lamentablemente, el 'Mensaje' no contenía ningún detalle adicional, Su Majestad."
"…No puedo entenderlo. El bosque no es un reino humano, así que tampoco hay historias sobre el lugar… bueno, me gustaría esperar que las sirvientas no sean monstruos como los que vinieron a la capital. Dile a tu gente que sean cautelosos."
"Es como dice Su Majestad. A juzgar por la fuerza de esos emisarios, lo más seguro es que nos dirigimos a una situación completamente desconocida. Lo mejor que podemos hacer es actuar con cuidado. Adicionalmente, espero que Su Majestad venga rápidamente a mi lado si algo inesperado llegara a suceder."
"¿Con ello quieres decir que nos teletransportaremos en caso de una emergencia?"
La ligera sonrisa de Fluder fue una respuesta afirmativa.
"Si eso llegara a suceder, entonces iniciaremos una maniobra de distracción. Sin importar cuantos enemigos nos ataquen, por lo menos seremos capaces de ganar algo de tiempo para que Su Majestad pueda escapar. "
Baziwood dijo esto con una sonrisa, pero su camarada Leinas no respondió. En lugar de ser un entendimiento sin palabras, era una forma de reproche que fue inmediatamente visible en la cara de la mujer. Sin embargo los otros no dijeron nada.
Al final, ella nunca había jurado lealtad a Jircniv a pesar de su posición entre los Cuatro Caballeros. La verdad era que servir a Jircniv era el plan de acción más rentable para ella. Si alguien más aparecía que pudiese darle lo que quería, ella abandonaría inmediatamente su actual posición.
En otras palabras, su lealtad a Jircniv era la más baja entre los Cuatro Caballeros.
Los Cuatro Caballeros habían sido seleccionados solamente con base en sus habilidades de lucha y no en su personalidad o lealtad. Incluso así, no había nadie más que tuviera motivos más interesados en el dinero que ella.
La única razón por la que ella estaba aquí era debido a que uno de los Cuatro Caballeros tenía que estar en la capital Imperial en todo momento. El que había sido seleccionado para esa tarea fue "Vendaval Feroz", Nimble Ark Dale Anock, lo que había sido inevitable. Si el "Inamovible" siguiera con vida, Nimble hubiese sido el que estuviera aquí en lugar de ella
"Perdone mi descortesía."
Leinas tomó un pañuelo de un bolsillo en su pecho y lo llevó a un lado de su cara. Y resultó que, la tela dorada era en realidad su cabello. Ella metió el pañuelo debajo de ese cabello y se limpió suavemente.
Luego del breve procedimiento, el pañuelo se volvió amarillo por la cantidad de pus que había absorbido*.
(*No estoy seguro de por qué dice 'pus', no hay forma de que signifique 'sudor' ¿cierto?)
"Por favor permítame darle la mayor prioridad a mi vida. Me disculpo si soy un obstáculo."
"Ahh, está bien, después de todo, eso fue lo que acordamos cuando te convertiste en uno de los Cuatro Caballeros — o mejor dicho, eso fue para lo que fuiste contratada."
"Ya veo, entonces todos saben lo que planeo hacer. Entonces, en ese lugar haré mi mayor esfuerzo por ponerme en cuclillas en un rincón y no estorbar su camino."
Era tiempo para un cambio en el ambiente del carruaje, así que todos rieron con gusto por lo que dijo Roune.
"Entonces, a juzgar por nuestra velocidad actual, ¿en cuánto tiempo llegaremos a Nazarick?"
Roune, a quién Jircniv estaba dirigiéndose, tomó un reloj de su bolsillo. Luego de confirmar la hora, se volvió hacia Leinas, mirándola mientras ella asentía, y respondió.
"Si todo sale de acuerdo al plan, en alrededor de una hora."
"¿Entonces es así? Espero el momento con ansias. Veremos lo que Ainz Ooal Gown está tratando de vendernos."