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Chapter 103 - Capítulo 5: Extinguidas y Resurgentes Chispas de Fuego (Parte 3)

Mes de Fuego Bajo (Mes 9), Día 3, 19:05

Cuando la noche comenzaba a caer sobre el Reino, Climb finalmente regresó al palacio.

Aunque sus heridas habían sanado por completo, su cuerpo estaba cansado. No sólo por la batalla, había tenido que interceder varias veces para encargarse de las repercusiones y eso había tomado tiempo. La razón por la que todo había resultado bien al final no se debía a que Climb fuese el guardaespaldas de Renner, sino a que los guardias temían a los Ocho Dedos y habían permanecido pasivos. Lo que fue especialmente significativo fue el problema de la responsabilidad por la operación.

Los Ochos Dedos harían un ejemplo del responsable y lo asesinarían— no era una preocupación sin base. Había una alta probabilidad de que sucediera de verdad. Fue por eso que Climb le ordenó a un soldado que le llevara un documento a Renner conteniendo un resumen breve de la situación. Luego recibió el permiso de escribir su nombre y el de su ama como los responsables.

Aun cuando obviamente tendría sus desventajas, por lo menos había dos beneficios.

Uno era obvio; incrementaría la reputación de Renner.

Los Ocho Dedos era la organización que ensuciaba el nombre del Reino. Y no solo eso, Renner había expuesto a las personas que cometían actos inmundos y que al mismo tiempo estaban involucrados con el tráfico de esclavos. Aún mejor, para Renner, que no salía del palacio, el hecho de que hubiera enviado a su propio guardaespaldas al frente haría que la valoraran más.

Lo otro era Sebas y el hecho de que podían proteger a la muchacha que él estaba albergando. Si ellos se convertían en los responsables, podrían ocultarla ya que no estaba tratando de llamar la atención. Y una vez que eso estuviera hecho, sería difícil que se convirtieran en los objetivos principales de los Ocho Dedos.

(No pude ser de mucha ayuda cuando atacamos así que por lo menos tengo que hacer esto…)

Brain dijo que iba a informar personalmente a Gazef de las noticias y le dijo que no se preocupara.

Climb meditaba distraídamente sobre tales cosas cuando llamó a la puerta de Renner.

Normalmente, podía entrar simplemente sin tener que tocar. Pero había decidido no hacerlo cuando era tarde, pensando que sería descortés después de todo. Luego de aquella ocasión en la que encontró a Renner vistiendo un delgado vestido de seda, incluso su ama estuvo de acuerdo.

Climb se olió antes de oír la respuesta. Aun cuando se había bañado, su nariz estaba acostumbrada al olor y no estaba seguro de que el olor de la sangre hubiera desaparecido de su cuerpo. Simplemente no había forma de que la ropa que vestía fuese adecuada para ingresar a la habitación de una princesa. Sin embargo, era necesario que fuera él mismo el que le informara rápidamente sobre los eventos del día.

Más que nada, las personas que habían permanecido cautivas eran lo más importante. Por ahora, aquellas mujeres habían sido encargadas al puesto de guardia, pero tendrían que ser transferidas a un lugar seguro en el futuro cercano. Y ya que algunas estaban heridas, tendrían que enviar a alguien, tal vez a un sacerdote, que pudiera usar magia de sanación.

(La bondadosa Renner-sama seguramente brindará ayuda a los ciudadanos que sufren.)

Le dolía tener que causar todos estos problemas para su ama. Si tan solo fuese un poco más fuerte… terminó ignorando su posición y deseando algo como eso. Aun cuando era gracias a ella que podía servir a un ama tan maravillosa y que podía vivir como lo hacía.

(…¿Eh? No hay respuesta… ¿no?)

No había oído la respuesta dándole permiso para entrar.

No había guardias frente a la puerta y teniendo en cuenta la hora, Renner no debería estar dormida aún. ¿O se había quedado dormida sin informarle a la persona encargada de la guardia nocturna?

Climb tocó la puerta de nuevo.

Esta vez, oyó una voz débil desde dentro del cuarto dándole permiso para entrar. Climb se sintió aliviado e ingresó. Lo primero que debía hacer ya lo había decidido.

"Me disculpo por llegar tan tarde."

Y agachó profundamente la cabeza.

"¡Estaba preocupada!"

El enfado era evidente en la voz de Renner. Era sorprendente. La ama de Climb rara vez se molestaba. Aun cuando era insultada, frente a Climb, no mostraba signos de que estuviera enfadada. Fue por eso que pudo entender que Renner había estado preocupada desde lo más profundo de su corazón.

Sintió como si algo cálido estuviera por salir a borbotones de sus ojos. Lo soportó, agachó la cabeza y se disculpó sinceramente una y otra vez.

"¡Estaba realmente preocupada! Climb, pensé que los Ocho Dedos podrían haber atacado primero y que te hubieran hecho algo y… ¿Qué fue lo que sucedió, exactamente? Recibí un breve informe ¿pero podrías explicármelo en detalle?"

En el momento en que Climb estaba a punto de comenzar a hablar aún de pie, Renner le ofreció una silla como de costumbre.

Ahora que estaba sentado, una taza fue llenada con té negro de la 'Botella Caliente' y colocada frente a él. Un leve aroma se sintió en el aire.

Le dio las gracias y bebió un sorbo del té que se encontraba a temperatura óptima.

Climb contó todo lo que había ocurrido en el burdel. Dijo que estaba confiando en el poder de Renner y que había personas a las que quería que ella ayude.

"Entonces ¿qué pensaste cuando los viste?"

Cuando casi había terminado su historia, la primera pregunta que Renner hizo le pareció extraña. Pero ya que le habían hecho una pregunta, tenía que responder.

"Sentí lástima. Pensé que si fuera más fuerte, podría haber salvado a esas personas antes de que cayeran en tal sufrimiento."

"De modo que fue así… sentiste compasión por ellos."

"Sí."

"Ya veo. Eres bondadoso."

"Renner-sama, si esas mujeres requieren un guardia entonces estoy preparado para partir en cualquier momento."

"…Estaré contando contigo cuando llegue ese momento. Pero más importante aún, debería decirte esto de antemano. Mañana, o en dos días como mucho, atacaremos las instalaciones listadas en el pergamino que Lakyus trajo. Debido al ataque al burdel, mi predicción es que su nivel de alerta crecerá mientras más tiempo pase."

"¡Mis disculpas! ¡Fue debido a que actué por cuenta propia!"

"No lo es, no te preocupes por ello. En realidad, fue gracias a ti que pude tomar la decisión. Además, lo que hiciste se tiene en muy alta estima. Lograste capturar a Succulent, un miembro de los Seis Brazos, y al líder del grupo de tráfico de esclavos, Cocco Doll. Esto debería ser más que suficiente para hacer que nuestros oponentes tiemblen desde la raíz. Es por eso que quiero golpear nuevamente a nuestro enemigo."

Renner golpeó el aire con el puño, un golpe adorable sin fuerza ni velocidad.

"¡Los golpearemos antes de que puedan obtener información de la capital!"

"¡Entendido! ¡Descansaré y reuniré fuerzas para mañana!"

"Hazlo por favor. Cuenta con que mañana será un día intenso."

Climb dejó la habitación. Parecía que estaba oliendo ligeramente a sangre.

"Debe ser difícil para ti, Climb. Ahora bien…"

Renner bebió el resto del té negro que se había entibiado y se puso de pie. Caminó hasta la campana de mano. Era un ítem mágico que cuando lo agitaban, la campana a la que estaba enlazado en la siguiente habitación, se agitaba también . Pensó en el rostro de la sirvienta que estaba a la espera en la habitación de al lado. Afortunadamente, hoy era el turno de esa muchacha; pensando eso, Renner sonrió con frialdad.

"Rayos, ¿Qué expresión era buena en este caso?"

Renner se paró frente al espejo y se estiró el rostro hacia arriba y hacia abajo mientras sostenía sus mejillas con ambas manos. Incluso si una humana como ella hacía algo como eso, su rostro casi no cambiaría. Lo que estaba haciendo era algo parecido a una autosugestión.

Renner apartó sus manos y sonrió.

"No. Ésta es para cuando hago mis recorridos como la princesa…"

Esta vez, Renner intentó una mueca burlona y luego sonrió de nuevo. Intentó una después de otra y finalmente, mostraba una sonrisa inocente.

"Creo que ésta es la más adecuada."

Luego de determinar que sus preparativos habían terminado, Renner tocó la campana. Inmediatamente después, una sirvienta llamó a la puerta e ingresó a la habitación.

"Tengo un pedido. ¿Podrías preparar algo de agua caliente?"

"Entendido, Renner-sama."

Renner le sonrió a la sirvienta que se encontraba agachando la cabeza.

"¿Sucedió algo? Parece estar de muy buen humor. Se ve como si algo agradable le hubiese ocurrido."

Renner sonrió contenta una vez más al mismo tiempo que confirmaba que la presa había mordido el anzuelo.

"¡Así es! ¡Es realmente increíble! ¡Climb hizo algo extraordinario!"

Habló como una jovencita; perfectamente acorde al papel de la tonta princesa que deja escapar información valiosa.

"Felicidades, su Alteza."

Aunque la sirvienta ocultaba hábilmente la hostilidad que sentía hacia Climb, terminó por revelar los sentimientos que no podía esconder. Esa reacción generó un gran revuelo en el corazón de Renner.

—La mataré.

—Mataré a esta sirvienta también.

—Mataré a cualquiera que menosprecie a mi Climb.

Pero la expresión de Renner no mostró signos de que se hubiese enterado de la verdad. Porque esta Renner era una princesa inocente; del tipo que pasaba por alto la malicia de los demás y que perdonaba las descortesías de sus sirvientas; ese tipo de ingenuidad— una princesa tonta.

"¡Es increíble! ¡Realmente increíble! Climb derrotó a unas personas muy muy malas y liberó a toda la gente que habían capturado. En este momento ellos deberían estar en el puesto de guardia. ¡Ahora podemos castigar a los nobles que ayudaron a aquella gente mala!"

"Ya veo. Es realmente increíble. Era de esperarse Renner-sama, Climb-san es sorprendente. ¿Pero podría oír sobre su increíble hazaña con más detalle?"

Chica estúpida; Renner esparció su veneno contra la tonta que ni siquiera lo sospechaba.

Ella lo controlaba todo en la palma de su mano, todo con el propósito de obtener el objeto de su deseo.

Mes de Fuego Bajo (Mes 9), Día 3, 22:10

Había un grupo sospechoso que parecía que se fundía con la oscuridad.

Cada uno de ellos usaba un equipo diferente y el aura que despedían era completamente distinta a la de los soldados. Si uno tuviera que mencionar a quienes les recordaban, tal vez sería a aventureros.

El que se encontraba al frente era un hombre con un físico notable. A su lado se encontraba un hombre delgado junto a una mujer vistiendo sedas ligeras. Una persona en una túnica los seguía desde atrás y por último, había otro vistiendo una armadura completa.

En el lugar al que estaban dirigidas las miradas del grupo, había una puerta abierta. El interior estaba cubierto de oscuridad y ya no quedaba la presencia de otras personas. Aun buscando en los alrededores, no parecía haber ninguna persona.

Esto era extraño. Todos los bienes en el burdel ya habían sido confiscados y transportados a uno de los puestos de guardia para soldados. Sin embargo, era imposible que no hubieran dejado guardias atrás sólo porque no había nada allí. Si uno fuese a mirar hacia la entrada que se encontraba libre de personas, vería una fogata y advertiría que estaban haciendo guardia de noche. Pero la razón por la que no se veía nadie era porque aquellas personas habían usado su autoridad para retirar temporalmente a los guardias.

El hombre parado al frente parecido a una roca— Zero, le echó una miraba aterradora al burdel capturado y habló en voz baja, como si lo hubiese encontrado indigno.

"Qué gran farsa. Tendré que disculparme con Cocco Doll. Le envié a Succulent, un miembro de los Seis Brazos y aún así cayeron tan fácilmente. Y encima sucedió el mismo día… en verdad, qué gran farsa."

Zero envió una mirada filosa por sobre su hombro hacia la risa que vino por detrás de él. La mujer que vestía las sedas ligeras conocía bien la personalidad de Zero y rápidamente cambió el tema.

"Ah, bien bien. Entonces jefe, ¿qué deberíamos hacer ahora? ¿Matamos a Succulent que fue atrapado? Está en un puesto de guardia así que será difícil usar la fuerza. Entonces tenemos que prestarnos a un asesino de una división diferente… ¿qué haremos?"

"No, no haremos eso. Él sigue siendo útil. Le pediré al Conde que lo libere inmediatamente. …Éste será un gasto inesperado. Averigua los gustos del Conde."

"¿Y Cocco Doll?"

Preguntó el hombre delgado y de apariencia frívola.

"Lo más seguro es que él usará sus propias conexiones. Si lo solicita, entonces usaremos las nuestras como disculpa. Además, ¿qué pasó con la lista de clientes? No hubo ninguna información de que cayera en las manos de un oficial de patrulla."

"No ha habido noticias en ese frente. Para ser más precisos, no he oído ningún detalle adicional sobre el asunto."

La voz que vino de la túnica era oscura. Como un eco vacío fluyendo de un agujero en una tumba, provocaba escalofríos.

"Eso es algo que estoy muy deseoso de tener entre mis manos. Puede ser usado para todo tipo de amenazas."

"No digas algo así de estúpido. Si nos quedamos con eso, nos haría parecer más sospechosos. Los otros podrían pensar que planeamos todo esto. Si encontramos la lista, la ocultaremos en un lugar seguro y luego se la entregaremos a Cocco Doll con una disculpa. Además, probablemente está escrita en un código que no puede ser descifrado por métodos comunes, así que nos es inútil de todas formas."

Ante las palabras de Zero, el hombre delgado se encogió de hombros mientras hablaba.

"De cualquier forma, más tarde iré e intentaré averiguar lo que le sucedió a la lista. Si ellos la tienen, probablemente se encuentra en un lugar seguro o algo. …Habiendo dicho eso, esto es verdaderamente asombroso. ¿Cómo fue hecho este agujero? El arma… ¿fue magia?"

"Fue un puño."

Las miradas de todos cayeron sobre Zero. Él lo repitió nuevamente, declarando que la huella fue hecha por un puño.

"Un puño eh… eso es increíble—"

"—Tonterías. Esto no es nada."

Zero interrumpió las palabras de admiración de la mujer y, tomando aire, atravesó la puerta con su puño. Su mano quedó incrustada en la puerta como si hubiese cortado papel. Mientras Zero retiraba lentamente el puño, dejaba atrás un agujero similar al que Sebas había hecho.

Viéndose estupefacto, el hombre delgado abrió la boca.

"Realmente no podemos usar al jefe como comparación… Bueno, el enemigo tuvo la habilidad suficiente como para atravesar una puerta reforzada con acero y para derrotar a Succulent, aun si se trata del más débil entre los Seis Brazos. Supongo que deberíamos considerarlo como un enemigo formidable, ¿correcto?"

"Qué absurdo. Sólo porque ese tipo perdió no significa que su oponente fuese fuerte." El que tenía su capucha colocada muy por sobre su cabeza habló con una voz llena de burla. "Si sus ilusiones son descubiertas, entonces su poder de batalla cae bastante por debajo del nuestro. Él es fuerte cuando hay una clara diferencia en habilidad entre él y su oponente. Pero si son similares o si está por debajo, incluso sólo un poco, entonces su derrota es segura. Todos ustedes deberían saberlo bien."

Hubo risas ligeras. Eran risas que decían estar de acuerdo con el comentario y al mismo tiempo, risas de desprecio por alguien cuyas habilidades estaban por debajo de las de ellos.

"Con ello en mente, permítanme preguntar, ¿qué hacemos ahora? ¿Van a dejar pasar el asunto? No creo que un enfrentamiento sería beneficioso, teniendo en cuenta las perdidas."

"Ridículo."

La voz de Zero estaba llena de rabia que no podía suprimir.

"Si no matamos a la persona que atacó este burdel y hacemos un ejemplo de él, nuestro valor caerá. A partir de este punto, no pienses en las pérdidas. Todos los miembros de los Seis Brazos daremos un paso al frente y mataremos al invasor— 'Rey Inmortal' Davernoc."

El que llevaba la túnica extendió el brazo. La mano que no era la de una persona viva sostenía firmemente un orbe. El orbe respondió a las emociones de su dueño y liberó un aura extraña.

"'Verdugo del Vacío' Pesylian."

El hombre de la armadura completa, que había permanecido en silencio hasta ahora, golpeó su puño contra su pecho y éste resonó con un violento sonido metálico.

"'Cimitarra Danzante' Edstrom."

Con el tintineo de los brazaletes de metal alrededor de sus brazos, la mujer vistiendo las sedas ligereas agachó la cabeza con gracia.

"'Mil Muertes' Malmvist."

El hombre delgado juntó sus talones con un *click*.

"¡Y yo, 'Demonio de Batalla' Zero!"

Como si estuvieran de acuerdo, todos alrededor de Zero asintieron con la cabeza.

"Primero, pagaremos la fianza de Succulent y de los otros que fueron arrestados y reuniremos información. Una vez hecho eso… reuniremos a gente especializada en tortura. Vamos a mostrarle el infierno al invasor. ¡Haremos que se arrepienta profundamente de su insensatez!"

Mes de Fuego Bajo (Mes 9), Día 3, 17:42

Para el momento en que Sebas había terminado todo y se dirigía de regreso a la mansión, el sol ya había comenzado a ocultarse.

(Climb-kun protegió a los que permanecían en cautiverio y Succulent y el dueño del burdel fueron arrestados. Parece que estarán bastante ocupados así que eso debería ganar algo de tiempo.)

¿Entonces qué iba a hacer con Tsuare? La mejor opción sería llevarla a algún lugar seguro. Sin embargo, hasta donde Sebas sabía, sólo había un lugar que encajaba con esa descripción.

Mientras se preocupaba por ello, Sebas llegó a la residencia.

Sin embargo, detuvo la mano cuando estaba por abrir la puerta. Había alguien muy cercano al otro lado. Aunque esta presencia le pertenecía a Solution, no podía entender por qué estaba justo frente a la entrada.

¿Era una emergencia?

Sintiéndose inquieto, Sebas abrió la puerta. Lo siguiente que vio fue tan inesperado que se puso rígido.

"Bienvenido de vuelta, Sebas-sama."

Era Solution vistiendo su uniforme de sirvienta.

Un escalofrío recorrió la espalda de Sebas.

Solution estaba usando su uniforme de sirvienta cuando debía estar actuando como la hija de un mercader en una casa donde existía un humano —Tsuare — cuyas circunstancias eran desconocidas. ¿Significaba eso que ya no era necesario fingir? ¿O se había presentado otra razón para que estuviese vestida con su uniforme de sirvienta?

Si era lo primero, entonces eso significaba que algo le había sucedido a Tsuare. Si era lo segundo—

"—Sebas-sama, Ainz-sama está esperando por usted."

Sebas oyó la tranquila voz de Solution y sintió que sus latidos se hacían más fuertes.

Él, que se encontraba calmado frente a un poderoso enemigo, frente a una existencia de la clase de un Guardián; ese mismo Sebas, ahora estaba nervioso ante las noticias de la llegada de su amo.

"P-Por qué…"

Hizo un esfuerzo para que le salieran las palabras, como si su lengua se retorciera. Solution lo miraba en silencio.

"Sebas-sama, Ainz-sama está esperando por usted."

No había nada más que añadir. Eso le decía el comportamiento de Solution. Sebas la siguió por detrás y comenzaron a caminar.

Sus pasos eran pesados, como los de un criminal condenado dirigiéndose hacia su verdugo.

– FIN DEL VOLUMEN 5 –