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Chapter 90 - Capítulo 2: Rosa Azul (Parte 3)

Mes de Fuego Bajo (9no Mes), Día 6, 06:15

Nueve hombres y mujeres estaban sentados alrededor de una mesa circular.

A pesar de que los líderes de cada división de los Ocho Dedos estaban reunidos en un solo lugar, ninguno de ellos hizo el esfuerzo de mirar a los otros a los ojos. Simplemente miraban los documentos frente a ellos o hablaban con sus propios subordinados.

Era como una reunión de organizaciones completamente separadas. Aunque la situación no era tan mala como para llamarla explosiva, la cautela que se tenían el uno al otro era evidente; como si fueran enemigos. Sin embargo, desde cada uno de sus respectivos puntos de vista, ésta era la respuesta obvia. Incluso si eran un solo grupo trabajando juntos, en realidad, a menudo se robaban bienes los unos a los otros y muy raras veces unían fuerzas.

Por ejemplo, el grupo encargado del tráfico de drogas lo administraba y operaba todo, desde la producción de la droga hasta el momento de su salida al mercado. Era algo en lo que el grupo de contrabando no tenía ningún papel que desempeñar. Los grupos no interferían abiertamente entre sí, pero era común verlos intentar sabotear a los otros mientras éstos les daban la espalda.

Tales acciones tenían absolutamente cero méritos para la organización en conjunto. Éste era uno de los problemas de tener a varios grupos criminales reunidos para formar uno más grande.

A pesar de las malas relaciones entre ellos, los jefes de división de los Ocho Dedos se reunían cada cierto tiempo en la capital ya que tenían una buena razón para hacerlo.

La razón era que cualquiera que no asistiera sería considerado como un posible traidor y se convertiría en un objetivo a eliminar. Era por eso que incluso aquellos que no tenían negocios en la capital real hacían todo lo posible para asistir a la reunión.

Incluso aquellos que normalmente se aislaban por seguridad, salían para estar bajo los reflectores. Y por supuesto, el miedo que sentían de ser asesinados significaba que traían a sus guardaespaldas con ellos. Cada uno tenía permitido traer a dos de sus hombres más hábiles, cuidadosamente seleccionados de su propio grupo. Todos lo habían hecho.

—Todos excepto una persona.

«Todos están presentes. Comencemos nuestra reunión ordinaria.»

Las sillas crujieron ruidosamente porque la voz del hombre provocó que todos enderezaran sus posturas.

El que había hablado era el mediador de la reunión y también el líder de los Ocho Dedos. Adornado con la marca del Dios del Agua, el hombre, que parecía tener unos cincuenta años, llevaba una expresión amable en el rostro, del tipo que no parecía pertenecer al bajo mundo.

«Hay una serie de temas que discutir, pero lo primero de lo que debemos encargarnos es— Hilma.»

«¿Sí ~?»

La que respondió era una mujer de blanco.

Su piel era pálida y enfermiza y sus ropas eran blancas también. Tenía el tatuaje de una serpiente arrastrándose a lo largo de su brazo derecho, partiendo de sus omóplatos y llegando hasta su mano, en donde sostenía una pipa despidiendo un gas de color púrpura de apariencia venenosa. Llevaba rímel y lápiz labial de color púrpura, y las prendas delgadas que colgaban libremente alrededor de su cuerpo le daban el aura decadente de una prostituta de clase alta.

Ella bostezó deliberadamente.

«¿No podías comenzar la reunión aún más temprano?»

«…He oído que tu centro de cultivo de drogas fue atacado.»

«Sí, es verdad, fue un pueblo que era utilizado como planta de producción. Y también me costó un ojo de la cara. Tal vez tenga que reducir la distribución.»

«¿Has podido encontrar información sobre los responsables?»

«No, el ataque fue perfecto… Bueno, no es que no tenga ninguna pista.»

«¿Su color?»

Todo el mundo sabía lo que quería decir con esa pregunta.

«No lo sé. La situación recién está comenzando a aclararse; aún no he llegado tan lejos.»

«Ya veo. Como todos acaban de oír, ésta es la situación actual. Levanten la mano si alguno de ustedes tiene alguna información.»

No hubo respuesta. No estaba claro si no lo sabían, o si simplemente no tenía ganas de responder.

«Lo siguiente es—»

«—Oye.»

La voz del hombre sonó baja, conteniendo una increíble cantidad de poder.

Todos los ojos en la sala se reunieron en un solo lugar. Allí se encontraba un hombre calvo con la mitad del rostro cubierto de tatuajes de bestias. Todo en él era grande e incluso los contornos de su musculosa figura eran visibles a través de su ropa. El brillo frío de sus ojos era el de un guerrero.

Aunque los líderes de las otras divisiones habían traído a sus guardaespaldas consigo, el hombre no tenía a nadie de pie detrás de él. No tendría sentido traer gente que no sería de ninguna utilidad. Eso era evidente.

El hombre miró ferozmente a Hilma, la líder del tráfico de drogas. No, probablemente no tenía la intención de mirarla ferozmente, pero sus ojos que eran como cuchillos daban esa impresión.

Por un momento, los guardaespaldas detrás de la mujer contuvieron la respiración. Podían sentir la diferencia abrumadora de poder entre ellos.

Ellos sabían que el hombre era un monstruo capaz de matar a todos en la sala.

«¿Qué tal si contratas nuestros servicios? Será difícil que puedas proteger tus bienes con esos debiluchos tuyos.»

Zero. Él era el líder de la división de seguridad, la cual aceptaba una gran variedad de empleos, desde guardias en bares hasta guardaespaldas de la nobleza. Lo que lo hacía aún más famoso era que era el miembro más fuerte de los Ocho Dedos. Pero la oferta de un hombre de su calibre—

«No lo necesito.»

—fue rechazada.

«Oh, no lo necesitas. No puedes permitirte revelar tus posiciones claves, eh.»

Ése fue el final de la discusión. Como si hubiera perdido el interés, Zero cerró los ojos, haciendo parecer como si se hubiera convertido en piedra.

«Entonces, me gustaría aceptar tu oferta en su lugar.»

Un hombre delgado había hablado. Su actitud blanda contrastaba fuertemente con la de Zero.

«Zero, quiero contratar a tus chicos.»

«¿Qué es esto, Cocco Doll? ¿Podrás pagarlo? »

Si bien el comercio de drogas de Hilma iba en aumento, el comercio de esclavos de Cocco Doll iba en descenso. Con el mercado de esclavos declarado ilegal por los esfuerzos de la Princesa Dorada, él y su grupo se habían visto obligados a esconderse más profundamente en el bajo mundo.

«No te preocupes por eso, Zero. Y ya que estamos en eso, quiero que me mandes a lo mejor de lo mejor, a alguien de los Seis Brazos.»

«¿Oh?»

Zero volvió a abrir los ojos; su interés había despertado por primera vez.

Él no fue el único sorprendido. Casi todos los presentes compartieron ese sentimiento.

El nombre 'Seis Brazos' tenía su origen en el Dios hermano del Dios del Robo, uno de quien se decía poseía seis brazos. Eran los seis miembros más fuertes de la división de seguridad.

Naturalmente, el más poderoso entre ellos era Zero, pero los cinco restantes no estaban muy lejos. Había uno capaz de cortar el espacio, otro controlaba las ilusiones, y entre ellos incluso había un Lich Anciano, un poderoso no-muerto.

Si Gazef Stronoff o los aventureros de rango adamantita eran los más fuertes en la superficie, entonces los Seis Brazos eran los más fuertes del bajo mundo. El emplear a alguien de tal calibre sólo podía significar una cosa.

«Debes estar en un gran aprieto. Muy bien, simplemente quédate tranquilo y espera. Mis subordinados más fuertes garantizarán la seguridad de tus bienes.»

«Lo siento~. Tuve algunos problemas con una chica de la que se suponía nos íbamos a deshacer. Tal vez esto sea un poco excesivo, pero si ese local cae, quedaré en una situación peligrosa. Dejemos la discusión sobre el pago para más tarde, ¿de acuerdo? »

«Bien.»

«Ya que estamos de acuerdo, ¿podrías comenzar de inmediato? En realidad, hay algo de lo que necesito que te encargues tan pronto como sea posible.»

«Está bien. Te prestaré al hombre que traje conmigo.»

«…Entonces podemos pasar al siguiente tema. ¿Qué es lo que saben acerca del nuevo aventurero de rango adamantita, Momon del equipo Oscuridad?»